Semana Santa de Córdoba 2020
Sigue siendo la hora nazarena, por Estrella Fernández-Martos
Esta Semana Santa sigue siendo la hora nazarena, quizá más que nunca, porque los cofrades, los nazarenos, deberemos seguir siendo «hermanos de luz», cada uno a nuestra manera
![Nazarenos de la Hermanda del Rescatado y Virgen de la Amargura de la Iglesia de los Trinitarios](https://s1.abcstatics.com/media/andalucia/2020/04/05/s/nazarenos-corodba-semanasanta-kekE--1248x698@abc.jpg)
Semanas antes del estado de alarma, en la revista Pasión en Córdoba , que publicó este mismo periódico el Miércoles de Ceniza , reflexionaba yo sobre la idea del nazareno de túnica, su anonimato en la procesión y su importancia en la estación de penitencia. Acompañaba a la reflexión una ilustración de un nazareno mirando hacia adelante a través de la luz del cirio que portaba.
Hoy es Domingo de Ramos , comienza la Semana Santa . Una de las más especiales que, también desde el punto de vista cofrade, vamos a vivir, precisamente, porque no vamos la vamos a vivir como solemos hacer, como sabemos hacer. Este año tendremos que aprender a hacerlo de otra manera. No hay túnicas recién planchadas colgando de los picaportes en los altillos de los armarios, nadie está lustrando zapatos ni emparejando guantes, las medallas de hermano están a buen recaudo y el esparto no dejará ninguna hebra al sacarlo del paquete en el que lo envolvimos la primavera pasada.
No ha habido vaivén de capirotes por la calle, ni modernos ni de cartón, cortos o largos, no habrá ruanes ni terciopelos. No habrá ni gente. Y, sin embargo, seguirá habiendo nazarenos.
A los nazarenos se les llama «hermanos de luz» , pues son los portadores de los cirios en las procesiones, más allá de las insignias y las varas; es la luz la que les da su nombre. Cada uno desaparece en el anonimato de su túnica, y porta humildemente una candela que acompaña el paso de Otro, de Cristo . Y junto a Cristo, justo detrás, Su Madre . Porque no es importante figurar, si no lo que representa la figura de la talla a la que acompañamos, la que ilumina el camino.
Un nazareno no va solo, forma parte de un cortejo, haciendo su pequeñita labor. Hay años en que algunos tramos se hacen muy difíciles: no se reconoce una calle, se marea uno, le duele la cabeza o llora por sus propios dolores. Pero sigue dando un paso tras otro. Sin tener muy claro por dónde va, en ocasiones, pero da su paso adelante. Y se para cuando debe parar. Con toda su circunstancia personal.
Esta Semana Santa sigue siendo la hora nazarena, quizá más que nunca, porque los cofrades, los nazarenos, deberemos seguir siendo «hermanos de luz», cada uno a nuestra manera, con las capacidades que cada uno tenga más allá de la túnica, o las oportunidades que la vida, en su reparto de papeletas de sitio, nos haya otorgado.
Guardando espacio para el particular culto litúrgico, que este año deberá ser online, habrá nazarenos haciendo la compra a otros, reponiendo productos en las estanterías de los supermercados, atendiendo en una farmacia, conduciendo un camión o una ambulancia, atendiendo a los enfermos, fabricando sistemas de respiración, cosiendo batas sanitarias, lavando uniformes. Habrá hermanos que mantengan el orden en las ciudades, que atiendan a los sin techo, que gestionen ayuntamientos, que negocien contratos de material médico, que desinfecten calles, o que entreguen un paquete que llenará de esperanza al que lo reciba en su confinamiento.
Nazarenos escribiendo, cantando, tocando, pintando, cosiendo, entreteniendo, cuidando esclavinas. Los habrá enfermos, solos, que pierdan a hermanos y hermanos que transiten los últimos pasos de su personal estación de penitencia y lleguen al templo definitivo de la casa de Dios.
Se nos va a hacer muy larga esta hora pues tenemos todos por delante un recorrido muy cuesta arriba . Pero es el que nos ha tocado, el que debemos caminar. Y lo caminaremos.
Hagamos de esta estación de penitencia extraordinaria un canto a la fe y a los cuidados del otro. Y tratemos de no olvidar que, más allá del domingo que viene, por larga y oscura que sea esta hora, un nazareno sabe que llegará el día de la Resurrección .