Perdonen las molestias
Contrato menor
IU y Podemos llevaron el caso a la fiscalía y el concejal del ramo respondió encendiendo el ventilador de la herencia recibida
El truco más antiguo de la corruptela administrativa es el fraccionamiento de contrato . Es una treta sencilla. De primero de la ESO en corruptología. Si deseas evitar la fiscalización del interventor, troceas el contrato en dos, tres o cuatro fragmentos pequeñitos y santas pascuas. El contrato mayor para obras es aquel que supera los 40.000 euros . En ese caso, la administración está obligada a abrir un concurso público de libre y abierta concurrencia. Pero, si no rebasa ese límite económico, el departamento correspondiente invita amablemente a tres empresas y elige a una.
La administración española está plagada de contratos por valor de 39.999 euros con 99 céntimos. Casualidades de la vida. El número es sospechoso desde un kilómetro a la redonda. Y atufa a fraccionamiento de contrato como la morcilla de cebolla huele a gloria bendita en una barbacoa. Detrás del fraccionamiento de contrato se esconde previsiblemente la voluntad de adjudicarlo a una empresa en concreto y no a otra.
Eso fue lo que ocurrió presuntamente en la reposición de alumbrado de la cordobesa Avenida de Libia . Se partió el contrato en calles anexas y se burlaron todos los mecanismos de control para adjudicarlo a una empresa con nombres y apellidos. Lo típico del manual básico de chanchullología. Luego pasó lo que pasó. IU y Podemos llevaron el caso a la fiscalía y el concejal del ramo respondió encendiendo el ventilador de la herencia recibida .
Ahora tenemos dos investigaciones en sede judicial. La del mandato del señor Dorado y la de la señora Pernichi . Y es probable que de toda esa bronca jurídico política se desprendan datos muy interesantes sobre chanchullopedia y fragmentología de contratos públicos. Para empezar, están aflorando hongos alucinógenos sobre la presunta participación de funcionarios municipales en la trama. Sabemos poco sobre el papel de los empleados públicos en la lúgubre historia de la corrupción nacional, centrados como estamos en poner el foco en la clase política. Veamos, pues.
Mientras tanto, queridos contribuyentes , tomen asiento y aprovisiónense de palomitas. Que esto se pone realmente emocionante.
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