Cultura
Antonio Agredano: «La niñez es un trampantojo, porque no entiende la realidad. Está mimada»
El escritor cordobés cuenta en ‘Prórroga’, su debut en la novela, la historia de un hombre que debe acabar con un empate en la vida
Antonio Agredano (Córdoba, 1980), habla como escribe: las ideas van rápidas de la cabeza a la voz, y el monólogo interior aflora al hablar de ‘Prórroga’, en que ha metido su particular estilo en un molde literario distinto.
Poesía, artículos, crónicas deportivas y ahora novela. ¿Su pasión es escribir, más allá de los géneros?
Me gusta también esa idea de no ceñirme a algo, porque en realidad todo se mezcla. Cuando me dicen que mi novela es poética , es porque yo leo mucha poesía y he escrito mucha poesía. Mezclar los géneros , jugar con lo que uno tiene y con lecturas heterogéneas y con autores diferentes te da herramientas. Sobre todo, cuando uno está escribiendo y se encasquilla en algo, y no sale, haber dado tantos saltos por otros géneros, por otras lecturas, por otras soluciones y por otras cajas de herramientas, que es como yo llamo muchas veces a los escritores, me parece fundamental en mi escritura. A veces, tengo el vértigo de abarcar demasiado y apretar poco, pero la suerte de esta novela es que he podido mezclar casi todas mis pasiones: la poesía, el fútbol , la música y parece que todo desemboca naturalmente.
Edita el libro Panenka, una revista que ha ayudado a reconciliar al fútbol con la cultura. ¿Qué nos enseña el fútbol de la vida?
Recuerdo hace ya bastantes años en Cosmopoética a Miguel Pardeza y Francisco Uriz hablando de la poesía del fútbol. El fútbol siempre ha tenido un componente cultural, porque es un deporte que tiene mucho que ver con la vida por una razón que me fascina, y es que es imprevisible. Se juega con una de las partes más torpes de nuestra anatomía, que son los pies. En un partido de fútbol pueden pasar muchas cosas, y en la vida uno también está abonado al no saber qué va a suceder, a ese carácter imprevisible de la existencia. De hecho ‘Prórroga’ , el título de la novela, lo lees como la parte extra de un partido de fútbol, pero el poeta Pablo García Casado dijo en la presentación en Córdoba que cuando uno va a la prórroga es porque necesita solucionar algo que vivió. Necesita acabar con un empate en la vida y necesita un tiempo extra para dejar las cosas mejor que como estaban.
«Me aterra cumplir años, me aterra ver cómo se va yendo gente que me acompañó en una parte importante de mi vida»
Su protagonista tiene 40 años, como usted. Para una persona es la mitad de su vida y para un futbolista su carrera ya ha terminado.
Es terrible. El paso del tiempo es mi gran obsesión literaria , también en mis artículos. Me aterra. Me aterra cumplir años, me aterra ver cómo se va yendo gente que me acompañó en una parte importante de mi vida, me aterra cómo nos tenemos que enfrentar a una cosa que va a llegar y que mucha gente que ha vivido más joven y yo no, que es la pérdida de tus padres. De eso trata ‘Prórroga’, realmente, de cómo uno tiene que vivir, salir de esa cascarita en la que uno está y enfrentarse a las grandes pérdidas de la vida . Cuando uno tiene 40 años lo normal es empezar a despedirse de gente a la que quiso mucho. El portero de la novela, Julián Bellón , no quiso envejecer con el fútbol. Lo dejó muy pronto, muy joven, precisamente porque no quería competir, no quería alargar su carrera. Quería quedarse con el recuerdo de lo que el fútbol supuso para él en la niñez. Esta crisis de los 40, que yo la tengo, y lo digo claramente, cuando veo que tengo dos hijos, que me he hipotecado en Sevilla, y veo cómo va pasando la vida muy rápido , y que mañana no estaremos aquí.
«Querer volver a algo es siempre fracasar; nuestro compromiso es la curiosidad»
El personaje vuelve a Córdoba, a su ciudad. Decía Roberto Bolaño que las novelas se escriben a base de recuerdos. ¿Es así con la suya?
Tengo miedo de ser un nostálgico embobado , ahora que se habla tanto de Ana Iris Simón y del fenómeno de mirar al pasado embobados, como si fuera lo que creemos que fue, y fue otra cosa. La literatura es un rescate de lo que fuimos y lo que sentimos de aquella manera tan pura como es la niñez , en la que nos formamos los seres humanos que somos ahora. En ‘Prórroga’ para mí era importante que él volviera a la ciudad, porque huyó de esta ciudad, huyó de su familia, huyó del fútbol. Es una persona en permanente huida que se tiene que enfrentar a su niñez, al único momento en el que él se sintió que disfrutaba de lo que estaba haciendo. Ahí descubre que la niñez es un trampantojo , porque la niñez no entiende la realidad. Está apartada, está mimada. Las familias están llenas de historias, de tragedias, de discusiones y a los niños se les deja al margen. Ni siquiera su niñez es suya. Para mí Córdoba era ese refugio: ir a una ciudad en la que yo fui feliz, pero en la que ni siquiera sé si fui feliz en los días que yo recuerdo como días felices. Esa vuelta a la nostalgia y esa tristeza me parece más interesante que el embobarse por lo que fuimos. No sé cómo era mi familia cuando yo tenía diez años, yo tengo un recuerdo absolutamente almibarado de mi infancia . Pero cuando uno vuelve atrás, cuando uno escucha a los adultos de ahora hablar de los problemas de entonces, uno se da cuenta de que cada año tiene su tragedia y su misterio.
«El fútbol tiene mucho que ver con la vida porque es imprevisible. En la vida y en un partido uno no sabe lo que va a suceder»
Dice Sabina que al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver.
Sí, y es una tentación que tenemos todos, también en el amor. Soy un gran enamorado de mujeres a las que amé , sabiendo que ya no existen esas mujeres. Y lo que es peor, y me parece un tema más interesante todavía, ya no amaré como amaba el Antonio Agredano de esa época, ya amo de otra manera. No es la mujer amada a la que echas de menos: te echas de menos a ti amando de la manera tan infantil y tan pura con la que un chaval de 20 años ama a su pareja. Efectivamente, querer volver a algo es siempre fracasar. Lo digo en todos los artículos y en la novela: el único compromiso que tenemos con la vida es seguir, es avanzar. Tener curiosidad en lo que vendrá es nuestro compromiso con la vida.
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