Semana Santa Córdoba 2022
Enrique León: «Hay que consolidar la carrera oficial en la Catedral y que quede arraigada en Córdoba»
El antiguo hermano mayor del Cristo de Gracia analiza el pasado y el presente, con el auge de las hermandades
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Al repasar cómo ha cambiado la Semana Santa desde los años 70 hasta 2022, lo siente como «la película de mi vida». Enrique León Encuentra (Córdoba, 1946) estuvo al frente de la hermandad del Cristo de Gracia entre 1973 y 1981.
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Perteneció ocho años a las juntas de gobierno de la Agrupación de Cofradías de Juan Villalba (primero como vocal de espiritualidad, luego de vicepresidente), y otros cuatro con Francisco Alcalde (en la vocalía de espiritualidad). Nadie mejor que él para revisar el pasado, presente y futuro de la Semana de Pasión de Córdoba.
Usted y otros muchos cofrades de su generación asumieron muy jóvenes puestos de responsabilidad. ¿Le sobrevino así o fue premeditado, cómo fue?
Me sobrevino porque soy hijo de cofrade también. Bien joven estuve con labores de organización de procesión con los más jóvenes (no se llamaba grupo joven entonces) casi con cargo. Luego fui diputado de tramo, pasé por casi todos los estamentos de una cofradía. Y, posteriormente, cuando nuestro hermano mayor, Leocadio, que era íntimo amigo de mi padre (eran las dos almas que llevaban al Cristo de Gracia para adelante en aquellos tiempos), casi fui designado a dedo , digámoslo de esa manera. Hasta el segundo mandato que ya sí hubo una votación normal. Me vino sobre la marcha. Mi padre fue mayordomo de la cofradía durante muchos años, pudieron ser veinte años.
¿Y cómo lo hizo usted, con su juventud?
Con la enseñanza de mi padre. Siempre desde muy pequeñito, igual que me ha pasado a mí con mis hijos, la cofradía era algo normal para mí, como cuando aprendí a andar , o incluso aunque no venga al caso como con el Córdoba CF. Desde bien chiquitito empecé con mi padre en estos dos ambientes.
Ha tenido la suerte de ver la fuerte evolución de la Semana Santa.
Sí, desde la década de los 60 lo tengo en la película totalmente de mi vida y de la historia de la Semana Santa de Córdoba y cómo fue evolucionando. De una Semana Santa digamos muy austera y falta de recursos porque hasta la década de los 80 largos no empezamos las cofradías a despegar con la Feria, las casetas y las cruces de Mayo, a tener otros ingresos. Porque antes los ingresos eran escasísimos (salvo las cuotas de hermanos y las cuatro rifas que organizabas, la Lotería de Navidad.) Era una aventura la de sacar las cofradías para adelante.
«Hasta entrados los años 80 las cofradías no empezaron a despegar»
¿Y en aquel momento se imaginó que se llegaría a lo que se ha llegado ahora, con esta gran cantidad de hermandades?
Todo esto parte básicamente del año 75 cuando los jóvenes de las cofradías entonces empezamos a movernos, en tiempos de Rafael Zafra en la Agrupación, con personas más jóvenes, empieza a resurgir la Semana Santa con otra forma de ver. Fijándonos en Sevilla, lógicamente, no por copiar, sino por aprender lo bueno que allí se hacía. En el siglo XIX con el decreto del obispo Trevilla y aquí no había nada más que lo que había. Muchas personas hablan del espíritu cordobés, no es lo que había, es que no había medios .
¿Piensa que el aumento de hermandades ha sido para bien o se han quedado valores por el camino?
Hombre, quizá ha ido para bien. La prueba está en todas las cofradías que hay en ciernes, nuevas, que están haciendo las cosas bastante bien. Se ha quedado atrás la parte esa más sentimental. En aquellos años del principio de que le hablo las cofradías prácticamente eran movidas por un par o tres de familias con un grupo de allegados. El movimiento cofrade ha crecido de forma bastante grande. Yo vivo en la Fuensanta y hace unos días tuve la ocasión de ver a la prohermandad que hay aquí, iba muy decente, haciendo las cositas muy bien. Y esperemos que sigamos en esa línea.
«Se ha conservado todo el espíritu que había antes de la pandemia y vamos por buen camino»
¿Cree que es un momento ilusionante?
Creo que sí porque se ha conservado el espíritu que había antes de la pandemia y vamos por buen camino.
¿Echa en falta algún elemento de lo que vivió en el pasado?
Hombre, no. Algunas personas dirían que religiosidad o seriedad. Pero la seriedad es lo que había en aquellos tiempos. Esto es la sociedad que tenemos. La gente muchas veces está la mayoría un poquito retirada de la Iglesia y a lo mejor hay un poquito de falta de respeto en algunos momentos. Pero la juventud hay un buen número que está implicada en las nuevas cofradías. Creo que van por buen camino. O espero.
Sobre la carrera oficial en la Catedral, ¿cree que ya es una misión cumplida o hay cosas que mejorar?
Hay que consolidarla. Yo ya en mis primeros años de hermano mayor ya soñaba (además está en la hemeroteca una entrevista que me hicieron) con las cofradías en la Catedral. Pero todavía estamos empezando. Se ha hecho bien con cortar la carrera oficial en la Puerta de Santa Catalina para dar más opciones a las cofradías de tirar para un lado o para otro. Pero hay que seguir consolidándola y quede arraigada en la ciudad, y no sea una cosa de paso. Y que a lo mejor llegue mañana otra Agrupación u otra cofradía y no quieran Catedral. O sea que hay que darle el sentido que debe tener: la Catedral es la Iglesia madre de Córdoba y es a donde todas las cofradías debemos ir a rendir homenaje al Santísimo. Los pequeños fallos que puede haber ir corrigiéndolos. Es el momento de consolidarla, que sea para siempre, como en otras ciudades pasa. En Sevilla nadie se plantea no ir a la Catedral, ni en otras ciudades.
«Yo fui de la mano de mi padre a mi cofradía y mis hijos, también de mi mano a mi cofradía»
En los años 80 usted vivió el cambio de paso del Cristo de Gracia. Hay cierto paralelismo con su hijo Enrique, que también vivió el proceso de la nueva urna para el Señor del Sepulcro siendo hermano mayor, ¿lo ve así?
En cierto modo, sí, pero eso son épocas de las cofradías que tenemos más ingresos y podemos acometerlos. En el Cristo de Gracia montamos la primera cruz de mayo . Posteriormente, la primera caseta y fue una fuente de ingresos. Mi hijo Enrique en el Sepulcro montó también por primera vez una cruz de mayo en la Puerta del Puente, que fue maravillosamente.
Al principio decía que el amor a la Semana Santa usted lo había recibido en su casa y también lo ha sembrado en sus hijos.
Efectivamente. Yo fui de la mano de mi padre a la cofradía y mis hijos, de mi mano a mi cofradía también. Y posteriormente Enrique salía de costalero y le picó la cosa del Sepulcro, surgió esa oportunidad. Entró en la junta de gobierno y me alegro de haberle enseñado a ser cofrade . Lo demás ya es cosa suya y todo lo que ha conseguido lo ha conseguido él.
¿Esa forma de vivir en las familias el ser cofrade es el punto fuerte de las hermandades ahora?
Me gustaría decir que sí, pero por desgracia ahora esto no es así. No hay muchas familias que vengan de padres cofrades. A botepronto, la familia Varo y pocas más, de las que podemos hablar de tres-cuatro generaciones en su cofradía. Eso le daría fuerza a las cofradías porque es una cosa como tuya. Eso lo noto en falta en Córdoba, de siempre. Ojalá las haya, pero no las conozco.
¿Qué ha sido y es para usted la imagen del Cristo de Gracia?
Para mí, todo. En mi casa está por todos los lados. La llevo en mi llavero, en fotos en la cartera. Es un referente para mí en cuanto a mi vida religiosa .
