José Calvo Poyato - Desde Simblia

Andalucía, a la cola

Lleva cercan de cuatro décadas en el poder y han utilizado subvenciones en lugar de en inversiones productivas

El sector primario es uno de los pilares económicos de Andalucía VALERIO MERINO

Es lo que señalan los datos. No se trata de una opinión, tampoco de la afirmación de quienes se encuentran en otra órbita política, cuyo objetivo es desgastar al adversario. Son los datos de la Unión Europea los que indican que Andalucía se encuentra en el pelotón de cola de toda Europa y que la tan cacareada, en otro tiempo, convergencia con las regiones más ricas no es tal, desde hace tiempo. Así lo afirmó la comisaria de Política Regional Europea, Corina Cretu , al presentar el estudio que compara las disparidades que existen entre las regiones de Europa.

Andalucía se queda atrás, según parámetros como el Producto Interior Bruto per cápita, niveles de paro, volumen de inversiones productivas. Sale muy malparada en lo que se denomina la «calidad de los gobiernos» y dejan al gobierno andaluz en una pésima posición. Una calidad que se establece en función de la rentabilidad de los fondos que llegan de la Unión. Andalucía se encuentra a la cola de Europa y presenta un estado lo suficientemente lastimoso como para calificado de «preocupante».

La que, según Gaspar Zarrías , era la primera, no levanta cabeza. En 2014 Andalucía estaba muy por debajo de haber alcanzado una convergencia que la situara diez puntos por debajo de la media europea, se encontraba veinticinco puntos por debajo. Es decir, los andaluces eran en esa fecha una cuarta parte más pobres que la media de los europeos, incluidas ya las regiones atrasadas de la Europa del Este. Con respecto a las regiones más ricas la distancia era abismal.

La queja de Europa es que, tras tres décadas inyectando grandes cantidades de dinero, no se avanza en la convergencia. Los socialistas andaluces no pueden culpar a otros, aunque siempre tratan de desviar sus responsabilidades. Lleva cercan de cuatro décadas en el poder y han utilizado los fondos en subvenciones en lugar de en inversiones productivas, comprar voluntades en lugar de generar prosperidad. Causa grima saber que en el sexenio que va desde 2007 a 2013 -años de eres corruptos en que algún sindicalista de la UGT tenía dinero para asar vacas, según sus propios familiares- Andalucía recibió 18.000 millones de euros, bastante más de la mitad de lo recibido por España. Sin embargo, en esos años el paro llegó a superar el 30 por ciento de la población activa.

Pese a esas inversiones, el porcentaje de alumnos andaluces que no supera los estudios secundarios es del 47 por ciento -casi la mitad-, diez puntos por encima de la media española. Su paro, más del 28 por ciento de su población activa, triplica la media de la Unión europea y está diez puntos por encima de la media española. Por lo que respeta a la «calidad de su gobierno», según la evaluación de la Comisión Europea que lo hace en función de los resultados obtenidos con la inversión de los fondos comunitarios, es el gobierno con «peor calidad» de toda España.

Al igual que en los tiempos de Gaspar Zarrías, cuando las campañas de propaganda de la Junta señalaban que por su crecimiento Andalucía era imparable o que se encontraba a la cabeza, «Andalucía la primera» -algo que sólo puede lanzarse a una población donde la mitad de la población no termina los estudios de secundaria-, la Junta de Andalucía -cuarenta años en manos socialistas-, trata de culpar a otros de lo que sólo ella es responsable, manteniendo a Andalucía anestesiada, a base de subvenciones, una telvisión autonómica patética y unos niveles educativos lamentables.

Andalucía, a la cola

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