ESTUDIO SOCIAL

Abandono escolar, paro insoportable y casas ruinosas: el lastre del barrio de Moreras en Córdoba

El diagnóstico del Ayuntamiento alerta del carácter hereditario de la pobreza y la marginación

Uno de los patios del barrio de Moreras en Córdoba Valerio Merino

Irene Contreras

Moreras ha cambiado mucho desde la década de los 60 , cuando se levantaron en esta zona de Córdoba las precarias casitas portátiles para acoger a quienes se habían quedado sin hogar tras el desbordamiento del Guadalquivir . Su perfil de arquitectura es ahora una serie bloques de cuatro alturas que forman manzanas con espacios abiertos en el centro. Los «patios», que se crearon con espíritu de vivienda social , los habitan hoy unas 11.500 personas , cuyas vidas están marcadas por el desempleo, la f alta de estudios básicos y la baja cualificación de los pocos que tienen un sueldo que llevar a casa.

El Ayuntamiento va a elevar a la Junta de Andalucía el borrador de su Plan Local de Intervención en Zonas Desfavorecidas , que plantea medidas concretas para las barriadas de Moreras, Palmeras y Sector Sur . El documento se tramitará en un momento oportuno. Las atenciones están puestas en la reyerta mortal que el pasado jueves acabó con la vida de un joven y la detención de tres personas y que mantiene ingresado en el hospital al padre del fallecido. Esta misma semana, el colectivo Córdoba Futura sentó en una mesa redonda a vecinos de los barrios «deprimidos» para visibilizar su situación. Ellos pidieron trabajo y dignidad y explicaron que la criminalidad que se asocia a sus barrios no existiría si no viviesen como viven.

18,7 por ciento de analfabetismo

El diagnóstico de cómo viven estas personas lo aporta el documento elaborado por los Servicios Sociales municipales , que servirá de base para un plan de actuación de más de 5 millones , procedentes de fondos europeos. Del informe se extrae que el barrio con peores datos de desempleo es Palmeras, donde la población desocupada alcanza el 70 por ciento. Moreras no se queda atrás: según el estudio municipal, casi el 50 por ciento de los vecinos con edad de trabajar está en paro : 3.145 hombres y mujeres de un total de 6.345 personas que conforman la población activa de la barriada. El estudio destaca además que el barrio presenta tasas elevadas de natalidad y redunda en una cuestión preocupante: el escaso nivel de estudios de sus vecinos -un 18,7 por ciento de analfabetismo - y el carácter «hereditario» de esta circunstancia, ya que, según se ha detectado, el abandono de los estudios es un patrón que se repite en la siguiente generación.

La economía sumergida, desde la chatarra a la venta ambulante, hace que muchos puedan subsistir

El estudio también destaca que el barrio subsiste de forma reseñable a través de la economía sumergida : actividades como la venta ambulante, la recogida de chatarra , las labores de limpieza o de cuidado de personas o los trabajos como temporero son fuentes de ingresos para muchas familias. Los autores del informe ponen el acento en otro fenómeno: el progresivo crecimiento de situaciones de «hacinamiento» en viviendas que comparten varias generaciones del mismo núcleo familiar.

La circunstancia se agrava por las condiciones de habitabilidad de las viviendas : más de 1.400 se encuentran en un estado de conservación « ruinoso , malo o deficiente» y casi 3.000 carecen de ascensor en edificios de hasta cuatro plantas, un verdadero problema para el segmento de población mayor que habita el barrio. Según los datos, hay más de 415 personas con más de 64 años que viven solas en el barrio de Moreras.

«Tension acumulada» en Palmeras

Aunque el trágico suceso del jueves ha puesto a Moreras en el foco mediático, el informe revela que la situación es aún más problemática en Palmeras , donde «la tensión acumulada y la situación de precariedad» podrían hacer «estallar en cualquier momento» a un barrio marcado por los problemas de convivencia derivados del narcotráfico y las disputas familiares. Entre las principales necesidades del barrio está la de la integración para dejar de ser considerado un « gueto » dentro de la ciudad, pero para ello el Ayuntamiento considera que hay que intervenir en aspectos como la reurbanización, la formación y el empleo. El abandono y el fracaso escolar y la falta de acceso a ropa, higiene y alimentación son lacras a combatir en una zona de la ciudad en la que conviven tres grupos diferenciados —gitanos, payos y «quinquilleros» o mestizos— que habitan edificaciones en mal estado y subsisten a través de la economía sumergida de la venta ambulante, la chatarra o los trapicheos de droga.

En el caso del Distrito Sur , el estudio arroja datos de un 46 por ciento de paro y un 20 por ciento de analfabetismo, en una zona con una población de 14.500 habitantes. El diagnóstico municipal lo define como una «zona de acogida» en la que se han instalado emigrantes de diferentes procedencias. Destaca su población joven y una tasa de natalidad entre adolescentes elevada, que lleva parejos el abandono escolar y, con ello, dificultades para encontrar un empleo.

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