HISTORIA

800 aniversario de Alfonso X ‘El Sabio’ | El rey que dio origen al Alcázar de los Reyes Católicos de Córdoba

Sevilla le recuerda mientras en Córdoba pocos conocen que fue el último monarca que habitó el Alcázar Viejo

Fue quien decidió construir lo que acabaría siendo el actual monumento fortificado

Imagen actual del Alcázar de los Reyes Católicos de Córdoba VALERIO MERINO

Félix Ruiz Cardador

Sevilla celebra este año el 800 aniversario del nacimiento del rey de Castilla Alfonso X ‘El Sabio’ , que vio la luz en Toledo en 1221 y murió en la capital hispalense en 1284. Poco se habla sin embargo en estos fastos de la relación que este monarca tuvo con Córdoba , ciudad en la que residió parte de su vida .

Fue en concreto el último rey que llegó a vivir en el Alcázar Viejo , en el que habían habitado los emires y califas , y su nombre está unido al de otros grandes personajes que allí habitaron como Abderramán I , Abderramán III, el rey visigodo Chindasvinto o don Rodrigo, que se cree que nació en ese viejo palacio de origen romano. El nombre de Alfonso X queda a su vez como el del primer monarca que decidió construir un nuevo edificio regio, germen de lo que hoy conocemos como el Alcázar de los Reyes Cristianos o Alcázar Nuevo. Allí fue donde él instaló las Casas Reales una vez comprobó que las dependencias del antiguo se habían quedado pequeñas.

La historia del Alcázar de los Reyes Cristianos va unida por ello a este rey ilustrado . Aunque en realidad este edificio, como todo su entorno, está vinculado desde los primeros siglos de la ciudad a dos palabras clave: defensa y poder. Así se explica en los diversos estudios que se han realizado sobre ambos alcázares y a las excavaciones y análisis arquitectónicos. Gracias a ellos se sabe que en este entorno de lo que hoy es el eje Mezquita-Alcázar se radicó el poder político desde los romanos hasta los Reyes Católicos .

En concreto, desde el siglo I a. C. , cuando la ciudad , en los primeros compases del periodo imperial, amplió su superficie hacia el río y alzó allí las nuevas murallas. Dio pie ese crecimiento urbano al diseño en estos terrenos del ‘Vicus Augustus’ , la zona en la que se construyó el palacio del gobernador o el ‘castellum’ en el que se asentaban las legiones . Las razones de elegir este espacio, como explica el arquitecto José Luis Lope y López de Rego en su artículo ‘El Alcázar de los Reyes Católicos y la aportación de la Real Academia de Córdoba a su estudio e investigación’ (Revista Al Mulk 18, año 2020), estuvieron en su buena ubicación . Cercana al río, proveía de agua en caso de asedio y ejercía de muralla natural, con veneros frondosos como el arroyo del Moro.

Postal antigua del Alcázar Nuevo desde su entrada Norte ABC

Lope y López de Rego , que en su texto recopila los diversos artículos que la Academia le ha dedicado al edificio, también alude a sus transformaciones durante el periodo visigodo , en el que se convirtió en palacio regio al tiempo que muy cerca se comenzaba a construir la iglesia de San Vicente. El edificio sería más tarde ampliado durante el periodo musulmán , ya que los emires lo utilizaron como centro de poder de lo que sería la capital de Al Ándalus . El Alcázar Viejo , sobre el que hoy se alzan diferentes edificios como el Palacio Episcopal o el Seminario San Pelagio , llegó a albergar la ‘rawda’ en la que enterraba a los emires y califas y bajo el emirato de Abderramán I fue decorado con estética de su añorada tierra de origen, Damasco. Según explica Lope y López de Rego, fue «el centro neurálgico del mundo hispanoárabe ».

Los castellanos se hicieron con el edificio en el siglo XIII , cuando consiguieron conquistar la ciudad. Cuentan los historiadores que, justo tras escuchar misa en la Mezquita, ya reconvertida en iglesia, Fernando III ‘El Santo’ tomó posesión del Alcázar Viejo. El Obispado le pidió sin embargo poco después el uso del inmueble para sus necesidades y se lo concedió. Y así lo encontró su hijo, Alfonso X ‘El Sabio’ , convertido en un viejo palacio cargado de historia pero limitado.

Prisión y museo

Su decisión fue buscar un nuevo emplazamiento , por lo que se decidió reformar el edificio defensivo que existía en el antiguo ‘castellum’ y que con los años acabaría convirtiéndose en el Alcázar de los Reyes Cristianos . Sin duda, el legado más vistoso que Alfonso X dejó a la ciudad y que con Alfonso XI ‘El Justiciero’, su bisnieto, crecería aún más. Entre las reformas que realizó el primero de ambos monarcas se encuentra la Torre de los Leones o la capilla de San Eustaquio . Junto a ello, alcobas, cocina o bodega.

Ilustración de Alfonso X 'El Sabio' en una miniatura medieval de 'El libro de los juegos' ABC

Más tarde, la regente María de Molina, viuda de Sancho IV, entregaría los terrenos aledaños a los agustinos y sería su nieto Alfonso XI el que, viendo la difícil situación de la frontera con los avances del Reino de Granada, lo fortificaría hasta convertirlo en un castillo en su sentido pleno, cuya torre del homenaje, su puente levadizo y su foso acabarían sucumbiendo con el pasar de los siglos.

El Alcázar de los Reyes Cristianos fue sede del Santo Oficio de 1492 -antes los Reyes Católicos había recibido allí a Colón- a 1810 y se realizaron diferentes reformas para sus nuevos usos. Su función como presidio , más allá de su uso como cuartel por los ejércitos napoleónicos desde 1810 hasta 1812, fue la más habitual hasta que en 1931 lo catalogaron como Monumento Nacional, lo que no impidió que durante la guerra civil volviese a usarse como cárcel. Ya durante el franquismo , sería el alcalde Alfonso Cruz Conde el que decidiría dotarlo de usos museísticos por medio de una intervención del arquitecto Víctor Escribano.

Queda allí el recuerdo de la labor de Alfonso X , ese rey que conquistó la ciudad de Cádiz y que impulsó la literatura en castellano con sus propias obras y con la labor de su Escritorio Real y de la Escuela de Traductores de Toledo. Un monarca que murió en Sevilla con un amargo debate sucesorio abierto pero que también en Córdoba dejó un importante legado con sus Casas Reales . Una decisión que merece ser recordada pues se puede decir que el Alcázar de los Reyes Cristianos no sería posible sin las decisiones que en la segunda mitad del siglo XIII adoptó el monarca . Aunque murió en Sevilla, en Córdoba su huella persiste.

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