José Javier Amorós - Pasar el rato
Los abuelos
Tuvieron noticias de su nieto mayor al verlo amenazar a España en un vídeo. Llevan años viviendo con la muerte en el alma
![Los abuelos](https://s2.abcstatics.com/media/andalucia/2017/08/29/s/yihad-cordobes-terrorista-ktcG--1240x698@abc.jpg)
Cuántos muertos, otra vez. Y cuántos inútiles bien pagados mirando por encima de ellos, por si divisan las estructuras de su estadito muerto. « Nos hemos comportado como un Estado ». Y los muertos, ¿cómo se han comportado los muertos? «Demostraremos cada día que estamos preparados para actuar como un Estado independiente». Y los muertos, ¿qué podrán demostrar los muertos? Muchas cosas mueren con los muertos. Un referéndum muerto para la republiqueta. Que doblen las campanas por la independencia. Y que el campanero sea Tardá, ese diputado obediente y brutal. Vamos teniendo la costumbre de los muertos . Se nos pone el corazón de peluche y las palabras nos salen blandas y plurinacionales. Palabras de amor, palabras. Qué hermoso sería poder querernos los unos a los otros como nos quiere a todos Rajoy. Ese gran gobernante, sobrepasando el mandato evangélico, ha sido el inventor de la mejilla española sucesiva, que pone ilimitadamente a disposición del adversario independentista, a cambio de desorden y desunión. El Señor se lo tendrá en cuenta. El pueblo pecador, también.
A la tragedia le faltaba un comentarista autorizado por la parte de los asesinos. Se llama Muhammad Yassin Ahram . Le corresponde un cordobesismo administrativo, de hospital y Registro Civil, que no quiere decir mucho. Todo lo que de noble y admirable lleva dentro el ser cordobés se lo arrancó del alma hace muchos años. O se lo arrancaron. De Córdoba , entonces, no puede ser. Su segundo apellido es el de la madre que lo parió, Pérez , que también está en Siria, con sus otros hijos, trabajando en el comercio del terror. El padre, el abyecto padre, causante de todos los males familiares, terrorista, captador y educador de terroristas, traficante de drogas y de vehículos de lujo robados, está preso en una cárcel de Marruecos. ¿Es esa la sagrada familia de la religión del Daesh ? Un ilusionante proyecto de muerte en común. Aunque los periódicos lo aprovechan todo para llamar la atención, no hay que contaminar el nombre de Córdoba con ecos del infierno. Córdoba es otra cosa, es otra gente, está en otro nivel. Ya lo dejó claro Aristóteles Moreno en su brillante artículo del viernes pasado. Lo relevante del currículo del portavoz del Daesh no es que haya nacido en Córdoba y se apellide Pérez de segundo, sino que es terrorista , amante joven del infierno, defensor de la tortura y del asesinato. Córdoba no tiene nada que ver con el alma podrida de quien pudo haber sido hijo suyo.
El apellido de la infamia es el del padre, que fue quien inoculó a su mujer y a sus hijos el virus del mal . Pérez es el apellido respetable y dignísimo de los abuelos cordobeses, de Pedro Abad , desconcertados y dolientes. Buenas personas que están sufriendo a borbotones. Leí, hace poco, una entrevista compasiva a los abuelos. Todo lo que saben de su hija y de sus nietos, lo saben por los periódicos. El reencuentro con su nieto mayor, el más querido, después de tantos años, fue al verlo en televisión y oír las barbaridades que profería como portavoz del Estado Islámico . «El vello de punta… Se me pone el vello de punta», dijo el abuelo al periodista, con la voz quebrada. En algún rincón de la casa está todavía el último regalo de Reyes, que ya no pudieron entregar, hace tanto tiempo. «Un Spiderman para Yassin y coches en miniatura». Los restos de la inocencia perdida . Esos abuelos llevan años viviendo con la muerte en el alma. Ojalá encuentren entre nosotros un poco de piedad, un poco de respeto, un poco del amor insustituible que les han negado.