Perdonen las molestias
Hágase la luz
El destello de la lideresa Susana Díaz se ha extinguido nada más entrar en contacto con la democracia
Ahora ya sabemos por qué la señora Susana Díaz le tenía alergia a las urnas. Lo acabamos de ver a todo color en las primarias del pasado domingo. Se encienden las urnas y se apaga la luz de esta cofrade trianera , que hasta antes de ayer dirigía la maquinaria del partido con diligencia militar.
El voto secreto tiene la virtud de desactivar el poder intimidatorio de los aparatos. Por esa razón, la señora Díaz huía de las urnas como gato de agua hirviendo. Acordémonos de las primarias de 2013. La secretaria general convocó formalmente a la militancia para que eligieran en sufragio individual y secreto al candidato a la Presidencia de la Junta de Andalucía. Decimos formalmente. En la práctica, saboteó las votaciones al imponer un umbral de a vales del 15 por ciento de la militancia .
El voto es secreto. Los avales, públicos. Resultado: la señora Díaz fulminó a sus queridos oponentes antes de empezar el partido. Que es un truco muy chusco para dotar de apariencia democrática a lo que es, en realidad, una tomadura de pelo. Las casi primarias. Ustedes me entienden. Porque a ver: ¿quién va a dar la cara apoyando a David cuando Goliat te está apuntando con el dedo? Pues precisamente eso.
Pero ahora las piezas han cambiado notablemente. Enfrente la señora Díaz tenía a un tal Espadas , apadrinado por un tal Sánchez, y con un umbral disminuido de tan solo el 4 por ciento de avales. Quiere decirse que no ha podido cavar el cortafuegos de 2013 y las urnas han calcinado a la todopoderosa secretaria general con nada menos que 17 puntos de diferencia sobre el alcalde de Sevilla. Que oiga.
El destello de la lideresa se ha extinguido nada más entrar en contacto con la democracia, al modo en que un cerillo se consume ante la ausencia de oxígeno. Hoy ha sido la señora Díaz como ayer expiró fulanito de tal y mañana le tocará el turno a menganito de cual. Los aparatos, como los champiñones, sobreviven en ecosistemas cerrados y sin ventilación. No lo olviden.
Desde ese punto de vista, bienvenida sea la luz. Y no nos estamos refiriendo precisamente al señor Espadas.
Noticias relacionadas