CIEN DÍAS DE MANDATO EN CÓRDOBA
El alcalde de Córdoba: «El espectáculo de luz y sonido de Cruz Conde recupera nuestra estima como ciudad»
José María Bellido repasa en su entrevista con ABC la situación de los proyectos claves que intenta desbloquear
En la agenda del alcalde de Córdoba hay decenas de proyectos inconclusos, heredados de la etapa anterior la mayor parte. Bellido pone el acento en algunos cuya resolución se dará en los próximos meses. En otros casos, son determinantes.
—¿Qué plazo de resolución hay para Caballerizas y el Cercanías?
—Del Cercanías es inminente la firma del convenio con Renfe para rebajar el precio del billete. El acuerdo está cerrado con el Gobierno y estamos en la tramitación administrativa. Otro tema son las estaciones pendientes. Quiero que los 2,5 millones que vienen todos los años se destinen a ellas. Con Caballerizas hay complicación porque no estaba tan atado como decían, ha habido que hacer alguna revisión, no sobre el fondo de lo negociado, pero sí con las valoraciones y permutas. Estará antes de abril de 2020.
—¿Tiramos el Pabellón de la Juventud o dejamos que se caiga?
—Lo tiramos, lo tiramos. Ahí está Manuel Torrejimeno dejándose el alma en hacerlo y esperamos que sea antes de acabe el año.
—¿Cuándo va a cambiar los nombres de Cruz Conde y Vallellano?
—Estamos trabajando en nuestro compromiso y revisando el expediente. El caso de Cronista Rey Díaz, que no llegó a cambiarse y está en el Juzgado, creo que terminará como la plaza de Cañero. Lo de Cruz Conde y Vallellano vamos a hacerlo ajustado absolutamente a la legislación.
—¿Qué es lo que más le ilusiona del espectáculo de luz y sonido de Navidad para la calle Cruz Conde?
—Recuperar autoestima. Aquí hay un proyecto que otras ciudades han hecho y que en menos de cien días se ha quedado adjudicado lo cual significa que se pueden hacer cosas. Me ilusiona que ahí se va a empezar a visualizar el cambio. Los cordobeses van a ver que no tenemos por qué mirar con complejos a otra ciudad, y lo va a hacer una empresa cordobesa que era paradójico que operase en Nueva York y no aquí. Este año es un proyecto piloto.
—¿Veremos el Centro de Ferias, Exposiciones y Convenciones?
—Sin duda. Es uno de los asuntos que peor me he encontrado. Agradezco a la Diputación su agilidad para renovar su ayuda tras haber decidido no seguir con Tragsa. Nos llevamos la sorpresa de que no había proyecto actualizado. Suárez y Terrados ya están redactándolo y en paralelo terminaremos el pliego para licitarlo. Tiene que estar acabado sí o sí este mandato. Porque otra pata estratégica de este mandato es el turismo de congresos.
—¿Comparte las críticas de saturación de eventos en el Casco?
—No. El Casco debe seguir vivo, es una singularidad, como la de su tamaño. La satuación se puede producir en determinadas épocas y zonas. Ahora mismo paseamos por San Agustín y dígame qué nivel de saturación turística hay. No generalicemos. Para ello hemos creado una Concejalía del Casco específica y coordinación con los vecinos.
—¿Va a apostar por una agenda de grandes eventos en Córdoba?
—Córdoba lo necesita. Voy a potenciar los propios como el Festival de la Guitarra, la Noche Blanca del Flamenco, las Cruces, los Patios... Seguir organizando nuevos y potentes que nos viene bien; en esa línea de la exposición del Esplendor de los Omeyas. Y luego, no podemos hablar de una ciudad cultural si en los barrios no hay bibliotecas o que los jóvenes talentos no puedan desarrollarse. Y para todos, mayor repercusión fuera de Córdoba.
Familia y cercanía
—Convendrá conmigo en que el José María Bellido de hace un año no tiene nada que ver con el de ahora. Y no sel o digo porque en estos momentos sea alcalde y antes no... ¿Dónde está la clave de su cambio en lo personal?
—En romper el cascarón...Afortunadamente, en la vida se aprenden varias cosas. Primero, que hay que ser lo suficientemente abierto de mente para saber que cada uno vibve la vida como quiere y nosotros tenemso que ayudarle a que la pueda vivir. En segundo lugar, siempre he tenido un perfil muy técnico; a mí la etapa anterior en el gobierno, con 33 años y un ayuntamiento casi en la ruina, y luego la etapa como líder de la oposición me hizo obligarme a tratar con mucha gente y salir de mi zona de confort. Pero siempre he sido el mismo. Es más cómodo no exponer. Ahora me conoce más gente y es más fácil que conozcan mis miserias, pero no me importa, estoy aquí para eso. Estoy encantado de que se note ese cambio en mí.
—¿Cómo lleva su familia estos cien primeros días de mandato?
—Afortunadamente mi pareja comparte conmigo esta vocación política. Cuando nos conocimos ya estábamos los dos en política y eso facilita mucho la labor. Mis dos hijas, que son pequeñas todavía, con absoluta normalidad. Intento que en mi casa sigamos como siempre, que mis hijas no lo noten para mal ni para bien malcriadas por ello.