PROPIEDAD
La alcaldesa de Córdoba sigue su huida hacia adelante con la titularidad de la Mezquita-Catedral
Isabel Ambrosio complace al radicalismo de sus socios y anuncia una batalla perdida con las leyes
Como si estuviera intentando rendir un fuerte sitiado , la alcaldesa de Córdoba, Isabel Ambrosio , ha lanzado una nueva ofensiva para una conquista que ya sabe perdida: la propiedad pública de la Mezquita-Catedral . Su última estrategia es una comisión que le prorpocione argumentos y que le dé la razón que no le dan las leyes, que llevan años insistiendo en que el monumento no ha tenido otro dueño que la Iglesia desde 1236 .
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Con el nombramiento de una comisión (aún sin concretar por el Pleno) y el fichaje de Federico Mayor Zaragoza , Ambrosio contenta a sus socios, instalados en un radicalismo que a falta de concretarse en medidas sociales de calado o en planes novedosos, agradecen los ataques a la Iglesia católica como un parte natural del ser de izquierdas. Curiosamente, Izquierda Unida y Ganemos son quienes menos han hablado de este asunto, y han dejado a los socialistas defendiendo el proyecto.
Las dudas
De fondo están todas las dudas que crea la comisión: cuándo se va a constituir de manera efectiva, quién la compondrá y si será plural, porque la oposición teme que no habrá personas de opinión distinta a que la Mezquita-Catedral sea pública. El PP ya ha anunciado una oposición férrea y esgrime los informes municipales que dicen que el Ayuntamiento jamás fue propietario del monumento. Y se pregunta quién pagará la factura y cómo, porque si asusta el gasto público mucho más el pensar que pueda haber algún patrocinador privado .
El asalto está condenado otra vez al fracaso , por mucho general de prestigio que Isabel Ambrosio haya contratado, igual que pincharon los intentos ante el Ministerio de Hacienda , la Junta de Andalucía y el propio Ayuntamiento.
Pero podría tener sus efectos. Las palabras de Mayor Zaragoza y su amenaza de declarar «patrimonio en peligro» a la Mezquita-Catedral no rendirán el fuerte, pero sí harán mella... en toda la ciudad. Porque el monumento está objetivamente bien cuidado, pero cualquier insinuación de mala gestión, y de perder la marca de Patrimonio Mundial puede verse de inmediato en un sector tan sensible e importante para Córdoba como el turismo. Daños colaterales de una guerra condenada a perderse.