Semana Santa de Córdoba

Semana Santa de Córdoba 2021 | El Domingo de Ramos se apaga en los templos lleno de nostalgia

Miles de cordobeses visitan en las iglesias a las cofradías que deberían haber salido en la jornada

El Señor Rescatado, en su templo este Domingo de Ramos de Córdoba 2021 Rafael Carmona
Luis Miranda

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Cae la tarde, por primera vez este 28 de marzo de 2021 algo más larga por el cambio de hora, y se va marchando el Domingo de Ramos de Córdoba . Las cofradías han abierto sus iglesias a la veneración de los fieles, y hacia las nueve de la noche han ido cerrando porque se acerca la hora del toque de queda.

Queda luz y se va apagando un día que ha tenido emociones y bullas, color y buen clima, pero que se ha quedado otra vez sin cofradías en la calle . Cuando todo parecía pintado para que salieran, como si el cielo hubiera querido dibujar un día otra vez perfecto, Córdoba sigue sin procesion.

Quien no supiera lo que ha pasado en la tierra en el último año casi se sorprendería de que en este día que amaneció radiante las cofradías sólo fueron a la Catedral con sus estandartes y para participar en la misa de las palmas. No se llenó el Patio de los Naranjos , como otras veces, aunque no faltaron fieles.

Por aquella mañana no llegaba la alegría de la cofradía de la Entrada Triunfal en Jerusalén , y quienes quisieron ver al Señor de los Reyes y la Virgen de la Palma tenían que hacer largas colas en San Lorenzo . Allí esperaban, en el altar mayor.

Esa larga calle que parece única desde San Pablo hasta los Trinitarios bullía como en los mejores días, pero nadie tenía que echarse a la acera porque fuesen a llegar nazarenos. En San Andrés ha habido bullas , pero para entrar y no para ver salir.

El Señor de las Penas y la Virgen de la Esperanza han estado este Domingo de Ramos el altar mayor, presidido por su cruz de guía, con una candelería elegante y vertical, y tan radiantes de hermosura que muchos habrían querido arrancarlos y sacarlos a la calle.

La Virgen de la Concepción, en su paso de palio en Santiago Rafael Carmona

La vida se dispersaba por todos los rincones de Córdoba y por la tarde, en ese momento temprano en que cada calle es un río por el que llegan hermandades, el corazón engañaba y hacía pensar que llegarían procesiones . Sí hubo bares abiertos, mucha gente en las terrazas y muchos disfrute del día primaveral.

¿Por qué, si no, se iba a caminar a aquella hora por la calle Agustín Moreno , con sol radiante y con tanta gente buscando Santiago? Al menos quedó allí para muchos el consuelo del Cristo de las Penas en su paso, y se miraron en el dolor de la Virgen de los Desamparados, y admiraron el calvario de flores silvestres.

Su paso, como el de la Virgen de la Concepción , estaba sin parihuela, a la altura de unos fieles que esta vez lo tenían todo a la altura de los ojos . Bajo su palio, con catorce cirios, la dolorosa tenía la mirada alta y clara, más llorosa quizá que otros Domingos de Ramos por compadecerse de los suyos. Entre las camelias se habían colado otras flores esta vez.

Para entonces una larga cola esperaba en los Padres de Gracia y llegaba hasta la mitad de Ronda del Marrubial. Si no hubiera sido por la puerta, parecería que los pasos del Señor Rescatado y la Virgen de la Amargura se arrancarían para marcharse.

La visita tenía que ser breve por necesidad, porque había que conseguir que entrase todo el mundo, pero había que mirar el abatimiento del Señor y la estampa de la vieja túnica de cola, señal de identidad de la vieja devoción de Córdoba. Desde fuera, el palio de la Virgen de la Amargura encendido recordaba a noches quietas que ahora se echan de menos.

En San Francisco se ha rezado el rosario ante otro paso, esta vez el de la Oración en el Huerto , que ha presidido la iglesia. Entre misterio doloroso y misterioso doloroso, los músicos de la Redención interpretaban himnos litúrgicos.

En su capilla estaba la Virgen de la Candelaria y en la anterior el Amarrado a la columan en un pequeño calvario. Los dos en altares que nunca serán como sus pasos y que no se movieron, pero cerca estaba la calle de la Feria y cualquiera podía componer el puzzle en la memoria. A los pies de las dos imágenes los hermanos depositaban pequeñas velas blancas como ofrendas.

Los titulares del Amor, en la iglesia de Jesús Divino Obrero Álvaro Carmona

No hubo esta vez cera en el Puente Romano y por allí no vino el Amor . El Crucificado dejó su altar de siempre para pasar a la capilla con la Virgen de la Encarnación y el Señor del Silencio , en un altar lleno de intimidad. Cerca había ofrendas de devotos del barrio, y la luz componía una capilla en la que todos se detenían.

Se salía por la puerta labrada mirando el norte que en el futuro será la que sirva a la cofradía para ponerse en la calle. Al caer la tarde algo habían sufrido los pies y las caderas por el mucho tiempo de esperas, y las casi bullas habían recordado a aquello que otra vez había perdido Córdoba.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación