PRIOSTÍA

La «última decisión» en caso de lluvia

El «cabildo de aguas» se reúne media hora antes del inicio de la procesión para analizar la situación meteorológico

Fieles en la puerta de San Lorenzo R. SERRANO

R. C. M.

El « cabildo de aguas » no existe como tal. Sin embargo, es así como se conoce a la sesión de la junta de gobierno que tiene lugar antes del inicio de la estación de penitencia cuando hay cierto riesgo de precipitaciones . Si no existe esa posibilidad, esta reunión simplemente queda en el olvido, pero si la hay son los oficiales de la cofradía quienes han de decidir en consecuencia y poner en «la balanza» los pros y los contras . A este respecto, los hermanos mayores de las distintas corporaciones consultadas son unánimes a la hora de señalar que, probablemente, es una de las decisiones más complicadas –si no la que más- de cuantas se toman el día de la procesión. « Un error podría poner en riesgo tanto el patrimonio artístico como el humano », apuntan.

Para explicar mejor cómo funcionan un «cabildo de aguas» cabe el ejemplo de cualquier de las hermandades del Domingo de Ramos o del Lunes o Martes Santo. Francisco Gabriel Carbonero, del Cristo de la Agonía, explica que, aunque hay cofradías que tienen esta reunión días antes de la estación de penitencia, en la corporación a la que representa «decidimos que tiene que ser con media hora de antelación al inicio de la procesión ».

Justo en ese momento, el hermano mayor convoca al resto de componentes de su junta de gobierno, incluido el consiliario, que tiene derecho a veto. En el caso del hermano mayor, el voto es de «calidad». ¿Qué quiere decir esto? Pues que su voluntad, en caso de empate, puede desequilibrar la balanza en favor de la opinión que considere más acertada. Carbonero, que se reúne con sus oficiales junto a una de la capillas de la Catedral –pues es desde aquí desde donde empieza el cortejo de Martes Santo-, inicia la junta extraordinaria. El voto es a mano alzada o simplemente con un movimiento a un lado u otro de una línea imaginaria que marca él mismo. Eso sí, la voluntad es siempre anónima . «Ningún hermano puede enterarse de la opinión de cada uno de los componentes de una junta de gobierno», declara el hermano mayor de la cofradía del barrio de El Naranjo.

Los oficiales han de llegar con los deberes hechos y ser conscientes de que el « patrimonio artístico y humano está en juego ». Eso es precisamente lo que hace que las corporaciones opten por la prudencia para evitar que algunos de estos valores queden maltrechos. Hay hermanos mayores que confiesan que, cuando se da esta casuística –como ha sido este año-, no pueden «ni dormir» la noche anterior.

A diferencia de hace ya algunos años, estos «cabildos de aguas» disponen cada vez de un mayor número de herramientas para tomar este tipo de decisiones. «Hace años» sólo contaban con la información que les brindaba el servicio de meteorología vía telefónica o simplemente los datos que les aportaban desde la Agrupación de Hermandades y Cofradías , que, por otra parte, también se basaban en esta misma fuente de información.

Hoy, «todos disponemos de aplicaciones en los teléfonos móviles » y hay infinidad de páginas web que ofrecen partes meteorológicos. Las hay que aportan información hasta con varias semanas de antelación y las hay que detallan la previsión meteorológica «por horas». Esta precisión «ayuda», aunque no siempre es certera al «cien por cien ».

Lógicamente, en la decisión de un «cabildo de aguas» tienen mucha importancia tanto el número de refugios que haya a lo largo de la procesión como el lugar en el que se encuentren. Por ejemplo, tomando como referencia el Martes Santo, no es lo mismo el céntrico recorrido de la Santa Faz que el de la hermandad de la Agonía, que habría de afrontar varias horas sin refugio, concretamente desde el instituto Góngora hasta Chinales.

Sin salir de este último escenario, también hay hermandades que, por su propia operativa, pueden apurar más a la hora de decidir su salida procesional. Tomando como referencia el Lunes Santo, no es lo mismo el Vía Crucis, que carece de pasos y su cortejo tiene «más capacidad de maniobra» para refugiarse, que la hermandad de Ánimas, que cuenta con dos pasos y, por tanto, una menor maniobrabilidad, y un patrimonio artístico de mayor valor artístico que el de la corporación anterior.

Sea como fuere, decisión última y complicada la del llamado «cabildo de aguas».

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