OPINIÓN

Algo se mueve

La prepotencia socialista había convertido en norma no pagar, por ejemplo, lo que le correspondía por los inmuebles

Manuel Chaves, en su etapa de presidente de la Junta de Andalucía VALERIO MERINO
José Calvo Poyato

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Tras casi cuatro décadas de gobiernos socialistas en Andalucía -desde 1982, sin contar el tiempo de la llamada preautonomía-, lo que había dado lugar a que muchas cosas estuvieran anquilosadas, y se considerasen normales, asuntos que no lo eran, parece que algo empieza a moverse en la Junta de Andalucía . No nos referimos a alguna llamativa promesa electoral -por cierto cumplida-, como la de acabar con el carácter confiscatorio, además del agravio comparativo , que suponía el impuesto de sucesiones o donaciones que habían de soportar los andaluces, a diferencia de otras comunidades. Un impuesto que era defendido por el PSOE -una burda mentira- como un impuesto a los ricos. Nos referimos a aquellas decisiones que van cambiando situaciones no menos injustas y que, a primera vista, sólo a primera vista, parecen tener mucha menos repercusión pública. Nos referimos concretamente a la carta enviada por la Consejería de Hacienda, Industria y Energía a los ayuntamientos y diputaciones, de la que días atrás se hacía eco ABC , en la que solicita a las corporaciones un certificado en el que se reflejen las deudas que la Junta mantiene con ellas y que se encuentran en periodo ejecutivo.

La prepotencia socialista había convertido en norma no pagar , por ejemplo, lo que le correspondía por los inmuebles de su propiedad, caso del IBI , o por la prestación de determinados servicios municipales a instalaciones de su competencia como era la recogida de residuos sólidos o incluso el suministro de agua. Si algún ayuntamiento deseaba cobrar lo que por ley le correspondía, su iniciativa se encontraba con un oprobioso silencio y, sólo, si iniciaba la correspondiente reclamación por la vía judicial podía encontrar respuesta a su demanda. ABC publicaba algunos casos de esa vergonzosa realidad, que sólo desde el avasallamiento o el supremacismo político de unos gobiernos que gestionaban Andalucía, como si se tratase de un cortijo -ejemplos sobrados hay de que ello era así- podía explicarse, nunca justificarse.

El cambio de gobierno en Andalucía era una necesidad demandada por una elemental higiene democrática . Su formación es reiteradamente vapuleada desde las terminales mediáticas socialistas porque para su investidura contó con el apoyo de los diputados de VOX , cuyos votos, no nos cansaremos de repetirlo, tienen el mismo valor que los de cualquier otra formación política. Pero lo cierto es que soplan nuevos aires y esa carta de la Consejería es una muestra de ello. Puede que haya discrepancias entre lo adeudado y lo que la Junta esté dispuesta a admitir. Habrá diferencias, pero eso entra dentro de la lógica. Lo que resultaba anormal era la actitud de los prebostes socialistas . Por ahora, lo que señala la Consejería en su escrito está referido a las deudas que están ya en la vía ejecutiva porque a eso dieron lugar los socialistas. Podría ser que el gobierno que preside Juan Manuel Moreno se encuentre con un verdadero problema de carácter económico -sin duda disminuido, porque muchas de esas deudas estarán legalmente prescritas-, pero es posible que se encuentre con un legado que sea un hueso duro de roer. Pero bienvenido sea el cambio de actitud y la voluntad de hacer las cosas de forma diferente.

Esas cosas, de las que esta carta de la Consejería de Hacienda, Industria y Energía, es una muestra, son a las que nos referimos para señalar que algo se está moviendo en la administración andaluza. Eso es bueno para unas estructuras tan anquilosadas.

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