Salud
Las alergias se adelantan | ¿Cómo será la primavera en Córdoba para los que reaccionan al polen?
La falta de lluvias están provocando que el ambiente no se 'limpie' y haya una mayor concentración de partículas biológicas en el aire
Las alergias ya no tienen temporada
Estornudos, picazón en la nariz, en los ojos o el paladar; mocos, nariz congestionada, ojos llorosos e irritados... Son los síntomas propios de las alergias , que ya no solo son exclusivas de la primavera, sino que se adelantan por la floración algunas especies vegetales, como sucede con el ciprés, que poliniza en invierno.
Sin embargo, la época más temida por los más sensibles a los granos que producen las plantas sigue siendo la estación de las flores, que, no obstante, este año no será tan explosiva ; al menos, eso es lo que vaticinan los expertos, ante la falta de lluvias, que no están (ni se las espera) hasta, al menos, mediados de marzo.
Así lo considera la catedrática del departamento de Botánica, Ecología y Fisiología Vegetal de la Universidad de Córdoba, Carmen Galán , coordinadora de la Red Española de Aerobiología (REA) , que explica que «primero tienen que caer precipitaciones y que haya una aculación de agua suficiente para que la polinización sea significativa. Las plantas se toman su tiempo y es cierto que, por ejemplo, las gramíneas reaccionan más rápidamente. En cualquier caso, insisto, la lluvia determinará en gran medida la intensidad de las alergias y la polinosis durante los meses de marzo, abril y mayo».
Ahora ya se están dando casos de alergias por el ciprés , cuyo polen está en el aire de Córdoba. «La concentración es alta, pero todo apunta a que empezará a bajar en una o dos semanas», señala la experta. Esto, unido a la falta de lluvias que 'limpien' el ambiente está provocando que más de uno se haya provisto ya de pañuelos, corticoides y antihistamínicos para ganarle la batalla a la alergia.
Los cipreses están muy presentes en Córdoba por su uso ornamental. Es un árbol típico en los cementerios, pero también se encuentra en otros espacios; en la ciudad pueden verse en zonas como el Parque Cruz Conde, en la calle Amador de los Ríos o en el Patio de los Naranjos, por ejemplo. Uno de los mejores de la capital puede contemplarse en el Campo Santo de los Mártires, junto a la torre del Homenaje del Alcázar de los Reyes Cristianos.
«También hay polen de unas plantas que son herbaceas de la mismas familia que las ortigas, pero que crecen en los muros, rocas, solares, casas viejas y lugares sin cultivar (tanto en zonas urbanas como rurales): son las parietarias , aunque no están emitiendo concentraciones altas», señala Galán.
Al polen se unen otras partículas de polvo o restos orgánicos que irritan las mucosas, los ojos y la nariz, según recuerda la directora de la Unidad de Alergia del Hospital Universitario Reina Sofía, Carmen Moreno , desencadenando los temidos síntomas de rinitis o conjuntivitis estacional.
Sin embargo, hasta el momento, y pese a esos niveles altos de polen de ciprés, «no estamos recibiendo una avalancha de pacientes; sí es cierto que los que llegan con sus citas programadas nos cuentan que están empezando a sentir alguna molestia a nivel menor. También es cierto que nosotros somos el segundo escalón: los casos llegan primero a los médicos de familia».
En cualquier caso, «el polen del ciprés no es el azote de Córdoba: el problema está con el plátano de sombra, las gramíneas y, sobre todo, el olivo , que florece la segunda quincena de junio».
«En principio, si el invierno ha sido poco lluvioso, las plantas y árboles emiten menos polen. Sin embargo, la polinización del olivo es tan salvaje que incluso los años en los que este proceso es más proble, sigue siendo tremendo. Para hacernos una idea, en otros lugares con olivos, los picos están en unos 300 o 400 granos por metro cúbico de aire; en Córdoba, en un año 'rico' llegamos a los 12.000 y a 3.000 en los más flojos», explica la doctora.
La resistencia adquirida de los cordobeses
También es cierto que «los cordobeses alérgicos al polen de olivo tienen un nivel de resistencia adquirida mucho mayor que los pacientes de otros lugares y no empiezan a notar síntomas hasta que la concentración es de unos 500 granos por metro cúbico, cuando con 200 son suficientes para cualquier afectado de otro lugar», señala Moreno.
Esta experta hace un llamamiento a los médicos de cabecera para que deriven al especialista a las personas que empiecen a sentir los primeros síntomas de una alergia, siempre y cuando no se trate de un caso leve. «Si no es así, muchas personas evolucionan y llegan a un estadio tardío en el que se convierten en un perfil difícil de tratar, para quienes las vacunas ya no resultan eficaces». «Hay que acudir al médico cuando se ve que la enfermedad está estructurada, cuando haya cualquier manifestación bronquial, por pequeña que sea, o cuando la calidad de vida está muy impactada».
Según explica la experta, cada vez se están identificando más casos «y la alegia al polen aparece antes, en más niños ; y también en mayores de entre 50 y 55 años , algo que antes era excepcional».
¿Y se pueden confundir los casos de alergias con los del Covid ? Moreno explica que no ha supuesto un motivo de confusión «importante», ya que Ómicron ha producido un cuadro de síntomas «muy bien identificado», como fiebre, dolor muscular y de cabeza. «El alérgico conoce muy bien sus síntomas y no sufre ese quebrantamiento de estado general tan importante que sí tienen los pacientes de coronavirus. Además, los síntomas de Ómicron se alargan hasta unas 48 horas, algo que no sucede con las alergias».
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