Perdonen las molestias
Reyes en globo
Así va el mundo, con los Magos de Oriente vía «streaming»
Hasta antes de ayer pensábamos que los Reyes Magos de Oriente venían en camello. Así llegaban, desde luego, aquellos años en que abrías los ojos por la mañana temprano y se te aparecía el Scalextric a los pies de la cama como una revelación. Sus Majestades tenían una capacidad adivinatoria asombrosa. Cuando no te traían un balón de reglamento, te dejaban sobre la silla del dormitorio los Juegos Reunidos Geyper , que eran la hostia en verso.
El Scalextric era el gordo navideño. Sobre todo el de cuatro pistas. Todo lo demás era pedrea. Todo salvo la nieve. Recuerdo el año en que cayeron cuatro copos mal contados, que apenas cuajaron en los jardines del barrio. Eso sí que fue un regalo en toda regla gracias a la magnanimidad de los Reyes Magos de Oriente. Para los niños de tierra adentro, la nieve y el mar son los dos grandes acontecimientos de la infancia. Pura magia potagia .
Los copos caían como algodones de azúcar detrás de la ventana. Y, por primera vez en nuestra corta vida, tuvimos el corazón escindido entre el Scalextric y la nieve blanca como la nata montada. Acabó perdiendo el Scalextric por goleada y bajamos a la calle como una exhalación para tirarnos bolas heladas con los vecinos del bloque.
Lo que no se comprende (porque no hay quien lo entienda) es la razón por la cual los Reyes Magos traían los regalos al final de las vacaciones navideñas y no al principio. Teniendo dos semanas de descanso escolar para disfrutar del Exin Castillos , te lo terminaban dejando debajo del árbol navideño solo un día antes del regreso al pupitre. Lo cual ya anticipaba la pésima capacidad organizativa del mundo que nos esperaba.
Hasta antes de ayer los Reyes Magos venían en camello. Ahora llegan en globo aerostático. Con dos bemoles. Y su cabalgata depende de la intensidad del viento. Si sopla desde el noreste, Gaspar, Melchor y Baltasar recorren el cielo de Córdoba de este a oeste. Que es, admitámoslo sin rodeos, el trazado natural de unos Reyes Magos que vienen desde oriente. Y los niños pueden seguir la cabalgata aérea desde sus ventanas o por «streaming» . Así que ya lo ven. El mundo avanza que es una barbaridad. No me digan que no.
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