CONTRAMIRADAS

Antonio García, bombero: «En las catástrofes sale lo mejor de nosotros»

Este señor se juega la vida por salvar vidas. Parece una ecuación extraña, pero se llama humanidad. Ha viajado al epicentro del horror. Turquía, Ecuador, Haití. Y aquí tienen su historia

Antonio García, junto a su perro, en el parque de bomberos J. PRIETO
Aristóteles Moreno

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Haití. 2010. Un terremoto de fuerza 7 devasta la isla. 316.000 fallecidos. Casi 400.000 heridos. 1,5 millones de personas sin hogar. Un equipo de bomberos andaluces logra alcanzar Puerto Príncipe en 36 horas. Hotel Montana. Sesenta personas bajo los escombros. Gritos y desolación. Localizan a una mujer a varios metros de profundidad. Está viva. Es la dueña del hotel. Se activa la operación de rescate. Los bomberos se abren paso con picos, martillos y un pequeño percutor. También con las manos. Nada de instrumentación pesada para evitar derrumbes. Dieciocho horas después, el equipo de salvamento llega a Nadine Cardoso. Tiene los pies atrapados y se ha visto obligada a beber su propio orín para sobrevivir al calor sofocante. Misión cumplida. Todo el grupo de salvamento se funde en un mar de lágrimas. Hoy Nadine Cardoso es la delegada de Bomberos Unidos sin Fronteras (BUSF) en Haití.

Esta es la vida de Antonio García Romero . El señor que tienen en la imagen junto a su perro y el vehículo contraincendios. Bombero por vocación y titular de una larga lista de intervenciones en catástrofes internacionales por ese sentimiento ingobernable llamado humanidad. La conversación tiene lugar por teléfono desde su puesto de trabajo en Puente Genil.

Dice un aforismo judío que «quien salva una vida, salva a la humanidad».

Así es. Yo siempre le digo a mi mujer y mis hijos que si alguna vez me ocurre algo, me puedo morir tranquilo. He sido feliz, he tenido una profesión que me encanta y la suerte de ayudar a la gente. Voy a seguir al pie del cañón y ahí está mi mochila siempre preparada.

¿Qué se siente cuando se salva una vida?

A mí se me saltan las lágrimas. Y a un montón de bomberos muy curtidos. Te juegas la vida. Cuando ves que la señora está viva y te habla, eso es gasolina para trabajar un montón de días más.

«Siempre le digo a mi mujer que si alguna vez me ocurre algo, me puedo morir tranquilo. He sido feliz, tengo una profesión que me encanta y la suerte de ayudar a la gente»

Antonio García Romero (Montalbán, 1969) inauguró el servicio de bomberos de la Diputación Provincial de Córdoba en 1993. Tenía 24 años. Su primer destino fue Lucena. Y su primera actuación, el incendio de una vivienda un sábado por la noche. Estaba solo en el turno y tenía más miedo que experiencia . Mucho más. Tanto que se partió el labio en la intervención. Su trayectoria profesional ha transcurrido entre fuego de pastos, accidentes de tráfico y toda suerte de rescates de personas en situaciones complicadas.

En el año 1999, un seísmo segó la vida de 22.000 personas en Turquía. Agarró el petate con unos compañeros y tomaron rumbo a Estambul. « Fue la primera vez que intervine en una operación internacional . Me marcó», afirma. Realizó tareas de salvamento en Izmit, una ciudad turca de Anatolia que resultó prácticamente derruida. Hasta el parque de bomberos local se encontraba hecho añicos. Fue allí donde vio trabajar por primera vez con perros a contingentes holandeses y franceses. Al regreso, pusieron en marcha la Unidad Canina de Rescate del Consorcio de Bomberos de la Diputación . El de Turquía fue el inicio de un compromiso personal que lo ha empujado a dedicar su vida a echar una mano en cualquier parte del mundo. Haití, Ecuador, Guatemala, Guinea. No importa en qué punto del globo terráqueo. La solidaridad no entiende de territorios ni de fronteras.

Dígame las tres virtudes del buen bombero.

Sacrificio, generosidad y trabajo en equipo.

Es usted voluntario de Bomberos Unidos Sin Fronteras desde el año 2004. ¿No ha encontrado mejor forma de complicarse la vida?

No, porque no creo que me la esté complicando. Todo el mundo aquí sabe cuál es mi grado de compromiso. De hecho, algunos me dicen: « Antonio, tú no trabajas de bombero. Tú trabajas en la ONG de voluntario y el tiempo libre se lo dedicas a ser bombero ». La verdad es que le dedico muchas horas. Todos los años estoy fuera del país uno o dos meses. Y para eso necesitas una familia que te apoye . Yo la tengo. Mi mujer es trabajadora social en la Cruz Roja y también voluntaria de BUSF.

¿Qué queda detrás del desastre?

Fui a Haití otra vez en el año 2016 y estaba prácticamente igual que en 2010. No hay Gobierno estable y la gente sigue pasando hambre. Un policía me amenazó con una pistola para sacarme dinero. Íbamos todos en el coche y nos paramos en un control. Yo le dije: «¿Usted no entiende que estoy aquí para ayudar a su pueblo?». Y él me dijo: «El que no me entiende es usted. Mi pueblo está en mi casa pasando hambre . Llevo cuatro meses sin cobrar y tengo que conseguir comida para mi familia». Tuvimos que darle dinero. Así es la vida en esa clase de países.

¿Ha visto la muerte de cerca?

No sé si la he visto de cerca, pero sí ha pasado al lado mía. Cuando estás a tres o cuatro metros bajo los escombros , sabes que si hay una réplica no te va a dar tiempo a salir.

¿Y qué mirada de angustia no se le quita de la cabeza?

En Ecuador había una señora mayor que estaba sentada sobre unos escombros sin hablar . Después de pasar dos o tres veces le preguntamos. Le habían desaparecido dos hijas debajo de la casa. De 8 y 12 años. Habían pasado ya cinco o seis días. Soltamos a los perros y nos indicaron que había algo en una zona determinada pero ya sin vida. El jefe de nuestro grupo le dijo que nosotros no le podíamos ayudar pero que tuviera la certeza que sus hijas estaban allí. La mujer nos fue saludando uno a uno dándonos las gracias porque por fin podría enterrarlas con dignidad . Nos llegó al corazón.

¿Y qué es lo más hermoso que ha descubierto debajo de los escombros?

La vida.

¿La de bombero es una forma de vida?

Sí. Por supuesto. Se lo digo a los niños en los colegios: los bomberos ayudamos a la gente .

Un bombero, ¿nace o se hace?

Hay bomberos que nacen y otros que se meten en la profesión por otras razones. Cuando entran y se dan cuenta lo bonito que es lo que hacemos ya se sienten bomberos para siempre . Otros están por el sueldo, pero son muy pocos.

«En Haití un policía me amenazó con una pistola para sacarme dinero. Yo le dije: «¿Usted no entiende que estoy aquí para ayudar a su pueblo?»

En aquel terremoto de Haití de 2010 salvaron la vida de un segundo hombre. Estaba también sepultado varios metros bajo los escombros del mismo hotel Montana . Tardaron 12 horas en sacarlo. Escuchaban su voz implorante a través de las piedras. El señor aseguraba encontrarse junto al hijo del dueño del hotel. «¿Y cómo está?», le preguntaban los bomberos. «El niño está bien. Inconsciente, pero bien», contestaba el hombre. Cuando, por fin, el equipo de salvamento accedió a la cavidad donde se encontraba el señor, observaron con estupor que se hallaba solo. «¿Y el niño?», preguntaron perplejos. El señor les contestó: «Soy negro. Y si les digo que estoy aquí siendo negro y ustedes blancos, y el hijo del dueño está desaparecido en otro lugar del hotel, me hubieran dejado por él». La anécdota retrata con crudeza la realidad discriminatoria de un país donde todos sus habitantes no son exactamente iguales.

Es usted también jefe de la Unidad Canina de Rescate. ¿Cuanto más conoce a los hombres, más aprecia a los perros?

La verdad es que sí. Tengo seis perros en casa . Y cada vez que llego me reciban saltando. Sé que nunca me van a dejar y jamás me van a traicionar.

Los instrumentos de salvamento han cambiado de forma notable desde que Antonio García Romero accedió al cuerpo. Entonces, solo había un parque de bomberos: el de Córdoba capital. Él inauguró el primero de la provincia en Lucena y los medios humanos eran ínfimos. Una persona por turno . Hoy los parques provinciales de bomberos se han multiplicado y, pese a las carencias, disponen de mejores medios que hace casi tres décadas. Además del uso de perros en las tareas de salvamento , el servicio de bomberos dispone ya de drones para operaciones de localización . Antonio García ha participado en misiones de rescate en la montaña. Y, en ese contexto, el dron se revela como un instrumento extremadamente útil, porque permite rastreos en zonas orográficas complicadas y aproximaciones rápidas al individuo en peligro para determinar su estado de salud. La Unidad Canina de Rescate dispone de once perros. La ONG BUSF ha firmado un convenio con la Diputación para la concesión de cobertura económica en casos de emergencia internacional.

Después de ver tanto drama, ¿le quedan fuerzas para el optimismo?

Sí. En el fondo, el ser humano es bueno. Cuando hay una catástrofe, sale lo mejor de nosotros.

Los incendios se apagan con agua. ¿Y las broncas de investidura?

[Risas] No sé. Yo creo que mi trabajo lo hacemos mejor los bomberos que esta gente el suyo.

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