ÓPERA
«Aida» regresa al Teatro Real en homenaje al tenor cordobés Pedro Lavirgen
El montaje vuelve del 7 al 25 de marzo a este escenario después de 20 años sin programarse
«Aida» , de Guiseppe Verdi (1813-1901) vuelve veinte años después, al Teatro Real , con una revisión del montaje de Hugo de Ana estrenado el 2 de octubre de 1998, a modo de «autohomenaje» del coliseo madrileño, que sigue celebrando las dos décadas de su reapertura, y para «hacer memoria». Además, la reposición también pretende ser otro homenaje más simbólico para Pedro Lavirgen (1930). Este tenor cordobés no pudo interpretar en el Real a los personajes que lo distinguieron -como Radamès, de Aida, con el que debutó en La Scala de Milán- porque el apogeo de su carrera transcurrió durante el periodo en que el coliseo de la plaza de Oriente fue sala de conciertos y las óperas se representaban en el vecino Teatro de la Zarzuela .
Las ocho funciones de 1998, dirigidas por Luis Antonio García Navarro (1941-2001), se unían a las 353 que tuvieron lugar en las temporadas anteriores al cierre del teatro, en 1925. Durante ese periodo, el popular título verdiano fue el más representado, siendo Verdi el compositor preferido del público madrileño .
Por eso, para el director artístico del Real, Joan Matabosch es «inaudito» que «Aída» no se haya interpretado en la capital desde hace 20 años. «La proyección hacia el futuro, que es donde se pone el acento, es imposible sin hacer un ejercicio de memoria colectiva», ha asegurado durante la presentación de la obra, con 17 funciones entre el 7 y el 25 de marzo .
El reputado tenor cordobés fue uno de los más destacados defensores del repertorio más duro de la cuerda de tenor y figura esencial en las temporadas de los teatros españoles de la época desde finales de los años 1960 hasta 1980. Cantó «Aída» en el Gran Teatre del Liceu de Barcelona en la temporada 1967-1968 y en la 1970-1971 junto a Ángeles Gulín. En Madrid cantó «Cavalleria rusticana» (1965), «Tosca» (1968), «Carmen» (1973), «Pagliacci» (1974), «La forza del destino» (1977), «Norma» (1978), «Macbeth» (1980) y «Simon Boccanegra» (1982), casi siempre en el Teatro de la Zarzuela.
El propio Lavirgen cuenta que «"Aida" fue una de mis obras predilectas desde que tenía ocho o nueve años . Me la sabía de memoria, antes incluso de aprender solfeo. Ha sido una obra emblemática para mí, porque siempre cantaba "Celeste Aida" en las audiciones». Lo hizo en la Scala de Milán: «No me contrataron entonces, pero sí lo hizo el teatro de Bellas Artes de México, precisamente para cantar "Aida". Fue mi debut operístico».