Pasión en Córdoba

La Virgen de la Paz, aclamada reina de Córdoba entre el cariño de sus devotos

La sagrada imagen regresa en procesión triunfal a Capuchinos, tras ser coronada canónicamente en la Catedral

La corona de la Virgen, al detalle

La Virgen de la Paz, coronada, en su palio, durante la procesión triunfal de por la noche Valerio Merino

Julia García Higueras

Córdoba

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Como Reina. Tres horas después de ser coronada, María Santísima de la Paz y Esperanza ha salido triunfal de la Catedral para emprender su procesión de regreso a Capuchinos, el lugar del que partió el pasado 8 de octubre y al que vuelve tras recibir la presea de oro.

«Una mujer vestida de sol, y la luna bajo sus pies». La visión del Apocalipsis describe con fidelidad lo resplandeciente que está la Virgen este sábado en su paso de palio. Las campanas marcaron las nueve de la noche cuando se encontraba justo bajo el arco de bendiciones.

La presea de oro que alude a la realeza de la Virgen se la impuso el obispo, Demetrio Fernández, en la solemne misa estacional de coronación canónica y pontificia en la Catedral de Córdoba.

Eran las seis menos cinco de la tarde cuando la corona obra del orfebre Manuel Valera comenzó a relucir sobre la Virgen de la Paz mientras permanecía en su palio situado en el altar mayor del templo.

Si el sábado anterior fue de traslado exultante y bullicioso, este 15 de octubre los mares de gente se multiplican para admirar a la Virgen y su nueva corona desde el minuto uno en el Patio de los Naranjos y atravesando triunfal la Puerta del Perdón. No cabe un alfiler. Difícil separar la vista de las dos.

La calle Deanes, tan célebre por su estrechez, concita al público muchos minutos antes de que la Virgen transite por ella. Un sinfín de colgaduras y adornos en las calles aguardan a la imagen que Martínez Cerrillo concibió. Córdoba es corona de la Paz, se arrodilla a sus pies.

Los sentimientos de esta jornada agrandan los 83 años de devoción a María Santísima, que ve reconocido el fervor que despierta desde 1939 con esta corona, una bella simbiosis de joyería, orfebrería y teología obra del cordobés Manuel Valera. San Rafael, las doce estrellas apocalípticas, las ramas de olivo y el ancla habitan en esta pieza.

Expectación

En el cortejo arropan a los hermanos de la Paz numerosas representaciones de hermandades de Córdoba y la provincia. Aguardan intensos momentos a su paso por Santa Victoria (con música de violín), las Tendillas, el Ayuntamiento, San Andrés, la casa en la que vivió Martínez Cerrillo en la calle Enrique Redel y, por supuesto, los jardines de Colón. Los cohetes y las petaladas jalonan el apoteósico trayecto.

La música, al igual que sucedió en la celebración en la Catedral, tiene especial significación. La banda de cornetas y tambores de la Salud abre el cortejo. Y repite este sábado la banda de música municipal de Arahal. Noche de alegría y estreno de marchas en honor de la Virgen.

La marcha oficial, 'Coronación de la Paz y Esperanza', de Rafael Wals, se ha interpretado en el Patio de los Naranjos, mientras la gente lanzaba «¡vivas!».

En Cardenal Herrero, la siempre clásica 'La Estrella sublime'. Después, en otros puntos del recorrido fue el momento de 'Noche bordada en plata, de Pablo Martínez Recio; y 'Paz y Esperanza coronada', de Juan Vílchez. Y entre las que el público no duda en lanzarse a cantar, la letra de Rafael Castejón en 'Paz y Esperanza', en la marcha compuesta por Martín Salas.

Enrique Aguilar, durante su intervención en la misa Valerio Merino

El hermano mayor, Enrique Aguilar, recibió el permiso expreso del obispo para poder prolongar su mandato al frente de la corporación y poder vivir, así, este crucial momento de la cofradía.

Como Moisés llevando a la hermandad a la tierra prometida, exhausto pero feliz, con el contratiempo de la pandemia sobrevenida en sus espaldas, lo ha logrado. Y, muy al contrario que Moisés, afortunadamente alcanza la meta y sobrevive para saborear la culminación a los seis intensos años de preparación y trabajo.

Las colgaduras son el cielo preparado para la Virgen en las calles. Hay luminosos instalados en la plaza de Capuchinos por Ximenez Group e Industrias Aras con palomas y el símbolo del Ave María.

«Paloma de Capuchinos», «Orgullo de Córdoba», «Dios te salve, Reina de la Paz y Esperanza nuestra» son algunos de los lemas que pueblan la ciudad. El blanco y verde, por su advocación, y el amarillo y blanco por el Vaticano, lo inundan todo.

El latir de sus devotos acompaña en este triunfal viaje a casa bajo su manto. Ahí está depositado el cofre de intenciones, con peticiones y agradecimientos, que durante el besamanos y el triduo ha estado abierto para ese fin.

También fundamental por todo lo que representa, el relicario del Beato Fray Leopoldo de Alpandeire, donado por los padrinos de la coronación, la orden de padres capuchinos. Tuvieron un papel destacado en el rito, pues fueron ellos los que presentaron la corona ante el obispo instantes antes de su imposición.

Momento culminante

Eran las seis menos cinco de la tarde cuando la corona obra del orfebre Manuel Valera ha comenzado a relucir sobre la Virgen mientras permanecía en su palio en el altar mayor del templo.

Mientras sonaba el 'Aleluya' de 'El Mesías' de Haendel, la presea creada por Manuel Valera ciñó las sienes de la imagen que esculpió Juan Martínez Cerrillo.

Oro, cristal de roca y pedrería proclaman a la Paz Reina del cielo y reina de Córdoba. Un largo aplauso, incontenible, y la emoción se han desatado a las seis menos cinco de la tarde en la Catedral.

Más de 2.000 personas han sido testigos de esta vibrante ceremonia en el templo. La solemne misa estacional de coronación canónica y pontificia, estuvo presidida por monseñor Fernández, y contó con la presencia del Cabildo Catedral, la Orden de los Capuchinos (con Fray Carlos Coca, ministro provincial de los capuchinos en España) y el clero diocesano.

La Virgen, dispuesta en su paso de palio, luce la saya de las palomas de Jesús Rosado con diseño de Rafael de Rueda, con el manto de salida, de Salteras que diseñó Fray Ricardo. A la altura del vientre lleva prendida la medalla de oro que le regaló la hermandad de los Dolores y también, entre un sinfín de joyas.

El exorno floral, preparado por Pinsapo, sigue un estilo silvestre y elegante en tonos crema, blancos, verdes y rosa palo. Las variedades son la rosa inglesa, rosa blanca, verónicas, hypericum, minicalas, rosa de pitiminí de jardín, amaranto y brunia.

La homilía

Durante la homilía, el obispo incidió en que «María es reina», «coronada de gloria y de cariño por sus hijos» y el mensaje de Paz sigue vigente a nivel internacional y doméstico. También aludió a las 12 estrellas de la corona, presentes en la bandera de Europa por su origen profundamente católico.

El coro de la Fundación Miguel Castillejo y el cuarteto Averroes, dirigidos por el músico Ángel Jiménez ilustraron musicalmente el acto. El repertorio giró en torno a la Misa de la Coronación, de Mozart, e intercaló también piezas de Vivaldi, Mendelssohn y Manuel Pérez (su plegaria a la Virgen, la Salve y 'Los destellos de tu palio').

Entre los representantes institucionales en la celebración estuvieron el presidente del Parlamento de Andalucía, Jesús Aguirre; el alcalde, José María Bellido; la subdelegada del Gobierno, Rafaela Valenzuela; la presidenta de la Agrupación de Hermandades y Cofradías de Córdoba, Olga Caballero; hermanos mayores de cofradías de la capital; y autoridades militares.

También acudieron los hijos de Martínez Cerrillo, Maribel y Juan Antonio, embargados por la emoción. Muchos de los asistentes a la ceremonia vistieron de chaqué y mantilla.

En los últimos años, la hermandad de la Paz mostró su deseo de ver coronada canónicamente a su titular «dada la gran devoción que muchísimos fieles le profesan, desde que se bendijo en el año 1939».

La preparación

La cultura, la espiritualidad, la formación y las obras de caridad han sido los ejes de la coronación

Hasta este momento que culmina este 15 de octubre de 2022 la cofradía recorrió un largo proceso de preparación (cultural, espiritual, formativo y de caridad), que se vio afectado por la pandemia de covid, pues se pospuso la fecha inicial de coronación del 11 de octubre de 2020.

La colecta de esta eucaristía se destinará a la residencia San Gabriel de Hornachuelos, que reinserta en sociedad a antiguos reclusos, y con la que la Paz colabora desde que se abrió hace más de un año, como su obra social de la coronación.

El hermano mayor, Enrique Aguilar, expresó este sábado al final de la eucaristía la satisfacción porque el camino «hoy acaba, pero sus frutos perdurarán y se mantendrán vivos en la devoción a María Santísima de la Paz y Esperanza. Hoy y siempre, Córdoba, corona de la Paz».

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