Historia
Los Alcázares de Córdoba: del palacio andalusí a la fortaleza cristiana, un legado con mucho por descifrar
Las jornadas del Instituto de Estudios Califales indagan en su pasado y presente a través de expertos
Es uno de los principales monumentos de la ciudad -casi 600.000 personas lo visitan al año- y un espacio integrado en el paisaje cotidiano de los cordobeses, pero el Alcázar también es un testigo incomparable de la historia de la ciudad. La fortaleza actual habla de la conquista cristiana y de la residencia de los Reyes Católicos, de un fuerte desde el que protegerse del Reino Nazarí de Granada , pero antes de eso, bajo el poder de la dinastía omeya, en el mismo lugar donde resisten sus murallas se alzaron en su día las construcciones del Alcázar andalusí , con dependencias privadas de emires y califas, despachos de gobierno y suntuosos jardines dentro de un recinto amurallado que englobaba desde el actual Palacio Episcopal hasta la plaza del Campo Santos de los Mártires, donde se rescataron sus antiguos baños. En el relato histórico no hay uno solo ni es el mismo, por eso a la hora de hablar del presente del Alcázar se le nombra en singular pero cuando se navega por su pasado es frecuente hablar de « los Alcázares de Córdoba ».
Ese es el título de las jornadas que el Instituto de Estudios Califales de la Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba inauguraron ayer en la Biblioteca Viva de Al-Ándalus . Hasta el día 29 se celebrarán ponencias de arqueólogos, arabistas, arquitectos y académicos que arrojarán luz sobre un edificio emblemático en una ciudad poderosa, del que aún queda «mucho por descifrar». Así lo expresó durante la conferencia inaugural de las jornadas el director del Instituto de Estudios Califales, José Luis Lope y López de Rego, que llamó a recuperar desde el trabajo científico de arqueólogos e historiadores la realidad de un Alcázar que ha llegado hasta hoy desfigurado, víctima de un «ultraje artístico». Entre los interrogantes que persisten sobre su arquitectura está la ubicación y altura de sus torres de defensa, en una fortaleza cristiana pensada para defenderse del enemigo.
No es de sorprender que los Reyes Católicos escogieran Córdoba para dirigir su campaña militar contra los nazaríes. El potencial de la ciudad como centro de todos los poderes ya lo habían explorado antes de ellos los habitantes romanos de la colonia patricia de Corduba. Sobre esa « esencia de capitalidad » basó su conferencia el catedrático de la Universidad de Córdoba Juan Francisco Rodríguez Neila, que sintetizó los factores que hicieron de la ciudad una capital de primer orden para romanos, árabes y cristianos .
El recinto amurallado del Alcázar omeya ocupaba desde el Palacio Episcopal hasta Santos Mártires
Entre esos factores hay uno del que Córdoba sigue presumiendo: su posición estratégica . El territorio que ocupaba entonces la ciudad se alzaba, como lo hace hoy la provincia, como nudo de comunicaciones gracias a su localización geográfica y a la topografía de su terreno. Era, además, una tierra fértil que presumía de multitud de recursos naturales: la agricultura y la ganadería de su Campiña y la minería del Valle del Guadiato hacían de Córdoba un lugar próspero. Ambos factores unidos favorecían la actividad exportadora por caminos comerciales que fueron progresivamente mejorando y conectándose con otras grandes provincias. Además, Córdoba tenía a sus pies el río, entonces navegable por pequeñas embarcaciones que eran la vía más rápida para transportar mercancías.
Las jornadas continuaron dibujando la ciudad previa a los Alcázares con la conferencia de Carlos Márquez Moreno, para pasar a indagar en las transformaciones en la topografía del poder entre los siglos IV y VII, a cargo de Manuel D. Ruiz Bueno. El arqueólogo Alberto Montejo expuso cómo eran los Alcázares de Córdoba entre la conquista islámica y la gran fitna de Al Ándalus y la catedrática de la Universidad Complutense María Jesús Viguera Molins trazó las claves para conocer a algunos de los personajes que los habitaron. Por la tarde, Sebastián Gaspariño García habló de «Los Alcázares de Córdoba en las fuentes árabes» y Rafael Frochoso sobre «La ceca de al-Ándalus». El director de Medina Azahara, Antonio Vallejo, habló sobre el Alcázar de la ciudad palatina y el arqueólogo Pedro Marfil recordó los resultados de las excavaciones del Campo Santo de los Mártires . Por su parte, Raimundo Ortiz Urbano habló de las excavaciones del patio de Carruajes del Palacio Episcopal. La jornada continúa este martes con otro intenso programa de conferencias que permitirán tomar el pulso a la investigación arqueológica en torno a los principales edificios históricos de la ciudad. La entrada es libre, y el programa completo puede consultarse aquí .
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