80 ANIVERSARIO
Arquímedes Gómez Palazón, el teniente republicano que dirigió el bombardeo de Cabra
Era un maestro de Albacete que se formó como piloto en Rusia y terminó fusilado con 23 años
La historia de una guerra puede ser en una buena parte la del que la relata y la de los motivos por los que lo hace. En 2014 se publicó un libro llamado «Un Quijote con alas rojas» , en el que Otelo Fuentes Gómez reconstruía la historia de A rquímedes Gómez Palazón , un tío abuelo al que no había conocido y cuya leyenda siempre se había venerado en la familia. Era la de un maestro albaceteño que se había afiliado a Izquierda Republicana , que se formó en Rusia, que mandó una escuadrilla del ejército gubernamental y que terminó fusilado, con apenas 23 años, al término de la contienda.
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No se habla en ese libro de una de las acciones que tuvo que realizar en su trabajo como piloto del ejército de la República, pero que marca para siempre su nombre a la muerte y la destrucción: él mandó la escuadrilla que bombardeó Cabra en la mañana del 7 de noviembre de 1938 . Su vuelo dejó un rastro de 109 muertos , casi todos civiles y varios cientos de heridos.
Cumpliendo una orden
Antonio Arrabal , autor del libro «El bombardeo de Cabra: La Guernica de la Subbética», aclara que Arquímedes Gómez Palazón probablemente cumpliría una orden de algún superior que no se ha podido identificar. Había nacido en Albacete en el seno de una familia humilde. Estudió Magisterio, pero tras llegar al Ejército y ante su interés por la aviación le enviaron a un curso en la Unión Soviética que completó en España para encuadrarse en la tercera escuadrilla del grupo 24 , primero como sargento y como teniente desde octubre de 1938, un mes antes del bombardeo.
Como capitán de aquella misión pudo haber dirigido los vuelos que en los días anteriores reconocieron el terreno y seleccionaron los objetivos que había que atacar. Cada uno de los aviones katiuskas llevaba a tres personas: el piloto , el observador y el ametrallador , que tenía que hacer fuego y completar la destrucción que hacían las bombas. Arquímedes Gómez Palazón era el capitán, así que iría en cabeza de la formación de tres aviones.
Entregó los aviones a las autoridades franquistas y lo detuvieron para luego condenarlo a muerte
Cuando terminó la Guerra Civil recibió su última visión: llevar los katiuskas a Madrid y entregarlos al Gobierno como gesto de rendición . Se lo llevaron detenido a Valencia donde en agosto, en un consejo de guerra sumarísimo, se le condenó a muerte con otras 32 personas. Su biógrafo dice que mientras que a los demás se le conmutó la pena, a él sí que lo fusilaron. Fue en Paterna , el 9 de noviembre de 1939, con 23 años.