Semana Santa de Córdoba 2021
Viernes de Dolores | Cristos sin beso y rezos claustrales en la noche de los Vía Crucis en Córdoba
Varias cofradías apuran la Cuaresma a la espera de una Semana Santa otra vez sin pasos en la calle
Nadie ha esperado en la noche de este 26 de marzo de 2021, V iernes de Dolores , a esperarse con un cortejo y música de capilla por la calle, pese a que es el día más propicio. La pandemia del Covid no ha permitido que haya cortejos en la calle en este día, pero sí ha dejado estampas en los templos.
En San Agustín, la Virgen de las Angustias había bajado de su camarín por primera vez en muchos meses, y estaba separada de su Hijo, que se había expuesto a la veneración justo delante, sobre unas pequeñas andas para el Vía Crucis.
Siempre es el mejor día para reparar en el dramatismo y los detalles de una de las cumbres de la Semana Santa de Córdoba, pero después de un rato había que volver a la Virgen, al pie del presbiterio en que estará esta Semana Santa.
Vestía el manto morado , muy extendido y la estampa recordaba al besamanos extraordinario de la madrugada de 2014 en que regresó a su vieja casa . Más todavía cuando el Cristo se depositó de nuevo en sus brazos, justo en el momento en que terminó el Vía Crucis que todos los años se celebra en este día, y que esta vez no esperó encima del paso.
Volvió la vista a su pasado la Misericordia en San Pedro. Muchos recuerdan las fotografías antiguas en que el Cristo no parece estar sobre la cruz , sino encima de una especie de lecho que evoca el sudario blanco . Así estuvo en algunos besapiés, y aunque ahora no se puede hacer este gesto, así esperó en la iglesia de San Pedro durante todo el día. Por la tarde fue el Vía Crucis, que otras veces recorrió el templo o las calles y que ahora tuvo que ser estático.
La Virgen de las Lágrimas evocaba allí mismo su pasado y llevaba un manto negro de vistas, y no el malva que se acaba de restaurar, así que en su aire había algo de la época en que esperó en la Magdalena tiempos mejores que tenían que acabar llegando. También tuvo veneración, como tantas veces en este día, el Cristo de Gracia.
Sonó el gregoriano de Ánimas en San Lorenzo en torno al Cristo, que no salió a las calles para rezar las catorce estaciones, pero que sí las escuchó en el interior de la iglesia. En el Prendimiento sí que hubo un cortejo que se salió al aire de una noche templada y primaveral que parecía pensada para hacer cosas mucho mejores que recogerse pronto.
El Prendimiento dispuso que el Señor saliese a los s oportales del ancho patio del colegio salesiano. Había también un aire de viejos Martes Santos en la prenda que vestía el Señor.
Era la túnica de cola que se recuperó el año pasado y que lució el Divino Salvador en su último besamanos, cuando la pandemia estaba a la vuelta de la esquina pero nadie parecía imaginar lo que estaba a punto de pasar. No hubo bullas ni exceso de cámaras , pero al caer la tarde las luces de los hermanos con velas y la presencia del Señor hicieron recordar un poco la calle que bullía de gente, pero que seguía sin esperar cofradías.
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