ENTREVISTA
Antonio Monserrat: «En Córdoba no hay pirómanos, sí conflictos por los cotos de caza o terrenos»
La Policía Autonómica hizo el año pasado 24 retiradas de menores, miles de inspecciones y recorrieron 35.000 kilómetros de monte
Antonio Monserrat es un inspector jefe con más de 40 años al servicio del Cuerpo Nacional de Policía , donde ha pasado desde el Departamento de Inteligencia al de Seguridad Ciudadana y ahora al mando de la Policía Autonómica en Córdoba , el ala policial menos visible. Desde su despacho enclavado en un edificio de diseño vanguardista en pleno corazón de El Brillante , se enfrenta cada día a labores tan sensibles como la retirada -minutos antes de la entrevista con ABC- de la custodia a una madre de un bebé en la sala de Neonatos del Hospital Reina Sofía.
¿Qué operaciones destacaría del pasado año en Córdoba?
El más significativo fue el desarrollado en un municipio de la provincia, donde junto al Servicio de Protección se procedió a la retirada de cinco menores de la misma familia, y que fue bastante conflictiva debido principalmente a la negativa de los padres y familiares. Si no se actúa ante una declaración de desamparo de los menores, su desarrollo se vería afectado, porque los padres no ejercen como tal, los menores no realizan las suficientes comidas diarias y las medidas de higiene brillan por su ausencia.
¿Es un trabajo duro?
En estas retiradas, cuando visitamos los domicilios donde se encuentra el núcleo familiar, no hay ningún tipo de medida de higiene , el olor que hay en las viviendas es insoportable, no podemos imaginar que se pueda vivir en esas condiciones. También tengo que decir, que una vez que los menores no se encuentran ya bajo la custodia de sus progenitores, y al estar más liberados comienzan a contar cómo se encontraban en sus casas y nos da la sensación como de alivio de haber realizado bien nuestro trabajo. El pasado año se procedió en colaboración con e l Servicio de Protección a realizar 24 retiradas de menores.
¿Qué otras tareas con menores les están encomendadas a la Adscrita?
Tenemos que velar por los menores que se encuentran bajo la tutela de la Junta, como los traslados de los internos en centros de reforma, y buscarlos en caso de que se fuguen del centro. El pasado año tuvimos 22 de estas incidencias y los localizamos. Lo habitual es que regresen por su propia decisión horas después. Además, en colaboración con la Junta de Andalucía trabajamos en problemas de absentismo escolar, concretamente en la elaboración de 66 informes. Normalmente, en estos casos se suelen reconducir tras hablar con los padres pero hay algunos que llegan a judicializarse. También actuamos en el caso de venta de consumo de alcohol a menores, así como la entrada de menores a salones de juego.
«Hay 89 salones de juego en la provincia; 53 en la capital. Es prácticamente el doble que hace un año»
¿Han proliferado mucho las salas de juegos y apuestas en Córdoba?
En la provincia hay 89 salones de juegos de los que en la capital hay 53, prácticamente el doble que hace un año . Y otra de las cuestiones que nos han llamado más la atención ha sido el aumento detectado del juego entre jóvenes, cada vez más, y a edades más tempranas. En una de estas operaciones se identificaron tres menores, uno de ellos con un carné falso y dos que habían entrado de alguna forma en el salón de juego. Entre las operaciones los agentes de la Autonómica se detectaron a tres menores haciendo uso de una ruleta B-3 en un salón de juegos.
¿Cómo evoluciona la cifra de incendios forestales en Córdoba?
Lo cierto es que los incendios forestales han bajado en torno a un 10 por ciento el pasado año respecto a 2017. Durante 2018 se registraron 128 incendios de los que 78 fueron forestales, y de esos, 55 fueron conatos. Del resto se esclarecieron 5 que resultaron en su mayoría provocados por imprudencias . En contra de lo que se pueda pensar, en Córdoba no hay pirómanos. La gente quema el monte por conflictos con los cotos de caza o motivos económicos como pueden ser ganadero, aunque la mayoría del monte se quema por descuido o imprudencia a la hora de realizar labores en el campo, como quemas, arados o tractores.