SOLIDARIDAD
El antiguo seminario de Los Ángeles en el Parque de Hornacuelos, la segunda oportunidad para exreclusos
El recinto religioso se convierte en una casa familiar donde siete personas recomponen sus vidas rotas
Dos personas que acaban de salir tras varios años de prisión y no cuentan con apoyo familiar serán los primeros residentes de «San Gabriel», una residencia hogar abierta en el antiguo seminario « Santa María de Los Ángeles de Hornachuelos» . El Obispado de Córdoba ha remodelado este emblemático edificio para ofrecer formación a estas personas que salen en libertad por delitos como el tráfico de drogas y ofrecerles la oportunidad de convertirse en agricultores, apicultores o albañiles.
El perfil de estas personas que suben al seminario es de un hombre de mediana edad, sobre los 40 años, que ha salido de prisión, alguno de ellos dañado psicológicamente por el consumo de drogas, que no tienen capacidad por su situación psicológica de buscar por sí mismos un empleo-. De no cambiar el rumbo, volverían a estar entre rejas. Lo cuenta a ABC el responsable de este hogar y director de Pastoral Penitenciaria , José Antonio Rojas Moriana .
El proyecto levantado por el Obispado de Córdoba pretende crear un ambiente familiar donde se sientan acogidos y protagonistas de su vida. Con un modo de vida saludable, desde este hogar se plantean talleres de albañilería, jardinería, horticultura, o incluso apicultura, aprovechando el enclave en el Parque Natural .
Ellos van a poder dirigir poco a poco su vida, asegura el padre Rojas, desde levantarse y limpiar a preparar su propia comida, cuenta el padre director de la Pastoral Penitenciaria .
El antiguo seminario de Los Ángeles viene a ocupar un hueco en cuanto a recursos sociales para las personas que salen de prisión antes de los 60 años y que no tienen acceso a ningún otro centro o a su vuelta a la familia, después de años de cárcel.
Aunque es un proyecto puesto en marcha por el Obispado en colaboración con una comunidad de religiosas, la parte de oración es libre. El programa de este proyecto es dotarlos de herramientas suficientes tanto emocionales como habilidades domésticas para poder rehacer sus vidas, al tiempo que a través de los talleres de formación podrán ayudar a la rehabilitación del edificio.
«Un hecho tan sencillo como preparar la comida para el resto de los miembros de la casa cada semana puede servirles de aprendizaje y que puedan volver a tener confianza en la gente», explica el responsable de la Pastoral.
El objetivo de este nuevo centro de atención diocesano San Gabriel es «promover la reinserción social de las personas que salen de prisión sin contar con referentes afectivos y con pocas posibilidades de encontrar trabajo para conseguir la integración plena. Esta residencia quiere ser «una casa de familia donde la gente se sienta acogida y pueda reinsertarse a través de talleres que le permitan encontrar trabajo», reza en una nota del Obispado.
El obispo de Córdoba, monseñor Demetrio Fernández, inauguró la pasada semana esta residencia donde se les ofrece formación y ayuda para afrontar la vida en libertad.Un lugar que, como ha definido el Obispo en diversas ocasiones, siempre ha tenido como objetivo ser « una comunidad contemplativa para pobres ».
Antiguo convento franciscano del siglo XV
Las instalaciones de la residencia ubicada en una parte de los 7.000 metros cuadrados del antiguo convento franciscano del siglo XV, cuya misión es apoyar la encomiable labor que lleva a cabo la Pastoral Penitenciaria de la diócesis cordobesa.
Rojas Moriana destaca que las personas a las que van a atender tienen mucha dificultad de convivencia y de adaptación a la sociedad , por lo que espera que «la gente allí se sienta a gusto, bien acogida y puedan sacar lo mejor de ellos mismos, que se sientan valorados y saquen lo mejor de su interior».
Una de las características de la residencia es que no hay plazos de estancia, sino que se aplicará el tiempo necesario para la reinserción social y la rehabilitación personal, ya que las personas que habitarán el lugar son personas muy deterioradas por las circunstancias que han vivido.
Para construir el puente que conecte a los residentes con la realidad laboral y social tras su salida en prisión, el centro contará con dos monitores y otros profesionales para la integración y la capacitación profesional que acumulan muchas experiencias como trabajadores sociales de Cáritas Diocesana de Córdoba, entidad que aporta el servicio de psicólogos y educadores.
Con este proyecto, pionero en España además, la Diócesis de Córdoba pone en alza una vez más su apoyo a los que más necesitan, una comunidad viva al servicio de personas que merecen una nueva oportunidad de vida.
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