La Cuaresma en ABC
Viernes de Dolores | Los rezos del vía crucis hacen introspectiva la espera de la Semana Santa de Córdoba
Más de una decena de hermandades meditan las estaciones con sus imágenes en las calles o en sus templos
La Virgen recibe las oraciones de Córdoba en su viernes grande
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Antes de ir hacia afuera, hay que mirar hacia adentro . Antes de que la música estalle de alegría por la fiesta recobrada, tiene que ser tenue y recogida. Antes de las bullas, la pequeña intimidad . Antes del paso, las andas sencillas. Antes de que la gloria se pueda tocar con las manos, hay que buscar la cruz y hacer su camino.
Como todo lo que tocan las hermandades, en ellos se cuida el decoro del culto y la estética, porque para eso son lo que son, pero el Viernes de Dolores que empieza con las oraciones y el ponerse en las manos de la Virgen termina en muchos lugares con la introspección de los vía crucis.
Los hubo en Córdoba desde que empezó la Cuaresma , no sólo los viernes, que es cuando más se recomiendan, pero a falta de dos días para el Domingo de Ramos se multiplicaron por las calles y en las iglesias.
Uno de ellos fue parecido ya a una estación de penitencia, porque el Cristo de la Providencia iba en su paso, a la Catedral y con la banda de música de la Esperanza. Lo hizo por el camino de la Victoria y Doctor Fleming, redescubierto para las cofradías con la nueva carrera oficial, y con el estreno de la talla de la canastilla, obra de Miguel Ortiz y Manuel Jurado , y de dos ángeles pasionistas de Manuel Luque Bonillo. «Jesús es condenado a muerte », «Jesús carga con la cruz».
Cuando la tarde del último viernes de Cuaresma todavía no se vivía tanto en las calles, ya salía el Señor de la Sangre , incluso a costaleros durante un tiempo. Vestido con túnica morada esperó todo el día en Capuchinos para iniciar un camino muy distinto al que tendrá el Martes Santo.
El de Jesús Caído tiene un ámbito concreto, que es la Cuesta de San Cayetano, porque la cofradía y su entorno inmediato están mimetizadas y no se puede entender que el Señor no pase por allí y que al escalar las rampas no espere las imágenes de la cofradía en su capilla barroca. Seguían las oraciones: «Jesús cae por primera vez», «Jesús encuentra a su madre».
Los barrios de San Lorenzo y San Andrés vivieron casi un día de Semana Santa con muchas imágenes en las calles. El Señor Rescatado tocaba de cerca el Domingo de Ramos, pero había salido para rezar el vía crucis. Fiel a su estilo lo hacía el Cristo del Remedio de Ánimas , con la estética siempre escalofriante, y por el mismo barrio iba Nuestro Padre Jesús Divino Salvador, en su Prendimiento , que en 2021 se quedó en el patio del colegio y ahora sí pudo pisar las calles. Algunos iban de un lado a otro siguiendo oraciones: «El Cirineo ayuda a Jesús a llevar la cruz». «La Verónica limpia el rostro de Jesús».
Salió también de su templo Jesús Nazareno , en camino tan recogido como los demás, por esa frontera imprecisa entre San Andrés, San Agustín y Santa Marina, austero a la espera de recobrar su gran ajuar en la tarde del Jueves Santo. Se seguía escuchando por las esquinas: «Jesús cae por segunda vez», «Jesús consuela a las mujeres de Jerusalén».
No muy lejos de allí, el Cristo de las Angustias estaba, sólo por este día, separado de su Madre, que ya estaba en el paso. Muchos le acompañaron en la veneración y muchos se asomaron a las naves apagadas de San Agustín para seguir con las estaciones: «Jesús cae por tercera vez», «Despojan a Jesús de sus vestiduras».
Tampoco el Cristo de la Misericordia tenía previsto salir de San Pedro, donde la Virgen de las Lágrimas ya esperaba en el paso de palio. Y así sucedió, porque lo introspectivo de la Cuaresma es mejor a veces hacia dentro.
Seguía avanzando la noche hacia la Semana Santa: «Jesús es Crucificado», Jesús muere en la cruz». Lejos del caserío histórico, en la Huerta de la Reina , los hermanos de la Estrella salieron también a las calles con el Señor de la Redención , vestido con su túnica bordada, y en las alturas de la Sierra, se rezó con el Cristo de San Álvaro, el dominico que trajo la Vía Dolorosa hasta la Occidente, y por lo tanto lo hizo antes que nadie. «Jesús es descendido de la cruz y entregado a María», «Jesús es depositado en el sepulcro». Ahí terminaba, Todavía se escuchará el Lunes Santo el mismo rezo.
En unas pocas horas, tres años después de la última vez, con los pasos preparados, lo que ha sido íntimo volverá a ser exterior y sensual sin dejar de ser espiritual.
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