PATRIMONIO ARTÍSTICO
La Paz y Esperanza encargará su sexta presea para su coronación canónica
La hermandad radicada en Capuchinos tuvo su primera presea en 1941, obra de Lama, y la última en 2013, por Emilio León
El patrimonio artístico de la hermandad de la Paz y Esperanza es abundante, sobre todo en lo que a ajuar de su titular se refiere. Y en el apartado de coronas posiblemente sea el que más. En concreto, la cofradía radicada en Capuchinos ha tenido cinco preseas a lo largo de su historia, si bien actualmente sólo conserva cuatro de ellas, pues una fue vendida a la Sentencia. Actualmente se encuentra en plena campaña de donación de oro para realizar su sexta presea , la que se le impondrá a la Virgen el día de su coronación canónica .
La primera corona que tuvo la Paz y Esperanza fue obra de Juan Gabriel Lama –fundador de Orfebres Hermanos Lama- en 1941 . Es una obra en metal cincelado que mantuvo la corporación para sus cultos y salidas procesionales desde la Semana Santa de 1942 hasta 1965, que es la fecha en la que se produjo el estreno de la ejecutaría Angulo. Entre sus curiosidades cabe destacar, aparte de que es la primera, el hecho de que el propio consiliario adelantó 1.000 pesetas para que el artista iniciara el trabajo.
De Lucena llegó la segunda de sus preseas, una pieza que llegó como intercambio de un manto rojo y la cantidad de 5.000 pesetas en 1965 . De alpaca cincelada, repujada y sobredorada y obra de Angulo , esta corona es de esquema clásico y gran belleza. Entre 1976 y 1977 la vendió a la hermandad de la Sentencia para su titular, la Virgen de Gracia y Amparo.
A finales de los 70 , tras vender la presea lucentina, adquirió la corona de Manuel de los Ríos , una pieza de plata sobredorada que ha utilizado incluso en los últimos años. De ésta cabe reseñar que le fue impuesta en una ceremonia de coronación diocesana. En 1990 , con motivo del 50 aniversario , la hermandad se hizo con una nueva, realizada por Juan Kiernan con diseño de fray Ricardo de Córdoba . Ésta, de metal plateado cincelado, repujado y calado, con pedrería engarzada y madera, fue un obsequio de un matrimonio cordobés vinculado con la cofradía.
La última de las coronas que ha estrenado la hermandad es la de Emilio León con diseño de Jesús de Julián , en 2013. Esta sí es de plata cincelada, calada y repujada y pedrería engastada y fue igualmente una donación, en este caso de Manuel Fernández Poyatos.