LA CERA QUE ARDE
Animales sueltos
Ovejas en la carretera, perolistas por el campo o jóvenes etílicos en el carnaval son cosas inevitables
Recientemente, una oveja descarriada provocó u n accidente mortal en la A-4 que fue sonado sobre todo por lo aparatoso del mismo y lamentablemente por el luctuoso final. Cuando me refiero a una oveja descarriada digo tal cual, oveja salida de su rebaño y plantada sobre el asfalto. Existen otras ovejas descarriadas al volante pero esas de momento no nos ocupan hoy. Como las ovejas están tan identificadas como nosotros ante Cristóbal Montoro , por aquello de la trazabilidad , hemos sabido más datos sobre la oveja y el propietario. Y parece ser que ya ha habido otras ovejas-susto de este mismo dueño por la zona de la Carrera del Caballo por la que habitualmente pastorea. Yo lo más que me he encontrado por esa zona, además de una serpiente que se me cruzó y que sería una culebra -pero que a mí me pareció una anaconda, porque soy de letras- , son los perolistas de fin de semana , reducto de una Córdoba que ya no existe. Irse de perol por ahí es el recuerdo de cómo lo hacíamos hace 40 o 50 años cuando todavía no había promotoras sandokianas ni alcaldesas de perfil que le pusieran puertas y adosados al campo. Los perolistas de la Carrera del Caballo son de piñón fijo y si usted pasa con el coche por la zona un domingo por la tarde-noche los verá salir con sus vehículos, despacito y en procesión, hasta sus respectivos hogares a velocidad-mollate, que aunque suele haber Guardia Civil por el tramo, éstos son perolistas de ancianas costumbres etílicas.
Lo de los animales, como los del perol cordobés y la juventud de carnaval con su poquito de coma etílico , son cosas a veces inevitables. Eso ha dicho Emilio Aumente , concejal de seguridad, a este último respecto, (lo de los chiquillos borrachos en l a Plaza de Juan Bernier ). Y es que se había montado un dispositivo policial -de la policía local, lo cual no es necesariamente un oxímoron- pero que se les ha desbordado la cosa y la muchachada ha sido tremenda y la priva también. Es como una oveja que se te cruza: tú preparas un plan policial para el carnaval como de buen rollo y esa noche los supermercados acaban con las existencias de bolsas y botellas de jotabé. Un imponderable y un hecho sociológico nuevo que apuntar en la agenda de cara al año que viene, que estaremos en campaña electoral : el botellón también con las máscaras. Y otro motivo más para irse un poco lejos durante otra fiesta tradicional, lo que aumentará el número estadístico de no-pernoctaciones pero en este caso de cordobeses huidos y no de guiris espantados.
Otro animal que se le puede cruzar a alguien en un juzgado es el famoso perro gorilero, que se tira hacia las partes bajas y colgantes. Lo hemos sabido recientemente cuando una testigo del extraño caso de la Fundación Gualdalquivir Y Las Presuntas Mordidas ha confesado que la señora directora o presidenta de dicho ente «tenia agarrados por los cojones» a Durán (Juan Pablo) y Aguilar (doñarrosa). Eso tiene que doler.
Hay que tener mucho cuidado con los animales sueltos.
