Apuntes al margen
Los que traen las vacunas
Optar por el proyecto de la base logística no es ninguna locura: hay poco que perder y mucho que ganar
El Gobierno ha encomendado al unidades del Ejército el traslado de los bienes más preciados de los que dispone en estos momentos el Reino de España: las primeras dosis de vacunas contra el Covid-19 elaboradas por Pfizer y que empezarán a llegar a los brazos de los mayores de las residencias de ancianos y de los profesionales sanitarios, que en un número de 400 ya tienen cita concertada durante las próximas fechas en Córdoba para recibir la primera dosis de inmunización. La próxima vez que alguien se pregunte para qué sirve la logística militar la respuesta podría estar en este hecho aparentemente circunstancial. Los primeros viales durmieron en una casa cuartel de la Guardia Civil en un camión refrigerado y fueron transportados y vigilados por un convoy de las Fuerzas Armadas. Una metáfora poderosa en tiempos de paz.
Disponer de un sistema ágil para la logística militar se ha convertido en clave en un Ejército que ha cambiado, en contra de algunos tópicos facilones, como ninguna otra institución del Estado a lo largo de la democracia. Que los chats de cuatro trasnochados no nos impidan ver el bosque. Las Fuerzas Armadas constituyen hoy una realidad normalizada de un país democráctico con responsabilidades internacionales. Durante la pandemia , se han visto patrullas militares en muchas ciudades sin que a nadie le dé un ataque de nervios, se saquen los pasaportes por si las moscas o se quemen los papeles comprometidos en el chubesqui. El Ejército , que abrió los Centros de Instrucción de Reclutas de Cerro Muriano en los años sesenta del pasado siglo, constituye hoy una parte más de la sociedad cordobesa gracias a una de las brigadas operativas más potentes con las que cuentan las Fuerzas Armadas y que ha tenido una relación de cooperación con gobiernos locales de todos los colores políticos.
El alcalde de Córdoba, José María Bellido , ha decidido que la ciudad presente una carta de intenciones para optar a la sede de la Base Militar Logística unificada del Ejército de Tierra. Como se ha explicado durante estos días, Defensa ha acelerado los planes para crear un centro donde se emplacen once de los doce «departamentos» que contribuyen a dotar de material a las unidades operativas. La ciudad no parte ni como favorita ni como descartada en un procedimiento donde los partidos nacionalistas «chic» han borrado a las autonomías donde gobiernan. Córdoba es una opción más que está sobre la mesa, que tiene pros y contras, pero que reúne una serie de elementos objetivos que hacen que no sea, ni mucho menos, un disparate estar presente en esas mesas de decisión aunque sea como opción. Participar, recuerden, es gratis.
Hay que superar el «trauma 2016» que invitaba a no presentarse a competir por nada para no perder
Bellido no tenía intención ninguna de anunciar la «candidatura» —si es que puede llamarse así a un procedimiento informal de recogida de datos— hasta tanto tuviera cerradas las conversaciones con el resto de grupos municipales y de una serie de organizaciones civiles clave en la ciudad. Si lo hizo fue por una serie de casualidades de la vida que obligaron a confirmar los trabajos discretos que se habían estado generando entre la Alcaldía, la Gerencia de Urbanismo y la Universidad de Córdoba .
Probablemente, exista en esto cierto «trauma 2016». Cuando Córdoba fue descartada para la Capitalidad Cultural Europea , hubo un consenso municipal para evitar este tipo de competiciones que generan una cierta melancolía cuando quien gana es otro. Esos reparos se dan cuando las cosas no se explican lo suficientemente bien. El «no» se tiene de antemano. No hay nada que perder y algunas cosas importantes que ganar como una fuente constante de empleo y una ventana de oportunidad para la industria. No dar la batalla sí que sería un fracaso fruto de los complejos del pasado.
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