CONTRAMIRADAS
Alfonso Morales, presidente de la Federación de Peñas: «Las peñas son futuro»
Es la cabeza visible de un fenómeno social sin parangón en Andalucía. Un ejército de casi 10.000 peñistas, que representan el penúltimo bastión de las tradiciones de siempre
Un gran crucifijo preside la sala de juntas. Una fotografía del rey Felipe VI lo flanquea a su derecha. Otra de la Reina Letizia, a su izquierda. Más abajo, una estatua de San Rafael descansa sobre un pedestal vestido con un paño rojo. En la pared de la derecha, cuelgan los retratos de los seis presidentes que desde 1964 han regido los destinos de la institución. Encima de todos ellos, el ex canónigo Miguel Castillejo extiende sus brazos en aparente señal de bendición. Estamos en la sede de la Federación de Peñas , la penúltima trinchera de las genuinas tradiciones cordobesas.
-En 2015 ganó usted con una «candidatura para el siglo XXI». ¿Qué es una peña del siglo XXI?
-Lo que dije fue que había que adaptarlas al siglo XXI, sobre todo en redes sociales y comunicación. E intentar rejuvenecerlas.
-¿Y hay sangre nueva?
-Poco a poco va entrando sangre nueva. Hace dos años entraron Los Quijotes Cordobeses, diez o doce hombres de treinta y tantos años. Y los veteranos están con ellos codo con codo. También la peña Flora, la peña Amigos de la Tonadilla, la peña Arte y Salero. Son todos gente joven.
-También dijo usted: «Somos mucho más que el perol y el dominó». ¿Por ejemplo?
-Las peñas son cultura. Las peñas son deporte, toros, flamenco, copla, concurso de canarios.
-Las peñas son tradición.
-Es luchar por nuestras raíces.
-¿Y la peña es futuro?
-La peña es futuro. La reunión de un grupo de personas con las mismas aficiones, que se juntan para exaltar la amistad. Y eso siempre puede existir. Julio Romero de Torres en los años 20 se reunía con Valle Inclán, con Pío Baroja y con Azorín en la Sociedad de Plateros de San Francisco. Venían aquí y se juntaban en un salón. Esa peña se llamaba Los 99 o Los Íntimos, no recuerdo.
Alfonso Morales (Córdoba, 1955) puso fin en 2015 al largo y controvertido reinado de Francisco Castillero. Anunció otro estilo y renovación para gestionar un fenómeno social sin parangón en Andalucía que afronta el reto de resistir el paso inexorable del tiempo. Militar retirado, su inmersión en el mundo de las peñas fue tardía. En el año 2000, se integró en Las Ovejas Negras de la mano de su esposa, aficionada a la copla y el flamenco. «Las peñas fueron una sorpresa para mí. No sabía la humanidad, amistad, nobleza, sencillez y humildad que había aquí», afirma recostado en la butaca presidencial de la mesa de juntas. En 2007, Castillero lo fichó para su equipo de gobierno y en mayo de 2015 dimitió para competir por la presidencia de la Federación de Pe ñas.
-¿Sin perol no hay peñista?
-Sin perol hay peñista, claro. Hoy día el perol es una comida. Eso sí: arroz se come menos. El perol es hermandad, el perol es unión y el perol es amistad. Lo mismo con arroz que con habichuelas.
-En 2007 había 232 peñas asociadas. Diez años después, 151. ¿Las peñas tienen mucho pasado y poco futuro?
-Pasado tienen. Futuro también. Mientras haya cordobeses que quieran luchar por las tradiciones, las raíces y las costumbres existirán peñas. ¿Que hemos envejecido? También es verdad. Pero nosotros vamos a estar toda la vida. Y el tiempo lo dirá.
-Augura vida eterna para las peñas.
-Yo auguro una vida larga.
«El perol es hermandad, el perol es unión y el perol es amistad. Lo mismo con arroz que con habichuelas»
-¿Solo de tradición vive el peñista?
-No. De tradición, de raíz, de costumbres. Y en Córdoba tenemos la suerte de que se es peñista, se es cofrade, se es costalero y se es romero. Yo soy peñista, pertenezco a dos hermandades, una de penitencia y otra de gloria. También me encanta el carnaval. El cordobés está en todo.
-Usted es militar, peñista y cofrade. Cordobés de pura cepa.
-Cuando he estado fuera siempre he pensado en mi Córdoba. Y desde que entré en este maravilloso mundo de las peñas de Córdoba más aún.
-¿Y el cordobés que no es peñista ni cofrade es menos cordobés?
-No. Es igual de cordobés. Lucha por Córdoba desde otro punto de vista. Pero el cordobés que entra en el mundo de las peñas dice siempre: «Qué pena que no lo haya conocido antes». Yo luché contra viento y marea contra el presidente que duró 20 años.
-¿Y cuántos años va a estar usted?
-El año que viene hay elecciones ya y ahora mismo pienso presentarme otra vez. Hemos cambiado los estatutos y un presidente no puede estar más de dos legislaturas consecutivas.
-¿Es una buena decisión?
-Sí, sí, sí. Los colectivos hay que tenerlos activos. Yo le echo muchas horas con todo el cariño del mundo. Un día en semana dedico un rato con una peña. Me tomo una copa de vino y un plato de queso. Esto me da muchas alegrías. Y mi mujer me acompaña. Es una suerte.
-¿La costumbre hace ley?
-Depende de las costumbres. Las que se hacen leyes son las costumbres buenas.
-¿Qué tradición hay que tirar al basurero de la historia?
-Las tradiciones están para que no se pierdan. Cuando era chico mi padre me llevaba en triciclo a una romería del arroyo Pedroches. Con Juan Pablo Serrano se recuperaron muchas tradiciones, como la Batalla de las Flores o la verbena de la Virgen de los Faroles.
-Juan Pablo Serrano fue luego concejal. ¿A usted le tienta la política?
-No. Ni soy político. Aparte de que no lo puedo ser por mi profesión. Sí voto como todos los españoles. La política es para mí hacer el bien y no mires a quien. Que todos vayamos a una y siempre con la sonrisa en los labios. Esa es la política que yo llevo.
-Si le digo romerías y verbenas, ¿usted qué dice?
-Que romería es tradición. Y tenemos una de las más antiguas de Andalucía: la de la Virgen de Linares, que la puso Fernando III en el siglo XIII. Tradición religiosa y lúdica.
-¿Y si le digo botellones y cubalitros?
-Me suena a lo que a todos hoy día. Yo no los he hecho. En mi época no había. Es una costumbre ahora que hay que respetar, siempre que las personas que están en los botellones respeten al resto.
-Por cierto, tiene usted un hijo rockero.
-Sí. Le gusta el «grunge».
-Hará botellón.
-No. Es la excepción que confirma la regla. Es vocalista y guitarra eléctrica.
«Mientras haya cordobeses que quieran luchar por las tradiciones, las raíces y las costumbres habrá peñas»
-Le ha salido moderno.
-Tiene un grupo que se llama The Buzz Lovers y hace tributos a Nirvana. Yo lo llevo muy bien. Lo importante es que es íntegro y una excelente persona.
-En casa de herrero cuchara de palo.
-Bueno, está eso y está la copla por parte de mi esposa. ¿A mi hijo Antonio? Apoyarlo. En esta vida hay que hacer lo que te gusta.
-¿Qué es más cordobés: Cosmopoética o la Batalla de las Flores?
-¿Qué es más antiguo? ¿La Batalla de las Flores o Cosmopoética? Todo tiene su interés y su grandeza. La Victoria se llena de gente como si fuera la Cabalgata de Reyes. Cosmopoética es una actividad cultural que también gusta. Todo tiene su sitio y hay que respetarlo.
-¿Cómo se lleva con Facebook y Twitter?
-Para mí, las redes sociales es como estamos usted y yo ahora. Mirándonos a la cara. ¿Que las redes son buenas a veces? Pues sí. Pero hay otras en que son para insultar y criticar.
-Las peñas son un semillero de votos. ¿Todos los políticos quieren cortejar a la Federación?
-De política no hablamos nunca. Cada uno tiene sus ideas. Con todos lo políticos me hablo y me llevo fenomenal, independientemente del grupo a que pertenezcan. Tenemos un convenio con el Ayuntamiento, que en parte es quien patrocina todas las actividades.
-¿Peñas y cofradías son dos caras de la misma moneda?
-Somos dos colectivos que luchamos por las tradiciones. Ellos por una tradición religiosa. Nosotros por una tradición popular. Pero la idea en los dos es Córdoba.
-¿Y qué será de Córdoba cuando las peñas hayan muerto?
-No van a morir. Córdoba y sus peñas siempre estarán unidas.