Perdonen las molestias
Silogismo
Donde antes había un «estímulo» en la bajada de impuestos hoy aparece un «boquete presupuestario»
Si admitimos el silogismo según el cual la bajada de impuestos comporta la activación de la economía, podemos deducir que la anulación de la plusvalía por el TC es una inmejorable noticia. Démosles las gracias a los señores magistrados . Porque gracias a su sentencia clarividente, el producto interior bruto crecerá como la espuma, el consumo interno se multiplicará como los peces, el desempleo se extinguirá, de los veneros brotará la miel y ataremos los perros con longaniza.
Las arcas públicas consecuentemente engordarán. Porque, si atendemos a la lógica asombrosa del silogismo , mientras menos dinero se ingrese vía impuestos, de más recursos dispondrá la administración pública para hacer lo que tiene que hacer. ¿A que parece magia potagia? Usted dirá que las cuentas no cuadran y que la aritmética hace aguas por todas partes. Pero, oiga, doctores tiene la iglesia.
El Ayuntamiento de Córdoba , pongamos por caso, perderá 15 millones de euros de un presupuesto global de 320 millones. Lo que representa, según cálculos del propio concejal de Hacienda, una merma del 5 por ciento de sus ingresos. En conjunto, la sangría de las arcas locales de toda España asciende a 2.354 millones de euros. Que no es moco de pavo, oiga. Porque después del IBI, el impuesto de plusvalía es el que más nutre las depauperadas haciendas municipales.
A usted, previsiblemente, la sentencia del TC podrá parecerle un tiro de gracia en el sistema de financiación de los ayuntamientos. Para los valedores del «cuanto menos más», sin embargo, la anulación del impuesto es una bendición del cielo que solo puede acarrear felicidad y frutos frescos en este infierno fiscal en el que vivimos amargamente.
Eso creíamos hasta antes de ayer. Pero hete aquí que para el señor alcalde y el edil de Hacienda donde antes había un «estímulo» en la bajada de impuestos hoy aparece un «boquete presupuestario». Y donde se producía el milagro de la «reactivación económica» ahora se presenta un «problema de Estado ». De tal forma, queridos contribuyentes, que los «servicios públicos están en riesgo» si los impuestos se desploman aunque bajar los impuestos sea la hostia en verso.
No sé si queda claro.
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