Campiña Sur
La alcaldesa de Aguilar de la Frontera dice que no es contraria a la nueva cruz y estudiará si es viable
Carmen Flores (IU) pide esperar al dictamen de Cultura y de los técnicos municipales
La alcaldesa de Aguilar de la Frontera, Carmen Flores (IU), no se muestra contraria a la propuesta realizada por la Agrupación de Cofradías para construir una cruz en la plaza del convento de las Descalzas.
Según explicó la regidora ayer a ABC se trata de una solicitud «que hace la Agrupación como otras tantas y el Ayuntamiento la considerará y hará los trámites oportunos». Flores añadió que «el Consistorio no está en contra de ninguna propuesta de nadie ni tampoco de las que haga la Agrupación de Cofradías ».
Por este motivo señaló que «desde el Ayuntamiento se intentará encajarla lo mejor posible teniendo en cuenta los informes que haya al respecto de su construcción». Sobre este extremo matizó que si desde la Consejería de Cultura no hay ningún inconveniente y los técnicos municipales tampoco ven obstáculos será un tema «a estudiar y a tener en cuenta».
De este modo la regidora aguilarense deja claro que no se va a mostrar contraria al proyecto que presentó el lunes el presidente, José Cabezas, junto al párroco, Pablo Lora.
Un emplazamiento distinto
La nueva cruz propuesta se levantaría en un emplazamiento cercano a la iglesia de las Carmelitas pero distinto del que ocupaba la cruz que el Ayuntamiento había retirado en enero. Plantean que será una cruz que sirva como homenaje a la comunidad de madres carmelitas, a las hermandades, a los colectivos que trabajan para ayudar a los demás y a todos los cristianos de Aguilar . Por este motivo dejaron claro en la presentación que será «la cruz de todos».
La Delegación de Cultura en Córdoba , con la que ya se han mantenido contactos, no ha puesto objeciones al anteproyecto que ya existe y que plantea un conjunto escultórico que podría alcanzar los cuatro metros de altura. Hay que recordar que el Ayuntamiento retiró la cruz de hormigón el pasado 19 de enero por un doble motivo. Por un lado consideró que era un símbolo franquista porque se levantó en el año 1938 como homenaje a los caídos en el bando nacional durante la guerra civil. Y, por otro, para evitar humedades que ocasionaba en el templo declarado BIC el jardín que rodeaba la cruz.
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