PATRIMONIO
Arrancan los trabajos para mejorar el yacimiento alfarero de Los Tejares en Lucena
Los trabajos durarán ocho meses y abarcan unos 14.000 metros cuadrados en total
Esta semana se han iniciado los trabajos para la puesta en valor del yacimiento arqueológico de Los Tejares, en Lucena, cuyas obras fueron adjudicadas hace unas semanas a la empresa Construcciones Almemur en 347.572 euros. La actuación en este importante conjunto alfarero romano incluye la creación de una galería lateral que sirva de recorrido para visualizar el conjunto de hornos, así como levantar, en un nuevo edificio de una sola planta, el centro de atención de visitantes que albergará un par de salas expositivas y la zona de aseos.
También está prevista con esta actuación la instalación de placas solares para dotar de iluminación al propio recinto y la construcción de un pequeño punto de control en el acceso principal.
El Ayuntamiento de Lucena afronta esta última inversión en patrimonio histórico con cargo a los f ondos Feder de la estrategia de desarrollo Edusi «Lucena Cohesionada» . Conforme a los plazos previstos, las obras cuentan con un periodo de ejecución de ocho meses.
A los siete hornos existentes, a los que ya se ha desprovisto de la cubierta provisional instalada hace más de una década, se sumará un octavo hallazgo , descubierto en las obras de la travesía norte de Lucena y trasladado a este complejo alfarero.
El alfar romano de Los Tejares , localizado sobre una parcela de 14.775 metros cuadrados de propiedad municipal, es una de las 22 factorías documentadas que se instalaron en el actual término municipal de Lucena durante la presencia de la civilización romana en la Península desde el siglo II a.C y especialmente durante los siglos I y II d.C. Excavado en 1996 tras su hallazgo durante las obras de la estación depuradora de Lucena junto a la vía de servicio de la A-318 en dirección Puente Genil, este yacimiento arqueológico es uno de los mejores hornos romanos excavados y conservados de España. Su estudio ha permitido explicar la forma de vida de este tipo de factorías, estratégicas en el mundo romano, no solo para la conservación de productos alimenticios (con ánforas, dolias o vajillas de mesa y cocina), sino también para el sector constructivo y comercial.