Perdonen las molestias

5.609 euros

Vista aérea del Arcángel Salas
Aristóteles Moreno

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Ahora sabemos que los goles que encaja el Córdoba CF no los recibe en su propia portería. Ni siquiera en el campo municipal del Ayuntamiento , a quienes creíamos hasta hoy titular del suelo de nuestras derrotas. Por lo visto, el Nuevo Arcángel pertenece todavía a la antigua Finacom , aquella sociedad instrumental que adquirió en los noventa los terrenos de El Arenal para perpetrar una turbia permuta cuyos entresijos olían a chamusquina. Pero eso es harina de otro costal.

Hoy sabemos que el campo de fútbol no es de todos los cordobeses y las cordobesas. Veintiocho años después de aquella simpática operación, el Consistorio todavía adeuda 5.609 euros con 89 céntimos a los propietarios del terreno. Quiere decirse que durante todos estos años aciagos hemos estado llorando las calamidades de nuestro equipo en casa ajena. Y oiga: eso no se hace. Sufrir es un acto privado que merece la intimidad del hogar y no el bochorno del subarriendo.

Un campo de fútbol no es un trozo de tierra. Por más que el Nuevo Arcángel se hubiera levantado sobre una escombrera. Un estadio es un órgano vital de un cuerpo urbano . Un ventrículo que bombea cada domingo las esperanzas y las tragedias de miles de conciudadanos. Y no es un plato de gusto enterarte de repente que el suelo donde habitan tus angustias pertenece a una empresa denominada Hansa Urbana S.A., cuyo consejero delegado no has visto en tu vida.

Es como si a medianoche llamaran a la puerta de tu casa y un señor con gafas de montura negra y chaqueta cruzada te informara de que la cama donde duermes es suya. Ni siquiera del banco. Que a eso ya estamos acostumbrados. Lo más probable es que no pegaras ojo el resto de tu vida. Vivir en casa ajena, cuando toda tu existencia pensabas como propia, es un trauma solo comparable a llorar las derrotas de tu equipo en el campo del Hansa Urbana S.A.

La pregunta que se nos viene ahora al occipital es por qué diablos el Ayuntamiento no ha abonado en veintiocho años los 5.609 euros con 89 céntimos de vellón. Y todas las respuestas que se nos ocurren explican a la perfección la naturaleza de nuestro país.

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