APUNTES AL MARGEN

Anguita desencadenado

El excoodinador federal de IU ha pasado de gurú a formar parte de la izquierda incómoda por decir cosas que no convienen. Que son, además, las que siempre ha dicho más o menos así

Julio Anguita en una conferencia en Córdoba en 2017 RAFAEL CARMONA

Rafael Ruiz

A Julio Anguita, como a Faulkner en «Amanece que no es poco», aquí le tenemos devoción. El exalcalde, exsecretario general del PCE y excoordinador federal de IU ha tenido una larga trayectoria donde ha pesado tanto lo que hacía como lo que decía. No pocas generaciones de políticos con mando en plaza en la izquierda escuchaban con delectación lo que Anguita decía. Y Julio, porque en la izquierda verdadera el exresponsable de la cosa solo tiene nombre, solo decía las cosas como son. La verdad rebelada. Qué bien habla este hombre, pardiez. Qué didáctico, qué coherente .

En las últimas semanas, Anguita ha perdido la mayor parte de su aquel como gurú, guía y faro de la izquierda toda. Si acaso sus seguidores mantienen la fidelidad englobados en el Colectivo Prometeo , cuyos vídeos son para enmarcar. Tíos como carros tomando nota y asintiendo mientras Anguita les pega una chapa sensacional sobre los retos visibles e invisibles del mundo. Los libros de entrevistas con Anguita son todo un género en la materia porque el exalcalde tiene un montón de exégetas. Peña que espera cada palabra como el sermón de la Montaña. «Oh, Zeus tronante», que decía cuando era candidato a la Presidencia del Gobierno y pedía encarecidamente que lo quisieran menos y lo votaran más.

Anguita, Manuel Monereo —diputado por Córdoba e ideólogo listo de Podemos— «et alii» escribieron hace unas semanas unos artículos que son un auténtico pestiño y que han levantado ampollas entre la izquierda chuli . Los textos son un blanqueamiento de la gestión del Gobierno italiano de la Liga Norte y del Movimiento Cinco Estrellas tomando como referencia su política económica de dejar de ceder soberanía económica a la Unión Europea . Los artículos, huelga decirlo, son laudatorios sobre un Ejecutivo que media izquierda europea tiene por unos totalitarios peligrosos con tics xenófobos y que cuentan con un tal Salvini como facha mayor. No contento con la escandalera, Anguita concedió una entrevista a un diario en el que aboga por un control de la inmigración sobre la base de que la economía española no aguantaría una entrada masiva de personas procedentes de países del tercer mundo. Para acabar de arreglarlo, dice lo siguiente en «El Mundo»: « Lo que ha hecho Trump está muy bien hecho. Él es un indeseable ». Y ahí ya anatema, crujir de dientes. El drama.

Julio Anguita ha pasado en apenas unas semanas de ser un líder espiritual a tener ese tufillo que dejan los apestados ideológicos o los que van camino de serlo . Por decir, curiosamente, lo mismo que lleva diciendo toda la vida. Cualquiera con memoria recordará las posiciones del exsecretario general del PCE sobre el tratado de Maastricht y las políticas de unión monetaria que llevaron a una caída generalizada de las barreras entre países de la Comunidad Europea. Las advertencias de que aquello era el caos que venía. Lo mismo de ahora pero sin políticos italianos que firman con una mano un decreto de protección del trabajador y dejan con la otra a los barcos de las organizaciones no gubernamentales sin puerto seguro.

Esto se veía venir. En tiempos en que ya no quedan mitos, el último que quedaba en la izquierda cordobesa aparece desencadenado de matices y, por tanto, expuesto. Con la devoción que le tenemos a Faulkner en este pueblo. Cómo se le ocurre.

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