Perdonen las molestias
Smart basura
Ojalá, los nuevos contenedores identificaran a los que los queman y que luego estuvieran fregando váteres tres años y un día
Sabemos que el mundo ha cambiado porque han cambiado los sistemas de tratamiento de residuos sólidos urbanos . La gestión de la basura nos define como especie . La modernidad llegó a mi barrio el día en que pusieron las primeras papeleras . Otra cosa , desde luego, es aprender a usarlas . A echar las cajetillas de tabaco en el interior y no dejar las bolsas de gusanitos esparcidas por el suelo. Para eso aún hace falta otra revolución y una asignatura de Educación para la Ciudadanía. Que, por cierto, alguien fulminó del currículo escolar por razones que algún día deberían explicarnos.
Pues eso. Llegó la modernidad de la mano de las papeleras y también de los contenedores de basura . Antes de eso, vivíamos en la era de la penumbra. Arremolinábamos las bolsas de restos orgánicos alrededor de la farola hasta que llegaban los carreros (sí, los carreros) y dejaban las cáscaras de plátano desparramadas por la acera. En mi bloque, sabíamos que se acercaba la hora de la recogida cuando escuchábamos el estallido de una bolsa de basura contra el adoquín. El vecino del tercero no veía conveniente bajar las escaleras para depositar los desperdicios del día sobre la base de la farola y dejaba caer el bulto desde la ventana del dormitorio aprovechando que la fuerza de la gravedad es un principio básico que nunca te traiciona.
Han cambiado mucho las cosas desde entonces . Hemos encapsulado nuestra vida en un artefacto de cuatro pulgadas mientras pasan las horas y los días y los años como si tal cosa. A lo que íbamos. El Ayuntamiento tiene a punto un sistema que detectará cuándo los contenedores están casi llenos y ha llegado el momento de que los operadores de Sadeco se acerquen a renovarlos. Se llama «Smart waste» , que en español, por lo visto, significa basura inteligente . Usted se preguntará que por qué siendo el castellano una lengua divina de la muerte se ha optado por el inglés. Pues no se haga preguntas inútiles.
El «Smart waste» también incorpora unos sensores de calor que nos informarán si el contenedor está siendo pasto de las llamas a manos de los simpáticos chicos de la gasolina. Y eso está muy bien. Pero estaría mucho mejor si lograra identificar a los angelitos del señor, les pusieran un pijama a rayas y los entretuvieran fregando váteres tres años y un día .
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