Tribuna libre

«Ante un nuevo paradigma urbano», por Luis Valdelomar

El autor analiza el impacto que puede tener la Ley de Impulso para la Sostenibilidad del Territorio de Andalucía

Vista del oeste de Córdoba desde la Sierra Valerio Merino

Luis Valdelomar

El 14 de mayo se inició la tramitación del anteproyecto de Ley de Impulso para la Sostenibilidad del Territorio de Andalucía que revisa -e integra en una ley única- la Ley de Ordenación del Territorio de Andalucía, de enero de 1994, y la Ley de O rdenación Urbanística de Andalucía (LOUA), de diciembre de 2002. Pese a que la LOUA persigue la simplificación del urbanismo, lejos de haberse avanzado en esa línea por diversas razones que sería prolijo analizar, en sus más de 17 años de recorrido ha crecido la complejidad de esta disciplina pluridisciplinar, poliédrica y críptica en la que pocos profesionales logran desenvolverse con soltura, incluso con problemas de consenso a veces. De hecho, no es fácil expresar brevemente y con palabras sencillas, sin perdernos en tecnicismos, las razones que motivan la oportunidad de una nueva Ley o las ventajas que derivarán de su aplicación, todas ellas expuestas en el anteproyecto.

De entre las primeras, una destaca: la realidad a la que debe dar respuesta el urbanismo ha venido cambiando sustancialmente desde principios del siglo XXI, con especial incidencia de la crisis económica 2008-2014, siendo necesario optar por territorios y ciudades más resilientes a través de fórmulas de planificación más flexibles y adaptables para estímulo del desarrollo y fomento de la recuperación económica. Y es que esta reflexión, muy manida en las exposiciones de motivos de leyes urbanísticas, se ha visto dramáticamente ratificada y reforzada como consecuencia de las explosivas alteraciones de naturaleza múltiple que está provocando ya la pandemia; en el ciclo económico , en la educación, en la cultura y, sin duda, en las formas de convivencia y relación colectiva.

El confinamiento ha traído un aumento de la conciencia social y ha puesto el foco en el cambio de paradigma urbano hacia modelos más equilibrados y adaptables basados en garantizar la salud de las personas en su acepción más amplia. No ayuda la regulación legal del Plan General como norma compleja, determinista y rígida de la que depende todo desarrollo urbanístico, factor que además ha favorecido la vulnerabilidad del sistema, siendo frecuente la anulación de Planes Generales completos, incluido su planeamiento diferido, por sentencias que abocan a los municipios, dados los tiempos lentos de tramitación, a padecer largas etapas de inseguridad jurídica, decrecimiento económico y pérdida de calidad de vida.

«Córdoba tiene aptitudes urbanísticas favorables para canalizar con éxito las demandas de inversión y políticas de reconstrucción social y económica»

Como solución, el anteproyecto de Ley apuesta por un modelo urbanístico-territorial flexible. El Plan General pierde complejidad, se «desdibuja», pasando a tener nivel director y estratégico, limitándose al establecimiento de unas «reglas del juego» claras y sencillas , adaptadas a la realidad del momento, acomodables a imprevisibles cambios y fáciles de entender y de aplicar.

En el ámbito de lo tangible «a corto», destacan por su positivo impacto en el desarrollo económico local las medidas de impulso sobre edificación. Medidas orientadas a la atracción de inversión y a la inmediata generación de empleo consistentes en la revisión de los procedimientos de intervención administrativa en los actos de edificación, al priorizarse los mecanismos de declaración responsable y comunicación previa en actuaciones sin impacto susceptible de control a través de la tradicional técnica autorizatoria, acortándose plazos. Por suerte estas medidas han sido ya implementadas en Andalucía por el Decreto-ley 2/2020, de 9 de marzo, y el municipio de Córdoba, mediante la aprobación por la Gerencia Municipal de Urbanismo de los correspondientes Modelos de Declaración Responsable, ha sido el primero en ponerlas en práctica multiplicando los efectos del Plan de Choque lanzado por la Gerencia en julio de 2019 para reducir plazos en los procedimientos de autorización de licencias .

También afortunadamente para Córdoba, la ordenación urbanística de nuestro municipio viene dirigida desde comienzos de 2002 por un Plan General, operativo, flexible y cuajado de potencialidades. Un Plan preparado, a través de sus estrategias y actuaciones, para satisfacer n uevas necesidades funcionales de la sociedad y para responder a las oportunidades de inversión actuales y futuras. Un Plan capaz de dar respuesta a los conflictos, desafíos y retos del nuevo paradigma urbano post-covid.

Porque Córdoba cuenta con abundancia de suelo finalista residencial y productivo, con una densa red de dotaciones públicas , territorialmente equilibrada y ampliable, y con suficiencia de suelo urbanizable para garantizar, si fuera necesario, el crecimiento complementario a las consolidaciones de suelo urbano que deberán abordarse para completar la ciudad. Sin olvidar la gran fortaleza con la que Córdoba cuenta ante la amenaza vivida y de cara a las nuevas tendencias de convivencia social: el alto nivel de verde urbano , con principal papel protagónico de los grandes parques del «Anillo Verde» y, como no, del Parque del Patriarca con sus más de 60 hectáreas de bosque mediterráneo .

Por lo que podemos afirmar que el municipio de Córdoba cuenta con aptitudes urbanísticas favorables para canalizar con éxito las demandas de inversión y políticas de reconstrucción social y económica venideras. Para afrontar con esperanza, responsabilidad y garantías la etapa que comienza.

Luis Valdelomar es arquitecto y gerente de Urbanismo

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