Apuntes al margen
Al fin, algo para el C3A
El anuncio del acuerdo con Francesca de Habsburgo suponen un cambio de modelo necesario
La revelación realizada de que la Junta de Andalucía , el Ayuntamiento de Córdoba y la fundación de Francesca de Habsburgo (conocida en España por su apellido de soltera, Thyssen-Bornemisza) tienen hecho un acuerdo muy avanzado para organizar exposiciones temporales con su colección de arte contemporáneo supone un «hombre, al fin, por dios» como la catedral de Burgos de grande. La vasta colección de la noble suiza, hija del barón Hans Heinrich von Thyssen-Bornemisza (popular en España por su matrimonio con la modelo y actriz Carmen Cervera), puede servir para nutrir de exposiciones el C3A o Centro de Creación Contemporánea de Andalucía , una institución que nació con un proyecto arquitectónico carísimo pero sin una misión concreta, lo que ha lastrado su papel en el ecosistema cultural.
La colección de Francesca de Habsburgo , una de las grandes coleccionistas europeas de arte contemporáneo , viene sin mácula conocida para la afición al asunto. Con sede en Viena, abrió en 2019 una sede en Madrid, en el barrio de las Letras. Consta de unas 900 obras individuales o colectivas del arte de ahora mismito: Ai Weiwi, Marina Abramovic o el colectivo danés Superflex, que tuvo una exposición en el propio centro cordobés en el año 2018. La colección es un listín telefónico de participantes en bienales internacionales, centros de arte contemporáneo y todo ese rollo.
Resumiendo el asunto, nadie puede decir que el acuerdo fomenta el arte rancio. Muy al contrario, se trata de una colección de obra que se aleja de los cánones de lo que usted colgaría en su salón. Se fija, según la fundación, en el arte postconceptual de 1990 hasta la actualidad con especial interés en las instalaciones, los trabajos multimedia, las intervenciones y los sacos de patatas con flores.
Aún quedan un montón de cosas por saberse de la colaboración aunque en primera instancia se trabaja en un acuerdo a tres años. Por ejemplo, es importante conocer el coste del mismo (que lo tiene) o los contenidos concretos que se plantean. Pero altera sustancialmente las reglas del asunto estableciendo un modelo distinto para las instalaciones de Miraflores , un edificio de 12.000 metros cuadrados que se inició en 2008 y se inauguró en 2016.
El PP asumió el Gobierno de la Junta sin un discurso cultural claro como ocurrió con el gobierno municipal de Córdoba tras la salida de Juan Miguel Moreno. El Popular es un partido de licenciados en Derecho que cuenta con los dedos de una mano a personas con conocimientos de nivel profesional del mundo de la literatura, el teatro, el arte o el patrimonio monumental. Los culturetas del PP han sido siempre una franca minoría atropellados por el discurso mayoritario, francamente idiota, de que la cultura es buena porque ayuda a traer turistas. El arte, la música o la lectura son inspiradoras por sí mismas. No le hacen falta aditivos.
El PP nunca tuvo claro qué hacer con unas instalaciones que no entendía, para un mundo en el que encuentra más incomprensiones que propuestas. Sencillamente, dejó hacer hasta la determinación de no renovar el mandato de la anterior dirección del centro. Hasta la propuesta de Caballerizas , tímida en comparación con lo que aquí nos trae, de una sala de exposiciones centrada en el arte figurativo (que también es contemporáneo) vino acompañada de un rosario de críticas de un mundillo que sigue viendo al PP como a un incómodo invitado a la fiesta que ya se marcha. El anuncio de estas avanzadas negociaciones abre el foco a la diversidad que siempre, siempre hay que saludar como legítima.
Noticias relacionadas