LA CUARESMA EN ABC

Sessa Aurunca, la ciudad de Italia donde hay trozos de la Semana Santa de Andalucía

La ciudad conserva tradiciones y ecos que recuerdan a la vieja cuaresmera de Puente Genil

Misterio de la Oración en el Huerto A. V.

Antonio Varo

Una voz venida desde las honduras del tiempo, a la que brumas de siglos parecen poner borrosas las palabras. Un eco de oración y penitencia que ha cruzado generaciones y sigue estremeciendo los tímpanos cuando se escucha en medio del silencio húmedo de San Giovanni a Villa, en la ciudad italiana de Sessa Aurunca . No es una saeta coral a tres voces y tres notas (re, si, sol), ni un motete gregoriano , ni una salmodia bizantina, pero puede que tenga en sus raíces algo de las tres. Es el «Miserere» que suena cada viernes de Cuaresma durante los cultos de la Arciconfraternita del Santo Crocifisso e Monte dei Morti. Suena también en la procesión del Viernes Santo y está en camino se convertirse en Patrimonio Inmaterial de la Humanidad . Escucharlo en vivo es algo que estremece a quien lo vive por primera vez.

Figura a la que se quitan plumas conforme se acerca la Semana Santa A. V.

Pasquale Ago, «priore» (hermano mayor) de la arciconfraternita, conoce y siente como pocos ese «Miserere», lo canta junto a su padre Vincenzo y su hermano Rosario y lo ha investigado en una publicación: encuentra semejanzas entre su canto y la saeta , pero como en tantas otras facetas de la vida hay eslabones perdidos, si es que alguna vez existieron. Situada en la provincia de Caserta y cerca de Nápoles , Sessa Aurunca suma 30.000 habitantes entre su núcleo y sus pedanías y está vinculada históricamente con Córdoba, pues no en balde el primer título nobiliario que obtuvo Gonzalo Fernández de Córdoba fue el de «duque de Sessa». La ciudad conserva con orgullo la memoria del Gran Capitán , y hasta uno de sus palacios se conoce como «casa di Cordova». Además, tiene cofradías, pasos, nazarenos -«incappucciati»-, procesiones, marchas de Semana Santa … y tradiciones cuaresmales que recuerdan las de Puente Genil .

Paso del Descendimiento de la cofradía del Santo Crocifisso ABC

Con la ayuda como intérprete de Vittoria Palazzo , profesora de español y enamorada de España, dos cofrades cordobeses han conocido de primera mano estas tradiciones. La Arciconfraternita del Santo Crocifisso , fundada en 1575, celebra cada viernes de Cuaresma sus cultos, que comienzan a las seis de la tarde -con la iglesia llena- y consisten en el rezo del rosario, la oración propia y la misa, que termina con el canto del «Miserere»: grupos de tres voces masculinas -tenor, barítono y bajo- se reparten las estrofas del salmo. Previamente, los «confratelli» han colocado en el crucero de la iglesia sus «misteri», grupos escultóricos con figuras hechas de pasta de papel: cada viernes de Cuaresma se incorpora uno hasta completar los cinco que saldrán en la procesión del Viernes Santo: la Oración en el Huerto , la Flagelación, el Ecce Homo, el Yacente y las Tres Marías.

Después viene el «agape fraterno» , una cena de hermandad en la que grupos de «confratellli» se reúnen cada viernes de Cuaresma en casas particulares, acogidos por uno de ellos. Una de ellas se celebra en casa de los hermanos Sasso: Silvio es el alcalde de Sessa Aurunca, y Gianluca el «priore» de la Confreternita di San Carlo Borromeo, fue erigida en 1615 y que procesiona el Sábado Santo el grupo del Descendimiento ; en la cena es imposible no acordarse de Puente Genil : como en este pueblo, pero con el decorado de una película de Visconti, a la cita acuden sólo hombres.

El cofrade Antonio Varone, durante el canto del «Benedictus» A. V.

En su transcurso se simultanea la degustación de los platos (todos ellos sin ingredientes cárnicos) con los cantos del «Miserere» , el tarareo coral de sus marchas fúnebres, muy fúnebres mientras se mueven imitando la «cunnulella» o movimiento de costero a costero, el rezo cantado del «Benedictus» , que en Semana Santa se interpreta al guardarse la procesión: la voz veterana y noble de Antonio Varone , profesor e investigador de la Semana Santa sessana, suena solemne cuando eleva la plegaria con una vela en la mano como única luz del amplio salón; si procede, se realiza también la admisión iniciática de un nuevo «confratello». El ágape se acaba con el brindis dialectal: «P’cient’ann!» («¡Por cien años!») . La casa donde se ha celebrado la cena data del siglo XVIII y está en el casco histórico; en el atrio, alumbrado sólo con l ámparas de aceite , cuelga de una cuerda una vieja cuaresmera, que sólo se diferencia de las de Puente Genil en que las patas -que se le quitan los domingos de Cuaresma- han sido sustituidas por plumas , todas negras menos una blanca, reservada para el Domingo de Resurrección .

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