Perdonen las molestias

Universos paralelos

Hay cuatro mil limpiadoras de la provincia de Córdoba, cuyas retribuciones viven en un mundo distinto al que dicta el BOE

Trabajadora de la limpieza, durante una protesta este mes ante el Edificio de Gobierno del Reina Sofía ABC
Aristóteles Moreno

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Hay días en que el BOE va por un sitio y la realidad camina por otro . Entonces, por mucho que apruebes el salario mínimo interprofesional y lo sitúes en 965 euros , que es lo básico que se despacha en dignidad humana, llega la realidad aplastante de las subcontratas y te hacen un marote de por aquí te quiero ver que es la hostia en verso. Hasta el punto de que si te descuidas acabas cobrando menos de lo que marca el SMI , aunque sus efectos habiten en el universo del BOE y sean de obligado cumplimiento también para la vida misma.

Ahí tienen, si no, a nada menos que a cuatro mil limpiadoras de la provincia de Córdoba , cuyas retribuciones viven en un mundo paralelo al que dicta el Boletín Oficial del Estado. Al parecer, las macroempresas del sector , que saben latín en materia de negociación colectiva, han cogido el rábano del SMI por las hojas para hacer un pan con unas tortas. De tal manera que las limpiadoras van a cobrar , por lo visto, los 965 euros que estipula la ley (y la dignidad humana) pero a cambio de regalar el plus de los festivos y obsequiar caritativamente el de las noches y el de antigüedad . Que es una forma de interpretar la legislación laboral verdaderamente ingeniosa.

De resultas, tenemos a las limpiadoras del hospital Reina Sofía en huelga indefinida para conseguir la titánica tarea de que el BOE y la realidad hablen el mismo idioma . Es decir, que se cumpla la ley. A simple vista, parecería un propósito sencillo. Si el salario mínimo interprofesional dice 965 euros, pues 965 euros más los pluses correspondientes. Pero se ve que los convenios los carga el diablo y se te puede disparar cualquier cláusula en cualquier momento con consecuencias imprevisibles (para la parte negociadora más débil, queremos decir).

Lo tierno del asunto es que alguna de las empresas contratantes lleva como bandera entre sus valores corporativos el desarrollo de políticas sociales responsables y la consecución de los objetivos de la ONU en materia de derechos humanos y trabajo. Literalmente. Desde luego, hay días en que la propaganda y la realidad navegan por universos paralelos .

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