Coronavirus Córdoba

Antonio J. Durán, matemático: «El día del estado de alarma ya había cientos de miles de contagios»

Este catedrático de matemáticas egabrense no ha parado de hacer números desde que el virus atropelló al planeta

Antonio J. Durán, matemático egabrense ABC

Aristóteles Moreno

El cataclismo sanitario que arrasa hoy el planeta no únicamente se combate con cuidados médicos e investigación científica a contrarreloj. También con proyecciones estadísticas que permitan dimensionar adecuadamente la pandemia y anticipar su expansión por los cinco continentes. Antonio J. Durán es matemático y desde la irrupción del Covid-19 se encuentra sumergido en un universo de números y curvas de evolución.

El Imperial College de Londres ha estimado en 7 millones los infectados en España. ¿Le cuadran las cifras?

Sí me cuadran, pero hay que saber leerlas. Eso es una estimación estadística. Es sensato pensar en lo que se llama «intervalo de confianza», que lo que dice es que hay un 95% de posibilidades de que los infectados vayan de 1,8 a 19 millones. Por lo tanto, lo más probable es que se sitúe en 7 millones. No son los 94.000 detectados [el miércoles].

¿De dónde salen esas estimaciones?

De un análisis usando técnicas estadísticas muy sofisticadas con la evolución del número de muertes, el tiempo en la UCI o la franja de edad. De todo eso y el conocimiento de otros países, el Imperial College ha sacado datos de 11 estados europeos. No hay otra manera de saber el estado de la epidemia que no sea con estimaciones estadísticas.

De ser cierta la estimación, la letalidad del virus baja drásticamente.

Claro. La primera consecuencia situaría la letalidad del virus en lo que se ha medido en Corea y China: entre el 1% y el 2%. No cerca del 10%, que es lo que ahora dan los datos en España.

O sea, el dato que nos asienta en la realidad es el de la muerte.

Ese es el más fiable.

¿Contar solo enfermos diagnosticados sirve para algo?

Si pudieras hacer test a cientos de miles de personas, como en Corea, serviría de mucho. Te da una visión muy completa. En España no tenemos test y el dato de detectados vale para poco.

7 millones representa el 15% de la población, la cifra más alta del mundo. ¿Qué concluye un matemático?

Hay un factor suerte. El virus se origina en China y se extiende por todo el mundo. Los países que tenían un contacto más estrecho con China, como Alemania o Francia, deberían haber desarrollado la epidemia antes. Pero el primero que la desarrolló fue Italia. Y puede ser una cuestión de suerte. En el caso de España, creo que llegó por los partidos de fútbol. No sabíamos la dimensión real del virus en las primeras semanas de marzo y cuando llegó el confinamiento, sobre todo en Madrid, estábamos en los centenares de miles de infectados. Cada persona infecta a cinco. Con el confinamiento, esa tasa baja entre el 2 y el 1, y para que la epidemia se controle debe estar debajo de 1. En el caso de Andalucía, si eran solo miles entonces, bajó la tasa por debajo de 1. En Alemania también eran decenas de miles. Y es importante cuántos tengas en el momento del confinamiento.

Antonio J. Durán, catedrático de matemáticas ABC

Lo del coronavirus es una progresión geométrica exponencial.

Eso es. Si no pones confinamiento, es muy rápida hasta que la población se infecta casi toda y se genera lo que se llama la «inmunidad de grupo». El virus ya no tiene a quién afectar y otros generan anticuerpos. El problema es que hay una letalidad alta en segmentos de edad y se te colapsa el sistema sanitario. Muchas personas hubieran sobrevivido con respirador en la UCI. Ahora mismo hay que salvar vidas. Luego, la economía.

¿El azar es un valor matemático?

Es un hecho de la realidad y las matemáticas tienen herramientas para estudiarlo y descubrir sus secretos. La casualidad es muy difícil de definir.

Le voy a poner un pequeño problema matemático: si el 1 de marzo había 151 infectados; el 14-M había 5.100 y 132 muertos; y el 31-M había 94.417 y 8.189, ¿cuántos infectados y muertos habrá el 15 de abril?

Eso efectivamente es un problema matemático. Con esa información no se puede decir nada porque el número de infectados está mal medido. El número de muertos es más importante pero se necesitarían más detalles, como, por ejemplo, los ingresos hospitalarios. Las matemáticas no son magia.

La tasa andaluza es de 61 infectados por cada 100.000 personas, una de las más bajas de España. ¿Sabe por qué?

Al inicio del confinamiento había en Andalucía pocos miles de infectados reales. Y la tasa de reproducción estaría en torno a 3 por infectado. El confinamiento, como tienes pocos miles, es muy eficiente. Enseguida se bajó de 1, que es detener la enfermedad. Por eso es fundamental actuar rápido.

Y había pocos miles de infectados en Andalucía por azar.

Pues sí. No hay más explicación que esa. Donde más hay es en Málaga, porque recibe más turistas. El foco de Valencia, por ejemplo, fue por el partido con los italianos. Eso ya se sabe.

¿Cuántos muertos dejará la pandemia en el planeta?

Vamos a tardar años en saberlo. No me atrevo a dar cifras pero va a ser muy dramático. Ahora está afectando a países que tienen más capacidad de defensa, pero el virus ya ha entrado en África y Sudamérica. O en la franja de Gaza.

Si una pandemia como esta no ha sucedido nunca en nuestra generación ni tampoco en la de nuestros padres, ¿qué posibilidades hay de que se repita el año próximo?

La última de esta dimensión fue la de 1918. La posibilidad de que haya este tipo de virus es alta. Cada pocos años se inicia una, como la del SARS o la de la gripe aviar. Afortunadamente aquellas se lograron contener, pero esta no.

«En Andalucía va a funcionar mejor porque la situación de partida era mejor»

¿Qué le dice su calculadora sobre la eficacia del confinamiento?

Que es la única manera. El gobernante tiene que acertar en aplicarlo cuanto antes mejor. Y los gobernados quedarse en casa. Si no lo haces así, es un desastre garantizado. En Andalucía va a funcionar mejor, no porque lo estemos haciendo mejor, sino porque la situación de partida era mejor.

El Imperial College ha cifrado en 16.000 las vidas salvadas por el confinamiento.

Confinarnos en casa es una situación de emergencia que causa mucha tensión y, desde el punto de vista económico, es muy duro. Ayuda saber que está salvando decenas de miles de vida. No es un capricho. 16.000 vidas salvamos hasta ayer [por el martes]. Hoy estamos salvando otras miles más. Y eso nos debería dar fuerza.

¿Cómo despejamos la ecuación del enigma alemán?

No tiene una explicación. De nuevo, está el azar. Ellos tenían menos infectados cuando pusieron en marcha sus medidas de confinamiento. Y tienen un sistema sanitario que no ha sufrido tantos recortes, lo que les ha dado la posibilidad de atender a más gente. Y Alemania va con diez días de retraso en la evolución de la enfermedad. Veremos qué le pasa ahora.

¿Y la ecuación del enigma coreano?

Ahí entra en juego otra variable muy interesante. Tienen fábricas de test. Y eso es otra enseñanza que aprender: no podemos seguir teniendo las fábricas en China si necesitamos respiradores. Corea ha ido por delante en hacer test masivos a población que no tenía ni síntomas. Aplicaron medidas de confinamiento limitado y no tan estricto. Han puesto en marcha un sistema de rastreo en móviles y cuando sale un infectado se informa a quienes se mueven por la zona. Han apostado por la ciencia y la tecnología y en eso nos lleva unos años de anticipo.

¿Lo que no puede explicarse con números no existe?

El movimiento de los planetas pasó muchos milenios sin que tuviera explicación, pero no porque no la tuviera sino porque no la sabíamos. Los científicos somos modestos y reconocemos que somos ignorantes. Sabemos que hay muchas cosas que posiblemente tengan explicación pero hoy no la conocemos. Hay que buscarla.

Leo en los títulos de sus libros: «El universo sobre nosotros», «Matemáticas para estimular el talento», «La poesía en los números», «La verdad está en el límite». ¿Lo suyo son las cifras o la filosofía?

A mí me interesa, sobre todo, las complejidades de la condición humana. Y he encontrado que la historia de las matemáticas y la ciencia permite arrojar algo de luz.

¿Y las matemáticas qué nos dicen de la condición humana?

Más que lo que nos dicen, es lo que nos pregunta. Darwin ya lo dijo: somos una especie en continua disputa entre esa parte racional, que es nueva en las especies, y la parte emocional que viene de antes: del instinto animal.

Y ahora mójese: ¿cuándo veremos el sol?

En una o dos semanas más empezaremos a ver cómo la cifra de muertos desciende claramente, lo que nos confirmará que lo hemos conseguido. Porque lo vamos conseguir. De eso no hay duda.

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