La Soledad de Lucena procesiona entre estrenos y lamentos de saeta
Rafael Toro Gómez, elegido tiempo atrás como manijero, mandó a una cuadrilla de 26 santeros
La Agrupación Musical La Santa Cruz de Benamejí anunció anoche la aparición de Nuestra Señora de la Soledad de Lucena , venerada por unos 200 hermanos de vela y medio centenar de mantillas. Rafael Toro Gómez, elegido tiempo atrás como manijero, mandó a una cuadrilla de 26 santeros que revalidaron una tradición incubada en 1934, primer año en el que la Dolorosa de Santiago Apóstol salía de su sede canónica en la víspera de la Pascua de Resurrección debido a las inclemencias del tiempo en las horas finales de aquel Viernes Santo de la Segunda República.
En la procesión, que fusionó la Muerte y la Gloria, la Virgen de la Soledad, estrenó una nueva saya bordada en oro fino sobre terciopelo negro elaborada por el restaurador ecijano Jesús Rosado. Este mismo artista ejecutó otra de las novedades que se contemplaron en la estación de penitencia: un bacalao de terciopelo negro rematado por una cruz de malta.
El adorno floral que observaron centenares de lucentinos y habitantes de la comarca se compuso de rosa de pitiminí, flor de era, orquídeas y calas. A lo largo del recorrido, que discurrió, en su punto cenital, por el centro urbano, los saeteros Antonio Nieto, Francisco Moya González y Aroa Cala entonaron los últimos lamentos de esta Semana Santa.