SOCIEDAD
Así son los adultos que han vuelto al «cole» en Córdoba
La Educación Permanente da una oportunidad a quienes abandonaron sus estudios y ofrecen una vía de escape a la rutina
La vocación no es solo cosa de los jóvenes que acaban de empezar a vivir. La de Francisco Rodríguez despertó a las puertas de sus 60 años, tras dos décadas dedicado profesionalmente a la electricidad y la mecánica. La crisis se llevó por delante la empresa en la que trabajaba y se quedó en el paro. Cuando buscaba una salida a su situación decidió apuntarse en el IES Averroes , en su barrio, el Sector Sur, para retomar la educación que dejó a medias siendo un adolescente. « Con 57 años es difícil que te contraten . Así que me quise sacar la ESO para tener más opciones laborales», recuerda.
Cuando pisó por primera vez el aula no podía imaginar que dentro de él se revolvería el gusanillo de la escritura. «Fue a raíz de un ejercicio de clase, en el que el profesor nos pidió que redactásemos un recuerdo bonito que tuviéramos», cuenta. Disfrutó tanto seleccionando las palabras para componer su redacción que ya no pudo dejar de escribir. Ahora ha escrito una novela que pretende publicar pronto. «Es la novela más bonita del mundo y va a convertirse en la ‘Harry Potter’ española», advierte, convencido del potencial de la obra, que ya ve incluso adaptada al formato cinematográfico. Se titula «La caja del tiempo» y tiene, presume, más de 350 páginas. Reconvertido en amo de casa, la escribía en sus ratos libres, cuando terminaba de limpiar o mientras cocinaba.
En el IES Averroes encontró una experiencia para la que solo tiene buenas palabras. Exactamente igual que María José Molina , que dejó los estudios en segundo curso de BUP, cuando era apenas una adolescente, y ahora tiene en la Educación Permanente, además de la oportunidad para formarse, un «balón de oxígeno» para escapar por un rato de sus preocupaciones. Sus circunstancias familiares la obligaron a regresar de Madrid, donde vivía desde hacía seis años, para cuidar de su hermano. Cuando llegó a Córdoba tuvo que empezar de cero y eso implicaba también buscar un trabajo. Estudió sus posibilidades y consideró la opción de trabajar como auxiliar clínica, pero para eso necesitaba tener el título de la Educación Secundaria Obligatoria (ESO). Así fue como llegó al IES Averroes, con 40 años y las ideas claras. «Me ha ido tan bien que he decidido no quedarme ahí. Y ahora estoy preparándome para sacarme el título de Bachillerato », cuenta, motivada.
«Ahora me toca a mí»
Lola Espinosa es una mujer resuelta. Tiene 57 años y trabaja como camarera de piso en un hotel. Como no le gustan las limitaciones, se ha esforzado en aprender idiomas para poder comunicarse con los turistas que se alojan en las habitaciones. Ahora ya no necesita buscar a nadie que haga de traductor cuando le piden algo: se vale por sí misma. Lleva seis años acudiendo al CEPER Fuensanta porque su entusiasmo por aprender no tiene límites. Lo cuenta frente a un ordenador portátil en el que trabaja con un programa de edición de vídeo, que le ha servido para contar, a base de fotos y su propia voz locutada, la historia de su hermano, que falleció joven víctima de las adicciones. Es un trabajo para el curso de «Digital Storytelling», de vocación internacional. Por eso el vídeo está subtitulado en inglés. Su obra y la de sus compañeros están incluso disponibles en un canal de Youtube .
Para ella, la principal motivación es aprender, pero admite que los conocimientos que ha adquirido en el centro le han abierto puertas. «Con lo que aprendí aquí hice mi videocurrículum y me llamaron para trabajar », cuenta. Además, en el centro ha conocido a personas muy distintas entre sí, de todas las edades, como las que componen su clase y con las que realiza actividades culturales y de convivencia, desde rutas turísticas hasta senderismo. «Aquí todos tenemos nuestra vida. Yo tengo mis hijos y mis nietos. Cuando ellos nacieron, me dije: ‘ahora te toca a ti’. Y aquí estoy».
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