Polémica en Reyes

Antiguos organizadores de la Cabalgata creen que hubo «inexperiencia» al anularla

Ferrero y Castillero recuerdan que ellos nunca la suspendieron aunque les llovió

La carroza del Rey Melchor mojándose con la lluvia Valerio Merino

R. Aguilar

¿ Acertó la alcaldesa al suspender la Cabalgata el pasado 5 de enero? ¿Analizó bien y con un juicio formado los datos que le transmitían los técnicos municipales y eligió la mejor de la opciones para la ciudad? Interpretaciones hay para todos los gustos si bien la opinión creciente es que, como poco, el Ayuntamiento no dio la sensación de tener controlada la situación y de que, por añadidura, no les explicó con éxito a los miles de ciudadanos que esperaban a los Reyes Magos en la calle qué es lo que estaba pasando.

La suspensión del cortejo de los Reyes Magos es un acontecimiento inédito en más de dos décadas en la ciudad. Marcelino Ferrero, que durante muchos años fue concejal de Ferias y Festejos por IU, recuerda que «yo nunca decidí paralizar la salida , aunque hay que ver las circunstancias de cada momento. Una vez nos llovió mucho, muchísimo, en la Malmuerta, y estuvimos a punto de suspender, pero seguimos adelante».

A toro pasado

Para Ferrero, «es fácil sacar conclusiones a toro pasado: sobre el terreno y con los niños mojados y las carrozas empapadas, la gente nerviosa y el cielo negro es normal que los técnicos llegaran a la conclusión que llegaran y que la alcaldesa les hiciera caso, que por otra parte es lo que ha de hacer en estos casos».

Francisco Castillero ha formado tándem con Ferrero en el puente de mando del desfile de la tarde del 5 de enero cuando era presidente de la Federación de Peñas. «Marcelino y yo nos hemos mojado, y algunas veces mucho, cuando íbamos con los Reyes Magos. Una vez en las Ollerías nos cayó la mundial y yo le dije: ‘Marcelino, paramos o qué hacemos que nos estamos poniendo como una sopa y tenemos a los nenes llorando en lo alto de las carrozas’. Y al final nos liamos la manta a la cabeza y llegamos al final ».

La clave, a juicio de Castillero, está en que haya buena comunicación entre los técnicos municipales, los políticos y las Peñas. «Nosotros nos conocíamos mejor que bien y yo a Marcelino lo entendía con que me mirase. Y él a mí. Ahora, con la alcaldesa estrenándose y con el presidente de las Peñas también, ese ‘feeling’ a lo mejor no está todavía cuajado ».

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