Fútbol

Antonio Blanco, el viaje de Montalbán a 'galáctico' del Real Madrid

«Estos días se nos han escapado muchas lágrimas de felicidad», confiesa su padre Alfonso, vendedor ambulante

La familia de Antonio Blanco en el Nuevo Calvario de Montalbán F.L.

Fernando López

Humildad, sacrificio y constancia. Es lo que define a Antonio Blanco Conde ( Montalbán de Córdoba, 2000). El último cordobés en debutar con el primer equipo del Real Madrid no está a las órdenes de Zinedine Zidane por casualidad. Su presencia es fruto del trabajo que viene desarrolló desde que dio sus primeras patadas a un balón en el Nuevo Calvario , el campo de su pueblo natal.

Antonio es el hijo menor de Alfonso , vendedor ambulante de legumbres. Se sigue ganando la vida con ello y no piensa dejarlo a corto plazo pese al éxito del futbolista. Ahora es un poco más feliz. Atendió a ABC con la simpatía que le caracteriza y confiesa que «en los últimos días se nos han escapado muchas lágrimas de felicidad». El padre reconoce que ahora «son momentos muy bonitos, pero también los hubo muy difíciles y por eso es hora de agradecerle a todo el mundo que nos ayudó porque hemos pasado momentos muy difíciles».

Como padre de Antonio, reconoce que «estos son momentos muy agradables, no puedo esconder mi orgullo y no se puede describir con palabras». El instante clave llegó el pasado 16 de abril con el debú en Primera ante el Getafe . «Personalmente lo viví con muchos nervios, pero luego le vimos lo tranquilo que estaba y eso nos hizo a todos estar algo más tranquilos también». A ese subidón le añadió unos días más tarde su primera titularidad. Sumó noventa minutos en Cádiz y una victoria: «Ese día le vimos mucha personalidad en el campo y la verdad es que disfrutamos mucho».

Con orgullo, pero con los pies en la tierra, Alfonso Blanco explica que Antonio es un niño «cariñoso, agradable, humilde y entregado a los suyos; se lo digo porque es así y no porque sea mi hijo». A su juicio, «Antonio está en etapa de aprender, sabemos que le queda mucho y que esto es un pasito más, pero debutar con el Madrid no es para nada fácil y eso es algo que él sabe». En un pueblo conocido por la calidad de sus ajos, el papá de Blanco asegura que «venimos de una familia humilde y pobre, y todo lo que ha conseguido ha sido por trabajo y él sabe que nunca puede levantar los pies de la tierra», explicó.

Su hermano Juan tiene seis año más y es también trabajador. Tras finalizar los estudios de magisterio se agarra a empleos que van saliendo, como trabajar en una gasolinera. Tiene la misma pasión por el fútbol y la misma timidez que su hermano, pero se deshace también en elogios hacia Antonio: «Ver a mi hermano jugar con el Madrid en Primera División es todo un orgullo; es algo que se ha ganado con mucho trabajo, mucha constancia y mucho esfuerzo». La relación, pese a la distancia, además es diaria: «Hablo todas las noches con él, me comenta sus sensaciones y le veo feliz porque el míster está empezando a contar con él y disfrutando de minutos en Primera».

Desde el punto de vista futbolístico, uno de sus primeros entrenadores fue Salva Ruz, actual presidente del CD Montalbeño . Ruz confiesa que «es una satisfacción muy grande, no hay palabras para describirlo porque no ha cambiado su forma de ser, es la misma persona; el niño que debutó el otro día con el Madrid es el mismo que jugaba aquí de benjamín».

Cuando Ruz era su entrenador, Blanco apenas tenía siete años, pero recuerda que «desde el primer momento que lo vimos y cogía el balón ya se sabía a dónde iba a llegar como jugador, que es donde está», Además explica que «hacía cosas tácticas que no le había explicado nadie y luego encima era un chico alegre y muy amigo de sus amigos». Una prueba la dejó patente el día del debú con el Madrid: «Me mandó un mensaje de agradecimiento en el que me dijo que yo también tenía parte de culpa de su éxito». Además alaba que «lleva el Montalbeño por bandera».

Blanco, el segundo de arriba por la izquierda en el CD Montalbeño ABC

El presidente del Séneca, ‘Manolín’ Cuesta , fue su descubridor e impulsor hacia el Madrid, como de tantos otros talentos de Córdoba. Explica el sacrificio de Antonio Blanco durante su estancia en el club senequista: «Antonio es todo sacrificio, tenía que venir tres y cuatro días a Córdoba y no faltó nunca a entrenar».

Además, Cuesta lo recuerda como «un niño modélico, calladito y muy respetuoso . También detalló que «ha sido inteligente porque estuvo firmado por el Villarreal casi pero escuchó, supo esperar un año más y luego marcharse al Real Madrid».

Sobre su fichaje contó que «me dijeron que había varios chicos en Montalbán , fui a verlos y vi que tenía las mismas condiciones que tiene ahora, era un niño muy disciplinado. Lo mismo que es ahora ya lo era cuando pequeño y no dudamos en incorporarlo. Coincidió con una gran generación y fue progresando por delante de todos; es el cuarto jugador del Séneca que debuta en la primera plantilla del Real Madrid salido de nuestra cantera después de Verdugo, Quini y Álvaro Medrán ».

El hijo de Manolín Cuesta, Isaac, fue su entrenador durante dos temporadas. De su formación recuerda una anécdota bastante curiosa que demuestra su implicación y su responsabilidad: «Jugábamos una final de Copa contra el Córdoba y recuerdo ir al descanso ganando bastante abultado, estábamos todos contentos y él llegó al vestuario ganando porque decía que había fallado dos pases y eso era algo que no se podía permitir porque iban a meternos gol y se metían en el partido; tenía una ambición por encima del resto y eso lo ha sabido convertir a positivo».

Antonio Blanco con la elástica del Real Madrid EFE
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