CULTOS

Semana Santa en el horizonte

El Domingo de Pasión deja estampas ya clásicas y la llegada de la Entrada Triunfal a la Catedral

Jesús de los Reyes, a su llegada al Patio de los Naranjos A. FRESNO

LUIS MIRANDA

El Domingo de Pasión , el último festivo de las vísperas, el descanso en el que se buscan las iglesias para volver a encontrarse con los pasos, más o menos terminados todavía, y las imágenes que han bajado para buscar a sus fieles en los cultos, ha llegado sin mediar todavía marzo . Fue mañana de ensayos en muchos lugares, que ya parece que pasó la época en que los costaleros se ejercitaban en las madrugadas frías, y eran ensayos como de fantasmas , cuando salen los mismos pasos que brillarán en la Semana Santa y las figuras secundarias están cubiertas por sábanas.

Había que caminar a San Pablo, donde en su capilla neomudéjar esperaban el Cristo de la Expiración y la Virgen del Silencio , mientras que Nuestra Señora del Rosario aguardaba ya en su clásico paso de palio. Se notaba en el aire y se olía en las iglesias, cuando se llegaba al cancel de la Trinidad y olía a incienso. Allí, tumbado, como se le puede ver el Lunes Santo, estaba el Cristo de la Salud en su besapiés, con flores rojas y espinas a sus plantas. La mañana tuvo emociones y ritos que, aunque fueran nuevos, se han hecho un hueco en el corazón de los amantes de la Semana Santa. En San Pedro terminaba el besamanos a Nuestra Señora de las Lágrimas en su Desamparo , que había empezado el sábado, y la Virgen tenía que subir a su paso.

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Se hizo con el sentido con que se hacen allí las cosas desde hace un tiempo: con que los hermanos de a pie se sientan protagonistas en su casa. Los cofrades con más de 25 años en la corporación recibieron un pasador en la medalla y luego portaron a la imagen. Los niños hicieron una ofrenda floral , que quedó a los pies de la Virgen en el momento del traslado y después en el paso. Con toda solemnidad, vestida con el manto de camarín que acaba de restaurar Mercedes Castro, la imagen quedó depositada en su palio.

En San Francisco estaba en besapiés el Señor de la Caridad , rodeado de la singular estética de su cofradía, y desde luego acompañado por su inseparable Dolorosa, que pronto tendrá que echarlo de menos en la restauración que realizará Enrique Ortega al Crucificado tras la próxima Semana Santa. La luz de la tarde seducía por el barrio encalado de San Basilio, donde estaba el Señor de la Pasión en besapiés , y poco separaba su textura ya de la de la Semana Santa. Y hasta la Catedral llegaron J esús de los Reyes y la Virgen de la Palma , en espera de abrir desde allí la Semana Santa el Domingo de Ramos.

El traslado del Señor del Sepulcro a su urna cerró un día lleno de emociones

Faltaba la emoción última del día, porque hasta podía tener horarios. Era en la Compañía, donde estuvo el Señor del Santo Sepulcro en besapiés sobre la cruz, colgando de las sábanas, recordando los tiempos en que le veneraban en ella. A última hora fue su Vía Crucis, que terminó en dos estaciones en que le terminaron de bajar y lo depositaron en la urna del Viernes Santo . La Semana Santa se ha echado encima.

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