RELIGIÓN
La agonía de los conventos de Córdoba
Sin vocaciones y sin dinero, los cenobios femeninos se enfrentan a un duro horizonte de supervivencia
La superiora de un vetusto convento de Córdoba aseguraba como un secreto que sólo con la paga que recibe una de ellas comían seis monjas . Más bien sobrevivían. «Son jóvenes, vienen de otros lugares del mundo, de India (señalando a una joven bajita) y las otras de África y Sudamérica . En España no hay vocaciones prácticamente», se lamentaba. El Banco de Alimentos les traía yogures, y esa era su cena. De 50 hermanas ya sólo quedaban tres españolas que sumaban entre ellas casi 270 años. Su situación se repite en más de una decena de conventos al borde la extinción. Ni siquiera les daba para pagar la factura de la luz si encendían los radiadores. Y la casa es muy grande, aseguraban a ABC.
La Santa Sede acaba de dar el visto bueno a las franciscanas clarisas del convento de Santa Isabel de los Ángeles , junto a la iglesia de Santa Marina, para su venta, pero no es seguramente el último en este caso. Uno de los ejemplos que recuerda el notario e investigador Manuel Ramos , y que cita en su libro « Casas Señoriales de Córdoba », editado por la Diputación Provincial, es el del convento de Santa Marta , que vendió a finales del siglo XX su Huerta de Cárdenas, donde más tarde se construiría el Hotel Alfaros .
Actividades económicas
Prácticamente todos los conventos se encuentran en esta temible situación, comenta Ramos, desde Santa Cruz , donde se construye el denominado Centro de los Patios . El convento de la calle Agustín Moreno está a la espera de recibir ayudas municipales prometidas para su rehabilitación, después de dedicar unas cuantas habitaciones a hospedaje y su lavandería. El convento de San Rafael, de las Madres Capuchinas , tiene apenas unas cuantas monjas octogenarias y un edificio imponente a escasos metros de la plaza de Las Tendillas.
A esta situación se suman también el convento de la Encarnación en la calle Rey Heredia, que subsiste con un negocio de lavandería , pero también Santa Ana, también de clausura, en el antiguo edificio del Marqués de El Carpio en la calle Ángel de Saavedra. Su iglesia fue restaurada tras el incendio sufrido en 1993, que destruyó algunos retablos y esculturas. «La única salida que tienen estas monjas de clausura es a brirse al turismo , con visitas guiadas a su interior como han hecho las monjas de Osuna, que tienen sus turnos y muestran la vida en el convento», explica este investigador cordobés, que conoce de cerca la realidad de estos antiguos conventos cordobeses.