Historia
¿Aprendió Cervantes a leer y escribir en el colegio La Inmaculada de Córdoba?
Un documental plantea la posibilidad de que el escritor estudiara sus primeros años en el centro jesuita Santa Catalina
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Don Miguel de Cervantes y Saavedra, el príncipe de las letras hispánicas, podría haber aprendido a leer y escribir en Córdoba, en lo que hoy es el colegio de la Inmaculada y que en su origen fue el colegio jesuita de Santa Catalina.
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La tesis, aunque provocadora y aún por confirmar , es plausible. Y es uno de los ejes del documental presentado hoy en el Palacio Episcopal bajo el título '1553-2021. De Colegio de Santa Catalina a Reales Escuelas La Inmaculada', promovido por la Fundación Santos Mártires para dar a conocer la historia de la que fue primera institución educativa de Córdoba en el sentido moderno.
El director del audiovisual, Giuseppe Palmieri , explica que «hemos trabajado con la idea que trata de la infancia de Cervantes en Córdoba. Hay muchos indicios que apuntan a esta conclusión». Las fechas, desde luego, cuadran.
Está probado que Cervantes nació y fue bautizado en Alcalá de Henares en 1547, aunque su familia estaba allí de casualidad. Sus ancestros eran en gran parte originarios de Córdoba: su abuelo paterno, muy conocido en la ciudad, era Juan de Cervantes, un licenciado amigo de quien era deán por entonces, Juan Fernández de Córdoba, que a su vez fue quien cedió el palacio a los jesuitas para la puesta en marcha del colegio de Santa Catalina.
Poco se sabe de la infancia de Cervantes, pero bien pudo haber cursado sus primeros estudios en Córdoba. El colegio de Santa Catalina abrió sus puertas en 1553 , cuando el futuro escritor contaba solo seis años. Todos esos datos, y algunos más (como su conocimiento de la Compañía de Jesús o de la propia Córdoba), «nos llevan a la conclusión de que Cervantes pudo formarse y aprender a leer y escribir en este colegio . Quizás si el colegio de Santa Catalina no hubiera existido hoy no tendríamos el Quijote», fantasea Palmieri. «La investigación sigue abierta pero de eso va a la historia, de tirar del hilo», insiste.
El colegio fue creado por la Compañía de Jesús con un proyecto ambicioso. En él se impartía una enseñanza que puede considerarse muy parecida a la actual, salvando las distancias. Ya no se impartían exclusivamente latín y materias relacionadas con la religión, con lecciones que los niños debían aprender de memoria. Palmieri recuerda que el colegio de Santa Catalina-La Inmaculada fue una « verdadera revolución en la práctica educativa, porque usaba unas técnicas vanguardistas. Pocos colegios había en España o Europa que trabajaran usando el tratro o crearan pequeños concursos para los niños se sintieran motivadsos en una competición sana».
Todo eso existía en este centro pionero, que abrió sus puertas con la presencia de San Juan de Ávila y San Francisco de Borja, mano derecha de San Ignacio de Loyola , fundador de la orden de los jesuitas. En un principio estaba formado por dos plantas con tres aulas cada una, lo que podría dar, según los cálculos de Palmieri, para unos 150 o 180 alumnos. Y la intención era ocupar todas las plazas.
Este proyecto es el resultado de un intenso trabajo de investigación y documentación histórica, a través de entrevistas inéditas realizadas entre Córdoba y Roma , a diferentes investigadores e historiadores de reconocido prestigio nacional e internacional, se ha logrado realizar un recorrido histórico, desde una óptica multidisciplinar, dando a conocer el inicio, las diferentes etapas y las numerosas vicisitudes que conforman la trayectoria histórica de esta blasonada Institución.
Algunos de los investigadores que intervienen en el documental son Fernando Penco, Sebastián de la Obra, Juan Aranda, Francisco Monte o Wenceslao Soto.