RELIGIÓN

«Amor a lo visible» muestra la huella de los jesuitas en Córdoba en una exposición en la Mezquita-Catedral

Las 52 piezas de las que se compone la iniciativa podrán contemplarse hasta el próximo 28 de octubre

Manuel Jesús Roldán, uno de los comisarios de la exposición, explica uno de los cuadros ROLDÁN SERRANO

Rafael A. Aguilar

EL peso de los jesuitas en Córdoba es bien visible para cualquiera que tenga los ojos abiertos: la Universidad Loyola de Andalucía, emplazada en el lugar que ocupó durante décadas la emblemática ETEA, y la Colegiata de San Hipólito son los dos ejemplos más claros cuando el siglo XXI media su primer tercio. Pero, ¿de dónde proviene esa influencia en la ciudad de la orden fundada por S an Ignacio de Loyola ? La respuesta a esta pregunta está al alcance en la Mezquita-Catedral, donde este jueves ha quedado inaugurada la muestra «Amor a lo visible», que estará expuesta hasta el 28 de octubre de 2018 y que se compone de 52 piezas artísticas y documentales.

El rector de la Universidad Loyola Andalucía, Gabriel Pérez Alcalá, ha resumido con acierto el porqué de la iniciativa en el acto inaugural: «Ignacio de Loyola se veía a sí mismo como peregrino, de hecho él titula su autobiografía como ‘Peregrino’, porque él, ellos, eran muy conscientes de que estaban dejando una huella. Y hoy nosotros, que continuamos con esa misma peregrinación, recordamos cuáles fueron los orígenes», ha señalado.

Una cuidada selección

El objetivo, pues, es difundir y darle realce al patrimonio bibliográfico de los colegios de la Compañía de Jesús en la provincia, con especial énfasis en los de Santa Catalina y La Asunción en la capital y el de La Encarnación en Montilla, y que en su mayor parte se han conservado en el Archivo y en la Biblioteca Diocesana de Córdoba. Los organizadores de la muestra han añadido que «para hacer más atractiva la exposición ‘Amor a lo visible’ incorpora una cuidada selección de obras artísticas que abarcan desde el siglo XV al XVIII, vídeos e información gráfica sobre el legado y la historia jesuita, todo ello unido por un hilo conductor que configura un recorrido lleno de sentido y de espiritualidad».

Las piezas a la vista del público provienen no solo de Córdoba, también de Granada y de Sevilla. Así, el comisario artístico de la muestra, Manuel Jesús Roldán, apuntó que algunos fondos han sido cedidos temporalmente por la Cartuja de Granada y por la residencia del Sagrado Corazón de Sevilla.

El recorrido por la exposición da para recrearse en la arqueología de la orden jesuita en Córdoba. Ahí van algunos ejemplos: el visitante tiene a mano una Biblia sacra fechada en 1584 y editada por Gaspar de Portonariis o un ejemplar de los «Exercitia spiritualia» de Ignacio de Loyola impreso en 1563 y en los que el santo sintetizó su mundo espiritual y que marcaba la pauta de rezos con ciclos de treinta días.

Dos santos de la Compañía ROLDÁN SERRANO

Más: vestigios del comercio y de la impresión de libros en Córdoba promovidas por los jesuitas más allá de su labor educativa en centros especializados; en esta faceta fue fundamental la concurrencia del librero de la ciudad Alejo Cardeña, que con el apoyo de la orden religiosa trajo a la capital a Juan Bautista Escudero, que poseía una imprenta ambulante que en Córdoba tiró copias de una gramática latina que puede consultarse en «Amor a lo visible». Un apunte de interés más: el «Índice de los libros y papeles de la Biblioteca del Colegio de los Regulares de la Compañía de Córdoba» fechada en 1773, tras la expulsión de la orden, y cuando los fondos de los hijos de San Ignacio de Loyola se encontraban depositados en el Palacio Episcopal.

La presencia de San Juan de Ávila

La relación de las piezas artísticas presentes en la muestra es extensa. Destacan, entre otros elementos, la talla de San Ignacio de Loyola de la Real Colegiata de San Hipólito fechada en 1952, el óleo sobre lienzo San Pablo de la parroquia del Salvador y Santo Domingo de Silos (1950), el busto de plata del fundador procedente del Sagrado Corazón de Jesús de Sevilla, o la «Alegoría de Cristo Crucificado y santos jesuitas» que llega a la Mezquita-Catedral del mismo lugar hispalense.

De otro lado, el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, se detuvo durante sus palabras en el protagonismo que tiene en la muestra la figura de San Juan de Ávila, «que fue uno de los grandes introductores de la Compañía de Jesús en la ciudad» y de quien San Ignacio de Loyola afirmaba lo siguiente: «Quisiera el santo maestro de Ávila venirse con nosotros, que a hombros le trujéramos, como Arca del Testamento, por ser el Archivo de al Sagrada Escritura, que si esta se perdiere, el solo la restituiría a la Iglesia».

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