LA CUARESMA EN ABC
La Virgen de los Remedios de San Pedro de Córdoba, la imagen viajera que perdió al Niño
La imagen sale en la procesión que organiza cada año colegio de Las Francesas

Cada Viernes de Dolores, por la mañana, el colegio de la Sagrada Familia (las Francesas) celebra, como otros centros docentes de Córdoba, su procesión infantil. Recorren desde la plaza de Aguayos , varias calles del barrio de San Pedro; preceden un paso de pequeñas dimensiones en el que una imagen de gloria de la Virgen recibe las miradas y alguna oración de grandes y pequeños. Pero esta imagen tiene una larga historia que muy poca gente conoce y que, sobre todo en su última etapa, ha sido bastante triste. Está durante el año en el baptisterio de la Basílica de San Pedro, donde ocupa una oscura hornacina creada después de tapiar la ventana que durante siglos tuvo el templo en ese espacio y que fue suprimida durante la última «restauración» -la comillas no son una errata- perpetrada en el histórico templo y acabada en 1998.
Hasta 1985 la imagen ocupó un retablo barroco situado en el muro del Evangelio del templo fernandino. El retablo estuvo en otro tiempo más lejano en el mismo presbiterio de la iglesia, y como otros muchos elementos del patrimonio artístico y litúrgico de San Pedro desapareció entre 1985 y 1998 y nunca más se supo de él. Antes del cierre de San Pedro, los viejos del lugar recordaban que esa imagen era Nuestra Señora de los Remedios , más conocida como «la Virgen de los Martes y Trece», a la que acudían los devotos cada vez que el calendario marcaba esa coincidencia.

Pero la imagen no había llegado a la hoy Basílica hasta mayo de 1956, tras el último y definitivo cierre de la Magdalena . De hecho, la última reapertura de esta iglesia, tras los numerosos cierres y reaperturas que sufrió desde finales del siglo XIX, tuvo lugar el martes 13 de diciembre de 1955 . Ante gran concurso de fieles del barrio y de toda Córdoba el párroco de San Pedro , Julián Caballero Peñas , presidió celebrada a las ocho y media de la mañana de ese día la misa solemne de la reapertura, en la que procedió a bendecir el atavío de la Virgen y del Niño : saya, manto y cetro para la Madre y túnica para el Hijo. También bendijo y les impuso sendas coronas de nueva factura, de las que no consta el nombre del orfebre, pero sí es evidente la similitud de la impuesta a la Virgen con la que durante muchos años llevó la imagen de María Santísima de la Paz y Esperanza en su estación de penitencia, lo que hace pensar que fueron obra de la misma mano, ya que además ambas datan de los mismos años. En cuanto a la saya y el manto, sin duda proceden de un traje de luces.
Sin embargo, tampoco fue la Magdalena el templo al que se destinó originariamente la imagen. Antes de llegar a la antigua parroquia, recibió culto en el hospital de San Bartolomé , en la plaza del mismo nombre, junto a la calle hoy llamada Alfonso XII y a medio camino, más o menos, entre la Magdalena y San Pedro; allí llegó a ser titular de una hermandad. La ruina de la capilla del citado hospital, que Teodomiro Ramírez de Arellano sitúa en 1861, impuso el traslado.

Desde allí, pues, pasó a la Magdalena, de donde casi un siglo después debió ser llevada a San Pedro. Y allí, durante el cierre que se prolongó entre 1985 y 1998, la imagen se guardó en una casa particular . Cuando volvió a San Pedro, tiempo después se su última reapertura, le había ocurrido la mayor de las desgracias: en algún momento de ese tiempo, alguien le quitó la imagen del Niño Jesús , lo que -como tantas cosas que ocurrieron en esos oscuros años- pareció no importar a nadie. Quizá por eso haga ahora el papel de Dolorosa, sin serlo propiamente, en la procesión infantil que cada Viernes de Dolores organiza el colegio de la Sagrada Familia .