Efeméride

Antonio Calvache, un fotógrafo cordobés en el centro de la bohemia

Hace 125 años nació este hombre singular, que fue novillero, fotógrafo y director de cine en el Madrid de los locos años 20 y el Tánger del protectorado

Antonio Calvache retocando una fotografía en su estudio de Madrid ABC

Félx Ruiz Cardador

De vivir en el centro del mundo del espectáculo y la bohemia a pasar sus últimos años en un piso enorme de Madrid, una especie de galeón desvencijado en el que se acumulaban recuerdos, cachivaches y toneladas de olvido y soledad. Ese fue el trayecto vital de un cordobés apenas conocido en su tierra natal, el fotógrafo y cineasta Antonio Calvache Gómez del Mercado , de cuyo nacimiento en la ciudad se cumplen 125 años. Sin duda, uno de los grandes cronistas gráficos de los locos años 20, época en la que pasaron por delante de su objetivo grandes escritores veteranos como Benito Pérez Galdós y Jacinto Benavente y las mejores actrices de su tiempo , entre ellas Carmen Ruiz Moragas , la amante del Rey Alfonso XIII . Calvache fue de hecho fotógrafo de la Casa Real y uno de los más activos colaboradores de la revista ‘Blanco y Negro’ de ABC . Su vida, laberíntica y azarosa, sigue aún hoy en la neblina en buena parte y es una especie de resumen de una generación que vivió una juventud dorada en los años del crepúsculo alfonsino y que luego se fue perdiendo entre las brumas de las décadas que siguieron.

Antonio Calvache nació en Córdoba en 1896, dado que su padre, también fotógrafo, tenía por esa época estudio en la ciudad. Niño aún, se sabe que se marchó a Jerez , donde se trasladó la familia, y allí cursó estudios de arte al tiempo que aprendía el oficio de fotógrafo en la casa paterna. Aficionado a los toros , a los que luego le dedicaría buena parte de su obra fotográfica, tuvo vocación taurina e incluso llegó a placearse como novilllero con cierto éxito, como recuerdan aún las crónicas taurinas de la época, que lo evocan recogiendo flores y sombreros por los ruedos de las plazas de inicios del XX. Su carrera novilleril tuvo sin embargo vuelo corto, bien porque el talento no le daba para más o bien porque la familia se opuso a que siguiese ese duro camino, versión que le gustaba contar en sus últimos años de vida. Lo cierto es que a finales de la segunda década del XX Calvache aparece ya con residencia en Madrid, donde abrió junto a su hermano Diego un estudio en la céntrica Carrera de San Jerónimo , mientras que su hermano José abría otro bajo el conocido pseudónimo de Walken .

Antonio Calvache ABC

De esos años procede la mayor parte de su archivo, parte del cual lo adquirió la Biblioteca Nacional hace 15 años. Fotógrafo de estudio en esos inicios, cobró fama pronto y por su estudio pasaron infinidad de personajes de su tiempo. Numerosos escritores y toreros, pero también actores y actrices que se hacían allí las fotografías promocionales de sus espectáculos. En el archivo de ABC, donde colaboraba, quedan también muestras de este mundo en el que se movía y que coincide en el tiempo con el Madrid bohemio que Valle Inclán retratase en sus ‘Luces de bohemia’, Cansinos Assens en ‘La novela de un literato’ y, más recientemente, Juan Manuel de Prada en ‘Las máscaras del héroe’. Las imágenes de la época muestran a Calvache trajeado con frac y repeinado, con planta de galán y en amplios salones alfombrados, lo que evidencia que la de este cordobés no fue la bohemia pordiosera de tantos escritores y artistas sin talento como por entonces pululaban por los cafés de Madrid, sino la de una clase media joven, acomodada y brillante que alternaba el trabajo con las fiestas y encuentros y que se corresponde con la europeísta y moderna Generación del 27, pues no en vano Calvache era apenas dos años mayor que García Lorca y cinco que Rafael Alberti o Luis Cernuda .

Actor y director

Esa modernidad del personaje se observa también en su temprana atracción por el cine, un arte que por entonces comenzaba a ganar adeptos entre las clases medias españolas y que también despertó el interés de esa nueva generación de escritores que en esa fechas publicaban sus primeros libros. Comenzó esta pasión con ocasionales papeles secundarios , alguno de ellos en películas de éxito como ‘Currito de la cruz’ (1926), la primera adaptación de esta novela taurina de Alejandro Pérez-Luguín , que participó en el guion. En esos rodajes nació su vocación como cineasta, que al año siguiente, en 1927, fructificó en su primera película como director, ‘La chica del gato’, adaptación a su vez de una obra teatral de uno de los dramaturgos más exitosos del momento, Carlos Arniches. Su obra fílmica se extendía luego durante la II República e incluso en la postguerra, ya que en 1940, recién concluida la guerra civil, Calvache estrenó ‘Boy’, inspirada también en una obra literaria, en este caso del Padre Coloma .

Tampoco el conflicto bélico fue ajeno al objetivo de Calvache, que anduvo retratando las acciones de la legión y de los falangistas y requetés navarros, que luego lo distinguieron por su labor. Cubrió también para ABC la Batalla del Ebro y en el archivo del diario permanecen sus instantáneas del desfile de la victoria que se realizó en Madrid al término de la guerra, en mayo de 1939, y que recorrió los paseos del Prado, Recoletos y La Castellana , entre otros espacios céntricos de la capital española. A pesar de formar parte de la España vencedora, el rastro de Calvache se diluyó en los años siguientes, ya que el fotógrafo, por razones que se desconocen, decidió emigrar a la ciudad africana de Tánger , donde tuvo

Retrato de Jacinto Benavente hecho por Antonio Calvache ABC

estudio fotográfico abierto.

De su vida en ese Tánger de los años centrales del siglo XX, por el que pasaron grandes escritores como Paul Bowles o Truman Capote, apenas nada se sabe, sólo que debió volver a España, a Madrid, en torno a los años 60 , cuando Marruecos tomó la soberanía de la ciudad.

Reconocimiento

Sus últimas décadas de vida las pasó Calvache olvidado de todos y refugiado en el gran piso que tenía en el centro de Madrid. Sin apenas ingresos, se dedicó a vender sus antiguas fotografías por el rastro, lo que propició que su archivo se disgregase de tal modo que sus imágenes estaban repartidas por numerosos bares y domicilios de Madrid. También colaboró con fotógrafos más jóvenes, a los que se ofrecía para retocar imágenes, una técnica muy de su época pero que ya iba cayendo en desuso. Murió en democracia, en 1984 , asistido por una sobrina que le llevaba fiambreras de comida a su enorme caserón, donde permanecían aún los muebles de sus años dorados aunque lastrados ya por el paso del tiempo y la falta de mantenimiento.

Aunque Calvache parecía condenado al olvido, el historiador de la fotografía Juan Miguel Sánchez Vigil lo recuperó una década más tarde con una exposición de su legado en el Centro Conde-Duque de Madrid , que abrió en 1994. Años después publicó sus fotografías en la editorial Espasa y la BNE compró a inicios del siglo XXI lo que quedaba de su archivo, con imágenes suyas y de su hermano Diego que abarcan desde 1901 hasta 1950.

Así quedó recuperada la memoria de este cordobés inquieto, de vida singularísima. Hijo indudable del cambiante y complejo siglo XX español y hoy apenas conocido en la ciudad que le vio nacer hace ahora 125 años .

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación